Erich Fromm El Miedo A La Libertad
Enviado por anamolina17 • 10 de Noviembre de 2013 • 1.336 Palabras (6 Páginas) • 318 Visitas
No existe en la historia humana una época tan proclive al temor, la angustia y la renuncia a la
libertad como la moderna. La batería de miedos en la cual se encuentra envuelta la sociedad
post-industrial con respecto al “terrorismo”, “al calentamiento global”, a la mutación genética de
nuevos virus o a “los desastres naturales” se presenta como un terreno fértil a la indagación y a
la auto-reflexión. En ese contexto, es más que pertinente traer a colación uno de los libros más
importantes que se hayan escrito en materia política con respecto al Miedo a la Libertad.
Tal vez, la tendencia moderna a reseñar libros recién publicados evita la re-lectura de un
clásico de esta envergadura. Su posición con respecto a la solidaridad moral y al
adoctrinamiento político no sólo resiste la prueba del tiempo, sino que además amerita ser
reseñada a la luz de nuestra convulsionada forma de vivir. Es cierto que Erich Fromm no vivió
los acontecimientos que el 11 de Septiembre de 2001 cambiarían la forma de concebir la
geopolítica, pero sus ideas son ilustrativas incluso para analizar esos hechos.
Alternando la tesis de la lucha de clases y el devenir histórico marxiano con las contribuciones
del psicoanálisis, el autor se encuentra decidido a comprender las causas y consecuencias del
auge del Fascismo en Europa a mediados del siglo XX. Ese es el principio introductorio por el
cual en su introducción señala “hemos debido reconocer que millones de personas, en
Alemania, estaban tan ansiosas de entregar su libertad como sus padres lo estuvieron de
combatir por ella” (Fromm, 2005: 27). Partiendo desde una premisa propia del pragmatismo
inglés por la cual las tendencias autoritarias no se constituyen como fuerzas ajenas a la
voluntad del Estado sino que son la base del Estado Moderno; en esta construcción convergen
las propias actitudes y la devoción a un líder único. En consecuencia, la renuncia a la libertad
se explica por medio de dos factores, el ansia de sumisión y el apetito de poder. Sin embargo,
Fromm reconoce que estas tendencias no son características exclusivas de los totalitarismos
sino que también se encuentran presentes en las democracias e incluso en la ley del “libre
mercado estadounidense”.
Si partimos de la base, que los postulados Hobbesianos sobre el estado hubieren sido
suficientes para explicar la propensión del hombre al mal, no hubiéramos sido testigos de los
atroces crímenes que se produjeron durante la segunda guerra mundial contra la población
civil. Si el hombre entra en un estado de civilidad para evitar “la guerra de todos contra todos”,
¿como se explica el auge del fascismo precisamente nacido de ese estado de civilización?.
Esta pregunta es central para entender el resto del argumento de Fromm contra Hobbes y la
posterior introducción de Freud en la discusión. La irracionalidad y el inconsciente individual tan
de moda en los círculos psicoanalíticos le llegan a Fromm como anillo al dedo en la explicación
de su interrogación previa.
A grandes rasgos según Freud, el hombre en cuanto fundamentalmente malo, debe ser
domesticado en su naturaleza e instintos. La represión de los factores filogenéticos e impulsos
son sublimados en forma de cultura. A mayor presión sobre el individuo mayor civilización y
neurosis (malestar). Sin embargo, su carácter estático requiere de una revisión previa. Desde
Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 24 (2009.4)
esta perspectiva, Fromm sugiere comprender las necesidades del hombre como socialmente
dadas: “las inclinaciones humanas más bellas, así como las más repugnantes, no forman parte
de una naturaleza humana fija y biológicamente dada, sino que resultan del proceso social que
crea al hombre. En otras palabras, la sociedad no ejerce solamente una función de represión –
aunque no deja de tenerla-, sino que posee también una función creadora” (Ibid. 33).
El hombre se integra con otros por medio de la imposición de rol y la división del trabajo. Todo
nacimiento y posterior evolución se encuentra condicionado a la imposición cultural y a las
normas
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