El carácter histórico de la moral

El carácter histórico de la moral.

Que la moral tenga un carácter histórico, indica que la moral evoluciona y cambia con el tiempo pero esto tiene también el problema de escaso significado concreto. Que la moral tenga un carácter histórico puede traducirse a que sus principios cambiaron el tiempo, pero al mismo tiempo puede significar que sus principios no cambian, sino que se aplican en diferentes situaciones a las anteriores. Por un lado, sería cuando la moral permitía los sacrificios humanos pero cambió y ahora no se aceptan. Por el otro lado, un ejemplo sería con la tecnología médica, cuando esos mismos principios aplican pero con detalles que deben examinarse. Cuando el hombre forma sociedades y abandona su naturaleza animal es cuando la moral comienza a surgir en nuestra historia. El hombre comienza a tomar en cuenta a las personas que se encuentran a su alrededor, y así conviviendo con ellas forma comunidades. En el proceso de formar comunidades forma reglas y normas de comportamiento que le permiten convivir de una mejor manera y regular sus relaciones con los demás.

La moral que toma lugar en la época primitiva es la que comienza a desarrollarse al principio de la sociedad humana es la moral que domina un colectivismo que borra todo individualismo; las diversas actividades son realizadas en común por los integrantes de las tribus; esta moral se rige por la costumbre. Una de las bases de la moral en los principios es la ayuda mutua, la obligación de ayudarse, el espíritu de solidaridad, defenderse y vengar las ofensas, consideraba que lo bueno consistía en hacer actividades en beneficio de la tribu, que reforzaran la unión o los principios comunes y que se viera como lo malo o peligroso.                                                                                       La moral que toma lugar en la antigüedad clásica se desarrolla en la cultura grecorromana, a partir del siglo V a.C, hasta los inicios del cristianismo.                           Se caracteriza por la esclavitud y la propiedad privada. Los esclavos se consideran como simples instrumentos al servicio de los hombres libres. Así como los esclavos, la mujer es menospreciada por considerársele inferior. Cuando la vida social y política giraba alrededor de los aristócratas, lo que se tenía cómo bueno era el respeto por el buen nombre de la familia.                                                                                            La moral que toma lugar en la sociedad feudal se basa en la propiedad de tierra.            En lugar del esclavo se encuentra el siervo, que es propiedad del terrateniente; pero se le considera un ser humano y se le da cierta protección.                                                                 La moral aquí es la dada por la aristocracia, cuyas virtudes se centran en el culto al honor, el valor y el arte de la guerra, la nobleza de sangre, el desprecio al trabajo manual.          El código moral de los caballeros tiene exigencias como las siguientes: Todo caballero debe tener actitud y lealtad; debe proteger a los pobres para que los ricos no los opriman, y sostener a los débiles para que los fuertes no los humillen, debe alejarse de cualquier lugar donde haya traición o injusticia. Otra característica de esta moral feudal es la subordinación a la religión. La religión es la suprema legisladora de la moral, religión que aconseja la resignación ante las miserias e injusticias.                                                             Por último, la moral con los ideales de libertad, tolerancia y progreso, es de la época moderna, una nueva idea del hombre y la moral. Se supera la esclavitud y la servidumbre. Las relaciones humanas giran en torno a la riqueza. El espíritu capitalista comienza a advertirse hacia fines del siglo XV. El objeto principal de la acción humana es la búsqueda de la riqueza y esto repercute en la moral. La ciencia reemplaza a la religión y se convierte la nueva mentalidad humana. Mediante la razón desaloja la idea de una edad anterior, con su noción de pecado original. 

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