El directivo como comunicador

El directivo como comunicador

La comunicación es un recurso indispensable para la toma de decisiones

y la creación de condiciones para establecer acuerdos. De esta forma, una

de las funciones del directivo es asegurar que el flujo informativo llegue

a todos los sectores de la escuela.

[pic 1]A veces se confunde la idea de "comunicar" con la de "informar". La información tiene que ver con producir y transmitir un mensaje. Su proceso culmina cuando el mensaje llega al destinatario. En cambio, la comunicación es mucho más rica: implica un intercambio, una puesta en común para llegar a acuerdos colectivos: es un proceso en constante funcionamiento.

[pic 2]Desde esta perspectiva, cuando hablamos de participación, de equipos de trabajo, de delegar tareas, de arribar a consensos, estamos hablando de una gestión institucional conducida por directivos que actúan como comunicadores. La función directiva en la comunicación se evidencia en dos ámbitos: hacia adentro (como gestor institucional) y hacia afuera (como vocero interinstitucional). En los dos niveles, es fundamental que el directivo actúe como vehiculizador, transmisor y facilitador de la creación de redes de intercambios.

Claves para una buena comunicación

[pic 3]En toda comunicación se mezcla lo que pensamos con lo que nos pasa: cómo nos sentimos. Hablar de comunicación implica pensar en ambos aspectos. De esta forma, una comunicación efectiva depende del manejo profesional de cuatro conductas básicas:

• explicar claramente y transmitir información precisa.
• entender las demandas de los demás (los datos que suministran, el problema que plantean). Preguntar y escuchar con atención.
• empatizar con el equipo docente. Comprender los estados de ánimo y ponerse en el lugar del otro. Evitar juzgar a priori.
• expresar sentimientos positivos con interés genuino por resolver las dificultades. Ser cálido y manejar con habilidad la transmisión de sus sentimientos en función de la situación.

Comunicación en marcha

[pic 4]Para lograr comunicaciones productivas, es fundamental la creación de espacios de interacción institucional, elemento esencial en la construcción del PEI. El proyecto define un estilo de comunicación en la comunidad educativa, que se refleja a través de:

• documentos escritos: murales, boletines, comunicaciones internas, buzones de sugerencias, encuestas;
• contactos "cara a cara": reuniones generales, entrevistas individuales, encuentros interinstitucionales.

Actividades

• Analizar en reunión de equipo los circuitos de circulación de la información. Confeccionar un mapa que grafique los canales actuales de comunicación.
• Verificar si los medios de comunicación son los más adecuados para la eficacia del flujo informativo (si llega y vuelve la información, o si se detectan "cortocircuitos" por algún motivo).
• Diseñar mecanismos de ajuste que permitan reforzar la retroalimentación comunicacional.

        Del individualismo a la colaboración

[pic 5]Existe una metáfora que algunos especialistas utilizan para graficar la organización escolar tradicional: la del "cartón de huevos". Desde esta óptica, los actores desempeñan sus tareas individualmente, cada uno desde un espacio segregado. La consecuencia de esta división es el aislamiento de las personas entre sí, de manera que escasamente pueden ver y comprender lo que hacen sus compañeros. La clave hoy en día es generar estrategias desde la dirección para vencer el individualismo, consolidando el trabajo en equipo como herramienta de resolución de problemas. Pero ¿cuál es la necesidad del cambio de modelo? ¿Por qué es importante pasar del individualismo a la colaboración?

Trabajo en equipo

[pic 6]Con la transformación educativa, las escuelas ganan en autonomía y poder de decisión, pero este pasaje transforma la tarea: no sólo hay más contenidos y funciones, sino que se requiere de modificaciones estructurales para responder a mayores demandas. Cuando cualquier actividad sufre cambios de esta naturaleza, hay que empezar a profundizar las fuerzas que hasta ahora permanecían ocultas, y la colaboración es una de ellas ¿Qué pequeños espacios de productividad, de intervención, de potencialidad, no se usan? La colaboración es eso. No es ni una moda ni una obligación, sino que es una manera de aprovechar recursos que aún no se han utilizado al máximo. La consolidación del trabajo en equipo puede aportar elementos valiosos para fortalecer instancias de actuación colaborativas. Desde esta perspectiva, es responsabilidad de la dirección la creación de estos espacios comunes. Pero no alcanza con eso: un posterior trabajo de seguimiento, supervisión y orientación será primordial para garantizar que los grupos no sólo encaren una tarea reflexiva sino también resolutiva. La conducción debe guiar las deliberaciones grupales para la generación de acciones, de proyectos donde los participantes se hagan cargo de los resultados parciales y finales. Además, es importante que los directivos tengan en cuenta que estas transformaciones necesitan de un tiempo para poder darse: generar acciones de intercambio, por pequeñas que sean, servirá para disminuir frustraciones y seguir avanzando; no importa tanto la velocidad como el rumbo. La clave es ir abriendo huecos en el "cartón de huevos" para intercomunicarlos.

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