El riesgo del uso y abuso de sustancias ilegales
Enviado por johannadjr • 30 de Septiembre de 2012 • Ensayo • 1.806 Palabras (8 Páginas) • 607 Visitas
DROGAS
tema
Uso de Sustancias: ¡Di Sí a la Vida!
Objetivo del Programa: Educar a la juventud sobre los peligros del uso y abuso de sustancias ilegales. Esas sustancias no solamente dañar nuestros cuerpos, sino que están en contra de la Palabra de Dios. Al conocer los peligros de las drogas, sabremos cómo mantenernos alejados de esas sustancias dañinas que continúan poniendo en riesgo la vida de los jóvenes.
Una sirena resuena en la distancia, haciendo un eco en el corredor oscuro de concreto. Una figura desgreñada escarba el tacho de basura en la parte posterior de un restaurante; momentáneamente levanta la cabeza antes de reasumir su búsqueda letárgica de alguna sobra de comida, considerada no comestible por el cliente exigente de adentro. Finalmente, después de encontrar un pedazo remojado de pan, humedecido con una hedionda salsa de origen desconocido, lo mete a la boca que está llena de dientes cariados y traga su comida con el oscuro contenido de la botella, envuelta en un papel, que tiene en la otra mano. Refunfuñando incoherentemente debido a los efectos del alcohol y otras drogas que pasan por su sistema, sigue su camino por la callejuela. Por último desaparece a la vuelta de la esquina, se trata de otro despreciable vagabundo, en una ciudad llena de despreciables vagabundos.
La escena anterior es lo que muchos jóvenes de hoy imaginan, cuando piensan en alguien que hace uso indebido de sustancias. Es una imagen que los hace sentirse seguros e inclusive un poco superior. Infelizmente es también equivocada. La verdad es que esta imagen sólo representa a una pequeña porción de personas que abusan de sustancias. El promedio de las personas que abusan de sustancias probablemente se parecen más a tu buen amigo de la escuela o a tu vecino o a tus padres, que el mendigo de la calle. En casi todas las calles de Norte América se encuentra una persona que hace uso ilegal de sustancias, desde los barrios pobres de las grandes ciudades hasta las avenidas llenas de árboles de los pueblitos. Y no estamos hablando solamente de "drogas callejeras" como la heroína y la marihuana. No. Otras drogas, como el alcohol, el tabaco y la cafeína se han vuelto partes aceptables de nuestra cultura y destruyen más la salud de la población y los hogares que todas las "drogas callejeras" combinadas.
Antes de seguir, necesitamos definir el término abuso de sustancias. Si el uso de una sustancia te daña a ti o a alguien, sea física, mental, social o espiritualmente, es un abuso. La sociedad tiende a pensar en el "uso en exceso" de drogas como el "abuso"; pero desde la perspectiva cristiana, cualquier uso de una sustancia dañina, como el alcohol, cigarrillo, drogas ilegales, es abuso porque son dañinas aun en pequeñas cantidades. La Biblia es clara: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios". Y, "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es" (1 Cor.3:16,17).
En los Estados Unidos y en cierto grado en todo el mundo, hemos llegado a pensar que las drogas son la respuesta a todos nuestros problemas. ¿Te cuesta dormir? Ingiere una pastilla. ¿Frustrado? Bebe. ¿No puedes despertar? Toma una taza de café. No es de sorprenderse que muchos niños busquen las drogas. Han aprendido a ser así por el ejemplo de sus padres.
La sociedad ha pagado caro por esta actitud hacia las drogas. Aproximadamente la mitad del promedio de los pacientes de un médico de familia tiene un problema de alcohol o drogas. Cada año el abuso de sustancias cuesta a la sociedad $135,000 millones de dólares, sólo en los Estados Unidos.
Pero los costos monetarios del abuso de las drogas son pequeños comparados con los terribles costos de quienes abusan de ellos, sus familias y la sociedad entera, en términos de familias destruidas, niños abusados, daños a la propiedad y destrucciones irreparables a la salud física y mental y la reputación de la persona que abusa de la sustancia. Pero más trágicas aún son las consecuencias espirituales. El alcohol y las drogas desaceleran los procesos del pensamiento e impiden la concentración. Las drogas y los cigarrillos disminuyen la circulación del flujo de oxígeno hacia el cerebro. La única avenida que Dios tiene para llegar a nosotros es a través de nuestras mentes. Dios quiere hablar con nosotros, razonar con nosotros, pero si el cerebro está nublado por las drogas, ¿cómo se podrá comunicar con nosotros? No es de sorprenderse lo que dice Proverbios 20:1, "El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio".
¿Qué hacen las drogas al cuerpo y a la mente? ¿Por qué son tan malas? Primero veamos lo que dice la Palabra de Dios: "¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, o como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no
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