Ensayo Inteligencia Emocional
Enviado por isaaccastro • 27 de Febrero de 2013 • 1.609 Palabras (7 Páginas) • 826 Visitas
En la Primera parte del libro “El cerebro emocional”
El escritor Daniel Goleman nos habla de “La inteligencia emocional” que existe un tipo de inteligencia que es mucho más efectiva que el coeficiente intelectual (CI), mejorando los conceptos cotidianos de inteligencia.
“El término inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos.
Señala que el coeficiente intelectual contribuye con apenas un 20% de éxito en la vida, el 80% restante es el resultado de la inteligencia emocional, que incluye factores como la habilidad de auto motivación, la persistencia, el control de los impulsos, la regulación del humor y la empatía.
La inteligencia emocional nos permite ser conscientes de estar frente a realidades emocionales, nos ayuda a comprender cómo funcionan las emociones y a lidiar con ellas. Estas habilidades serían las que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre la felicidad y el infortunio.
“El término inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos.
Se trata de un término que engloba habilidades muy distintas aunque complementarias
a la inteligencia académica, la capacidad exclusivamente cognitiva medida por el cociente intelectual...”
Un sentido de auto dominio y la habilidad de soportar las tormentas emocionales han sido elogiadas como virtudes desde los tiempos de Platón. Una vida sin pasión sería aburrida; eso sí, se trata de tener las emociones apropiadas y sentir de forma adecuada a las circunstancias, tal como lo señala Aristóteles:
“Cualquiera puede ponerse furioso... eso es fácil. Pero, ponerse furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… Eso no es fácil”
Todas las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución. La misma raíz etimológica de la palabra emoción proviene del verbo latino moveré (que significa «moverse») más el prefijo «e-», significando algo así como «movimiento hacia» y sugiriendo, de ese modo, que en toda emoción hay implícita una tendencia a la acción. Basta con observar a los niños o a los animales para darnos cuenta de que las emociones conducen a la acción; es sólo en el mundo «civilizado» de los adultos en donde nos encontramos con esa extraña anomalía del reino animal en la que las emociones —los impulsos básicos que nos incitan a actuar— parecen hallarse separadas de las reacciones.
En esta parte del libro nos habla de emociones tales como el enojo – miedo – felicidad – amor. Y nos dice que son acciones impulsivas o generadas por gestos o actitudes que representan agrado o desagrado
Para encontrar el origen evolutivo y el porqué de nuestras emociones actuales, el autor se remonta a nuestro pasado más remoto: la supervivencia del homo sapiens de hace miles de años. La forma en la que el cerebro se ha ido desarrollando a lo largo de milenios y milenios explican cómo y porque las emociones juegan un papel tan importante en nuestros pensamientos y acciones.
Para comprender la fisiología de las emociones se utilizan los resultados de estudios
avanzados de funcionamiento cerebral. Estos métodos han hecho visible por primera vez en la historia de las ciencias lo que siempre ha sido una fuente de total misterio: conocer fielmente cómo opera la intrincada masa de células nerviosas mientras pensamos, sentimos, imaginamos y soñamos.
El sistema emocional reflejo, de reacción instantánea, está ubicado en la zona inferior del cerebro. Su base de operaciones corresponde al llamado sistema límbico, que está
compuesto por la amígdala, que se puede definir como el asiento de toda pasión, y el
hipocampo donde surgen las emociones de placer, disgusto, ira, miedo, y se guardan los "recuerdos emocionales" asociados con ellos.
LeDoux descubrió un conjunto más pequeño de neuronas que conduce impulsos nerviosos directamente desde el tálamo hasta la amígdala, además de aquellos que
recorren la vía más larga de neuronas a la corteza. Esta vía más pequeña y más corta,
permite a la amígdala recibir estímulos directos desde los sentidos y comenzar una
respuesta antes de que queden plenamente registradas por la neo-corteza, nos permite
por ejemplo, reaccionar rápidamente ante un ruido u otra señal de peligro. “Este desvío
parece permitir que la amígdala sea un depósito de impresiones y recuerdos emocionales de los que nunca fuimos plenamente conscientes”.
En la Segunda parte del libro “La naturaleza de la inteligencia emocional”
Por esta razón, la mente emocional es mucho más veloz que la mente racional y se pone en acción sin detenerse ni un instante a pensar en lo que está haciendo. Si esta
información llegara antes a la Neo-corteza, nuestras reacciones no serían tan rápidas y
seríamos más vulnerables ante peligros inmediatos.
Conocer la fisiología
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