Figuras del Logo: Entre la filosofía y la literatura

Figuras del Logo: Entre la filosofía y la literatura

El tema central del texto esta basado en el remediar nostálgico de la antigua grandeza de Roma en la Edad Media, con la ensoñación del establecimiento de un imperio universal, particularmente de los gobernantes de la época, tomando en cuenta los insistentes intentos que resultaron en constantes fracasos.

Gonzáles Ochoa dirá que la importancia de todos los actos (tanto sentimientos como pensamientos) son el resultado de la convicción de que lo divino es inseparable a la naturaleza, encontrándose ésta última en directa relación con la sociedad. Se entiende al hombre en menor cantidad como individuo que como parte de un grupo, con una notoria derivación de sus valores e identidad. “Tampoco sorprende que la sociedad se perciba como parte de la naturaleza, como componente de los procesos del mundo natural, y que su función primaria sea algo que excede los poderes de cualquier hombre” . Para Gonzáles Ochoa la naturaleza se comprendería como la manifestación de lo divino, en donde la sociedad cumpliría el rol de lo que se denominaría una función religiosa.

Tomando en cuenta la escala jerárquica, en la cual las antiguas civilizaciones se basaban, los reyes se tomaban en cuenta como figuras sagradas, y no solo eso, sino que también su relación directa con la política; por ende, no existía una separación entre la esfera política y religiosa. Hoy en día ambas esferas están bastante distanciadas, o quizás la caracterización secular, o proceso de secularización, fue lo que gatilló desde su inicio al quiebre entre ambas esferas. Un planteamiento bastante asertivo de Gonzáles Ochoa es cuando refiere al pensamiento judeocristiano como restricción divina. “El modo de pensar judeocristiano supone una restricción del significado de lo divino debida básicamente a dos factores: en primer lugar, la insistencia en la unidad, omnipotencia y trascendencia de Dios, y, en segundo, el cambio de sentido de lo divino, según el cual deja de ser un continuo que pasa de la naturaleza al mundo del hombre” . Nos damos cuenta que aquellas restricciones cuestiona directamente a todo pensamiento anterior.

Por otra parte, en las Escrituras se manifestaba la transformación radical de la concepción religiosa, por ejemplo, el monoteísmo de los autores del Nuevo Testamento no permitían considerar a los reyes como mediadores entre el pueblo y Dios. Aquel modo anterior de la realeza mostró ser resistente debido a que estaba arraigado tanto en el mundo romano como en los pueblos germánicos. Tanto oriente como occidente, tal resistencia dio sustento a la adaptación en el sendero cristiano. Y en el aspecto descriptivo de cargos, en cuanto al vocabulario restringido de la política heredada de los griegos, “Así pues, en lugar de expresar relaciones políticas, como las de gobernador o gobernado por ejemplo, el uso de esa nueva palabra alejaba cualquier

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