Filosofia de lo absurdo

FILOSOFÍA DEL ABSURDO

¿Cuál es el sentido de la vida?... Como seres humanos es muy común que nos plantemos preguntas como esa, ya que en todas las épocas y culturas, bajo formas y perspectivas distintas, el hombre se ha preguntado por el sentido de su existencia. Hoy día, podemos notar que nos encontramos sumergidos en un círculo cotidiano, en el cual pero sólo volvemos a reflexionar sobre nosotros mismos únicamente cuando experimentamos sensaciones que están fuera de nuestra zona de confort, cuando sentimos angustia, o miedo al fracaso, un ejemplo claro es cuando perdemos a un ser querido, nos encontramos la imposibilidad de lograr la felicidad, o cuestionamos la finalidad de actuar de determinada forma. El simple ejercicio de preguntarnos al final del día si tiene algún punto simplemente actuar en el mundo nos lleva hacia el absurdo.

Cuando escuchamos hablar de algo absurdo es muy común que venga a nuestro plano la idea de una actividad humorística, sin embargo, el absurdo, el implica retomar la discusión sobre el posible sentido y valor de la vida, sobre si vale la pena vivir o no vivir, y sobre si los imprevistos vuelcos de la existencia deben entenderse como elementos de nuestra propia condición como seres humanos, una condición del hombre frente al mundo: la de sentirse superado por éste, de querer remediar o superar tal y buscar en la posibilidad de un estado mejor.

A pesar de ésta perpetua búsqueda de un significado de que nos brinde una plena seguridad de nuestra existencia podemos decir que sabemos que el sufrimiento existe pero, pareciera que no, pero también somos capaces de entender que los demás sufren, somos seres capaces de compasión, de unión. Si lo vemos desde una perspectiva más afectiva podemos darnos cuenta de nuestra capacidad para darle la vuelta al absurdo que nos constituye.

Si bien es cierto que a lo largo de nuestra historia humana las grandes guerras y las injusticias sociales han estado siempre a bordo, y que la mayoría de estas tuvieron lugar en el siglo pasado, tal es el caso de la Segunda Guerra Mundial, y que en aquel panorama había más necesidad para el pensamiento, en este casi, existencialista, también considero apropiado e importante señalar, que el individuo moderno no deja de estar sometido a grandes presiones extremas. Son nuevas presiones, sin embargo se encuentran presentes en nuestras sociedades, pongo de ejemplo el consumismo. En cualquier lugar del mundo somos vulnerables ante la desesperación y la soledad, quienes nos orillan a reflexionar y cuestionar nuestra existencia en este mundo. Es algo correcto, y sano, sin embargo, no es la mejor forma de llevar nuestra vida.

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