Ensayo del libro Tokio Blues de Haruki Murakami

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Ensayo del libro “Tokio Blues de Haruki Murakami”

Tokio Blues es un libro que relata la historia de Watanabe, las memorias que tiene de su juventud y como se enamoró de la novia de su mejor amigo, el cual se suicidó a la edad de 17 años sin dejar una nota u explicación a sus seres queridos sobre la razón que lo llevó a tomar tal decisión. Dentro de este enamoramiento Watanabe logra imaginar de forma voluntaria escenas que no deja claro si son parte de su realidad (a través de un sueño o una alucinación) pero genera en él una visión sobre lo que su inconsciente quiere, presenta un retorno de lo reprimido^[1], donde puede observar a Naoko desnuda frente a él.

     Kizuki, tenía el perfil de un neurótico obsesivo^[2] debido a la angustia que le generaba estar con su amigo, ya que en un momento Naoko dice a Watanabe que Kizuki en realidad era muy inseguro y solo se portaba “rudo” para pretender estar bien enfrente de él y se confirma esta actitud con la historia que da al inicio de su relato, donde Kizuki hace hasta lo imposible para ganar un juego de billar, justo el día que se suicidó. A primera instancia podemos describir que sus acciones tenían carencia de sentido, para él podrían ser una reacción a la represión de una moción pulsional^[3], la cual se refiere a que él no se permitía exteriorizar “algo” en su vida infantil y generó un sentimiento de amenaza y angustia hacia el resto del mundo, llevándolo terminar con su vida.

     Watanabe se desarrolla en un entorno con un constante acercamiento a las enfermedades mentales que pueden derivar a un suicidio, tal como la depresión que se explica como parte de la sintomatología del paciente August P.^[4] quien tiene en común con Naoko y su hermana que era personas aisladas de la sociedad, August se describe como “un hombre cuyos pensamientos están dirigidos única y exclusivamente a perfeccionarse en su arte”, por otra parte Naoko narra cómo su hermana nunca se demostraba molesta o irritable ante nadie cuando se sentía mal, incluso si tenía el periodo, menciona que la actitud que ella tomaba sólo era el encerrarse en su cuarto y se alejaba de todos, en cuanto a Naoko su forma de aislarse inició desde su relación con Kizuki, ya que solo hablaba con él y Watanabe, ella le menciona a su amigo: “Tú eras el lazo que nos unía con el mundo exterior”, otra forma de evitación por parte de Naoko fue que se internó en una Institución mental que la alejaba completamente de la sociedad. Otra similitud en estos casos, es que dichos pensamientos comenzaron después de que surgió un cambio grande en sus vidas, es decir, para August P. fue que una mujer lo acusara de hurto, generando en él una gran ansiedad y pensamientos suicidas, para Naoko fue que la cambiaran a un hospital psiquiátrico para darle un tratamiento más formal, debido a que no se veía una mejoría en ella, para Naoko tuvo un impacto que no supo sobrellevar, ya que ella también llego a quitarse la vida.

     El hospital en el que inicialmente se encontraba Naoko se utilizaba principalmente “la cura oral”, la cual fue iniciada por Freud, y describía cómo: “Un recurso de esa índole es sobre todo la palabra, y las palabras son, en efecto, el instrumento esencial del tratamiento anímico”^[5]. Ya que no era un hospital psiquiátrico como tal, su regla principalmente era siempre ser sincero en todo lo que se decía, para que se generara un espacio seguro donde tanto los pacientes, doctores y empleados pudieran expresarse sin temor alguno, y generaba en ellos un sentimiento de desfogue.  

     El caso de Naoko, tenía mucha relación entre lo corporal y lo anímico^[6], observándose desde que no podía tener relaciones sexuales o no “lograra estar húmeda” debido a que tenía un problema dentro de la relación con su pareja. Era en extremo íntima, esto le generaba una incomodidad y no lograba excitarse con él. Conocía a Kizuki desde los tres años y compartieron su intimidad desde una edad muy temprana, lo cuál pudo provocar un desajuste en el conocimiento del otro, es decir, Naoko relata cómo se conocían el uno al otro a fondo y que sí era posible que ella le hiciera felaciones y masturbación, pero que incluso él llegó a mencionar: “Tu no puedes distinguir entre los defectos y las virtudes, confundes las cosas”,  es por eso que cuándo tuvo la oportunidad de tener relaciones con alguien que no la conocía hasta ese punto, pudo llevar a cabo una relación sexual satisfactoria pero sintiéndose culpable porque Watanabe era su amigo. Así que cuando Watanabe comenzó a mostrar interés romántico en ella regreso nuevamente a no sentirse cómoda con llegar a una penetración, como menciona Freud: “los signos patológicos no previenen sino de un influjo alterado de su vida anímica sobre su cuerpo”^[7], indicando de esta forma que lo que a ella le incomodaba era el que no quería abrirse sexualmente si existía una relación más allá del coito en sí.

     En cierto punto del tratamiento que estaba recibiendo Naoko, su compañera de cuarto, Reiko, se convirtió en parte de su terapia del habla, pero por falta de conocimiento y porque no era una terapia o sesiones formales no tomó en cuenta las acciones que se deben tomar para no generar una transferencia en los pacientes, uno de los ejemplos más visibles fue que en una ocasión Naoko y Reiko “jugaron a ser lesbianas” donde no pudo generar una resistencia^[8] adecuada por parte de Reiko, lo cual inconscientemente generó en Naoko otra forma en que ella no pudiera expresar su sexualidad de forma adecuada, incluso ella revela esta experiencia como “que se había quitado un peso de encima”, viéndose egoísta y no pensando realmente en ayudar a mejorar la salud de Naoko.

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