El hombre en busca de sentido.

El humano tiene como prioridad el instinto de sobrevivir ante las adversidades de la vida, es decir las que nos pone la naturaleza y la vida frente a nosotros. Esto es más que obvio ya que también sucede en el caso de todos de los seres vivos, como el caso de un tiburón toro a punto de nacer, que poco antes se alimenta de su hermano vivo en el vientre. Este instinto puede llevarnos a convertirnos en bestias, entonces es lógico que el humano cometa actividades tan atroces en una lucha por subsistir.

Durante las guerras, el enemigo suele, cuando se tiene la oportunidad, de capturar a sus contrincantes y así optar por dos opciones: tenerlos como esclavos o prisioneros de guerra, o la otra opción es aniquilarlos, en ciertas ocasiones, sin decir que, en la mayoría, de formas ruines e inhumanas.

Así que, si a un ser humano se le priva de su libertad y se le es arrebatado su dignidad y su esencia humana, ¿cuál es el sentido de seguir con vida? Este es el tema que Maneja el psiquiatra austriaco Viktor Emil Frankl, que vivió tres de los periodos más oscuros y horribles de la historia humana. El mas reconocible fue su estancia en un campo de concentración para judíos durante la culmine de la Segunda Guerra Mundial.

En su libro El Hombre en Busca de Sentido, expresa los resultados psiquiátricos de las victimas que se encuentran encerrados al igual que él. Así demuestra cómo sus motivos por seguir luchando, ese instinto básico que tenemos cada uno de nosotros, desaparece y ahora son víctimas de enfermedades severas como es el caso de la depresión, la paranoia, etc.

Los valores marcan una fuerte pauta aquí ya que, a partir, de si desea el individuo seguir luchando, sus motivos se verán afectos por la presencia de los valores que tiene o de los que irá aprendiendo. Esto lo podemos expresar como el origen del deseo de sobrevivir para manifestar los sentimientos de odio e ira en venganza, o liberarlos en una forma más ética buscando la forma de hacer algo para que aquello no se repita y ayudando a los demás.

Otro punto es el factor de quienes los han capturado, esta gente refleja que los valores son relativos dependiendo de la cultura, época y circunstancias. Y que se pueden ver confundidos con los prejuicios y los estigmas de intolerancia que la vida nos va enseñando. Esta gente no tenía buenos valores, y a lo que podían ver como valores solo se adaptaban con cierta gente, eran racistas.

Como conclusión puedo deducir que la educación ética que recibimos desde casa, en los medios y en la sociedad influyen directamente en el modo en el que actuaremos en el futuro y nuestro modo de comprender el mundo. Esto han sido los factores claves de las grandes disputas en la historia, y la única solución viable y eficaz es simple: el respeto y la tolerancia, ya que nadie es igual que el otro y nuestra libertad termina donde la del otro comienza.

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