Filosofía china: La importancia de la sabiduría
Enviado por jorgefragoso92 • 27 de Julio de 2013 • Ensayo • 1.308 Palabras (6 Páginas) • 353 Visitas
Filosofía china: La importancia de la sabiduría
Armonía y equilibrio constituyen algunos de los preceptos que el antiguo pensamiento filosófico chino mantenía para alcanzar el conocimiento.
El primero de los maestros que se desplazaba de un lugar a otro para ofrecer sus servicios a los jefes de los grandes Estados, y para enseñar a título privado, fue Confucio. Los datos de su vida fueron recogidos por el primer historiador chino en las “Memorias históricas” (”Che-king”).
Nacido en el estado de Lu, Confucio quedó huérfano de padre muy joven, y fue educado por su madre en la más extrema pobreza. Estuvo al servicio de los ministros de Lu, y a los cincuenta años podría haber obtenido un importante cargo en el gobierno de su estado natal, pero una intriga política lo impidió y comenzó a vagar de unos lugares a otros, de unas cortes a otras, esperanzado por encontrar al príncipe capaz de poner en práctica las condiciones para la consecución del Estado ideal. Tras trece años vagando de corte en corte pudo volver a su país y allí fundó una escuela, y a los tres años de su regreso falleció.
Aunque no ha dejado ningún escrito, se sabe que él buscaba ejemplos de virtud, y tomaba como modelos a los grandes sabios y reyes para formar a sus discípulos. Las lecciones de respeto y de urbanidad las extraía de los rituales, y usaba manuales de filosofía política. A pesar de no haber escrito nada, por medio de sus interpretaciones pudo renovar el sentido de viejos textos y expresar nuevas ideas. Gracias a él la sociedad se transformó e incluso se reformó.
La armonía para el pensamiento confuciano estaba asentada en las llamadas cinco relaciones sociales, que eran: entre el soberano y el súbdito, entre el padre y el hijo, entre el hermano mayor y el hermano menor, entre el marido y la esposa, y entre amigo y amigo. No seguirlas era tanto como ir en contra de los designios del Cielo. Para Confucio el Cielo era lo supremo, el ser humano tenía que tener como principal preocupación el conocimiento de la voluntad celeste (denominada “ming”). Pero para conocer ese decreto del Cielo es necesario actuar, es esencial que cada persona cumpla con su deber y que lo haga en el lugar que se le ha asignado. En eso consiste precisamente la sabiduría, en cumplir con los deberes para con el resto de individuos y en adorar a los espíritus al tiempo que mantenerse alejado de ellos.
Aquello que el maestro enseña a sus discípulos es a diferenciar entre el bien y el mal a través de ejemplos prácticos, para que así se desarrolle en ellos la personalidad y el razonamiento, preparándoles para que sean capaces de seguir la vía (el “tao”) que el Cielo ha trazado para ellos.
Para poder realizarse de este modo, y hacer que el orden celeste se produzca en uno mismo, resulta necesario conocer la naturaleza de las cosas de forma perfecta. Esta especie de ciencia es la que permite que se actúe con equidad y que se comprenda el significado de los ritos. Así, los sabios han precisado los deberes de cada persona, y los han formulado en rituales.
Confucio enseñaba que si cada uno de los miembros de una sociedad tiene en cuenta lo que significan e implican las palabras, entonces la sociedad estará bien ordenada: el príncipe ha de conducirse como príncipe, el ministro como ministro, el padre como padre, el hijo como hijo…, y entonces el país estará bien gobernado. Un príncipe sabio habrá de cumplir con sus deberes, y para ello tendrá que encaminar sus deseos hacia el bien, y conocer al Cielo y a los hombres.
El gobierno ideal para Confucio es el del rey Yu, el reinado del santo, a este fundador Confucio no le encontraba falta ninguna. La santidad consiste en un conocimiento innato de los símbolos, y en la capacidad de discernir inmediatamente entre el Bien y el Mal, así como captar lo Bueno
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