El hombre en busca del sentido. La agonía mental
Enviado por pakolool1 • 17 de Marzo de 2019 • Ensayo • 1.228 Palabras (5 Páginas) • 149 Visitas
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Introducción.
La segunda guerra mundial fue descrita por muchos autores como la mayor atrocidad que ha habido en la humanidad, no solo por los conflictos bélicos, si no también por todo el daño colateral que causo entre uno de ellos y donde más nos enfocaremos es en los campos de concentración.
(Wikipedia, 2019) Viktor Emil Frankl (Viena, Austria; 26 de marzo de 1905 a 2 de septiembre de 1997 fue un neurólogo y psiquiatra austríaco, fundador de la logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro El hombre en busca de sentido.
Es curioso conocer la forma en como el autor de este libro relaciona su labor (la psiquiatría con la forma en que viven estas personas dentro de los campos de concentración, dándonos un enfoque que nos puede llevar a los cuidados paliativos sabiendo que en cualquier momento le puede llegar la muerte ya sea por una causa natural o por que ya no es “útil”.
Desarrollo
La agonía mental.
El viaje comienza en un tren, en el cual van alrededor de 1500 personas de las cuales no se conocen a veces entre sí, aquí empieza a hacerse presente esos sentimientos de incertidumbre, “¿A dónde nos llevan? ¿Qué será de nosotros? ¿será un buen lugar?” Como se sabe al ser “elegido” para un campo de concentración pasan por cierto tipo de elección por el cual se deja a las personas más “útiles” en los campos mientras que a los otros los llevan a darse un “baño” esto quiere decir la muerte. Uno descubre eso hasta que llega con todos sus compañeros. Desde este momento la persona tiene en su mente todo el tiempo el sentimiento de que le llegara la muerte y no será una muerte “dulce” si no una muerte muy agonizante, porque llegando aquí les despojan de todo tipo de pertenencia es como si les desnudaran su alma y solo les dejan su forma física, desnudos y sin nada. Los placeres que hay en estos lugares pueden ser desde un plato de sopa a medio hacer hasta un cigarrillo, pero la injusticia en estos lugares es algo de resaltar, casi nadie iba a tener este tipo de placeres por lo que los iba a llevara a un grado en el que lo único que los iba a salvar es su pericia y su fuerza mental.
El sueño del prisionero.
“Comprendía que ningún sueño, por horrible que fuera, podía ser tan malo como la realidad del campo que nos rodeaba.” No importa que tipo de persona, tipo de vida, tipo de conocimientos que se tenga, nosotros soñamos y por lo regular es un escape a la realidad. Es difícil pensar en que soñaban estas personas al ser arrebatados de todo ¿qué les queda? Pues yo pienso que a pesar de todas las adversidades son capaces de salir de está mala vida, algunos soñaban con sus hijos, otros con sus esposas, otros en algún momento y no necesariamente tenían que estar dormidos si no que de alguna manera lo debían tener presente todo el tiempo dándoles una pizca de felicidad y de fortaleza por la cual ellos lograrían mantenerse con vida.
“Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad – aunque sea solo momentáneamente- si contempla al ser querido”.
La ausencia.
Dada la vida primitiva en la que los prisioneros se desarrollaban, les causo un hueco dentro de ellos que incluía todo tipo de sentimientos, no todos tenían el mismo temple para las adversidades en las que se encontraban, algunos dejaban su lado humano y se volvían en simples maquinas. Al tener deficiencias de todo tipo, desde la desnutrición hasta problemas mentales, entre ellos sabían quien iba a ser el siguiente en ser enviado a los crematorios o incluso el que no pasaría la noche. Es curiosos como existe esta deshumanización al estar en presencia de estos hechos día a día y que puede llegara causar una inmunidad a la muerte o a la sensación de perder una vida.
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