Etica Y Valores

Parece una tendencia natural en los seres humanos remitirnos a las consecuencias para considerar la corrección o incorrección de una determinada acción. La reflexión sobre los resultados morales justamente propone evaluar las acciones según las consecuencias que de ellas se desprenden. Tanto el hedonismo como el utilitarismo evaluarán el resultado de las acciones en términos de la cantidad de felicidad que producen, dado que la felicidad se considera un bien que todos deseamos. La felicidad es la maximización del placer y la minimización del dolor.

LA VIDA PLACENTERA.

El hedonismo es una doctrina ética que dice que el máximo bien es el placer y, por lo tanto, en la vida debemos procurarnos la mayor cantidad de placer posible. Pero ¿Cómo podemos hacer para obtener la máxima cantidad de placer? Bueno, pues la forma más sencilla es minimizando el dolor. Una forma frecuente de definir el dolor es aquella que lo identifica como el lapso que transcurre entre que comenzamos a desear algo y que lo obtenemos.

TODOS GANAN.

El utilitarismo es una doctrina según la cual las decisiones son mejores según produzcan la mayor cantidad de felicidad para el mayor número de personas. Como ya hemos dicho, es una doctrina que evalúa éticamente las acciones según las consecuencias que se desprendan de ellas. El utilitarismo reconoce a la felicidad como el bien hacia el cual se orientan todas nuestras acciones, el utilitarismo propone maximizar la felicidad producida en cada una de nuestras decisiones.

PROPUESTA ÉTICA DE STUART MILL.

Para Stuart Mill la mejor decisión será siempre aquella que sea capaz de producir la mayor felicidad, en el entendido de que la felicidad es un bien general y de que así como la felicidad individual es un bien para cada persona, la felicidad general es un bien para todas las personas. Esto nos lleva, por supuesto, a la idea de que la mejor decisión es aquella que hace feliz a un número de personas.

¿CÓMO SE MIDE LA FELICIDAD?

La felicidad se mide en términos cuantitativos, esto es en relación con el número de personas felices y la durabilidad, permanencia, seguridad e inmediatez de placer. Stuart Mill, sin embargo, aunque reconoce el principio cuantitativo en tanto que debe buscarse el mayor placer para el número mayor de personas, considera que hay diferentes tipos de placeres y que unos son más valiosos que otros.

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