Fisica Cuantica
Enviado por seabastianbtr • 10 de Septiembre de 2012 • 1.612 Palabras (7 Páginas) • 337 Visitas
¿Qué ocurre al caer a un agujero negro?
En esta sección describo lo que se ve y se siente desde una hipotética nave espacial que cae en un
agujero negro y lo que ve un observador lejos del agujero negro de la suerte que corre la nave. El resultado
es sorprendente y nos acerca un paso más a comprender la idea de agujero negro.
Antes de la nave espacial, pensemos en una partícula que cae en el agujero negro. En física, una
partícula es un objeto con propiedades como masa, energía, velocidad, etc. pero sin tamaño. Es un objeto
puntual y es indivisible.
Supongamos, pues, una partícula que se dirige directamente hacia un agujero negro. No es difícil
calcular su trayectoria y velocidad en el curso de la aproximación. Son iguales que si se aproximara a una
estrella o a un planeta, iguales a los de una piedra que cae al suelo desde cierta altura (la región que rodea a
un agujero negro no es diferente a los alrededores de una estrella). Cuando llega a la superficie del agujero
negro... sigue su camino normalmente. No ocurre absolutamente nada diferente, nada extraño, nada
asombroso.
Conviene aclarar la idea de la superficie del agujero negro pues es un concepto esencial en la
teoría. Un agujero negro esférico con cierto diámetro no es un objeto similar a un planeta, con la superficie
“dura”. Es una región del espacio de la cual la luz no puede salir. Por supuesto, esa región debe contener
una cantidad de masa que crea la enorme atracción gravitatoria necesaria, pero la masa puede ocupar un
volumen pequeño. Un agujero negro es, pues, una región del espacio y, probablemente, dicha región esté
“vacía” de materia en su mayor parte. La frontera de esa región, el límite que separa el agujero negro del
exterior, se denomina horizonte de sucesos, y es el concepto que tiene la clave de la definición rigurosa de
un agujero negro.Pero, volviendo a la partícula que cae en el agujero negro, reitero el resultado expuesto antes.
Cuando la partícula atraviesa el horizonte de sucesos, es decir, cuando entra en el agujero negro, no sufre
ningún tipo extraño de fenómeno. Continúa su trayectoria tal como venía, así como su percepción del
espacio y del tiempo.
Si nos fijamos en una nave espacial en lugar de una partícula, la única diferencia esencial es que la
nave está compuesta de muchas partículas y, por tanto, es extensa. Tampoco su trayectoria o velocidad
sufren ningún cambio brusco al atravesar el horizonte de sucesos. Lo que sí sufre es la estructura de la
nave debido a la fuerza gravitatoria. No es importante que la fuerza gravitatoria total sea enormente
intensa. Si la nave simplemente se deja caer, no se aprecia (un paracaidista que salta de un avión sólo nota
que está cayendo por la fricción del aire en su cara, pero en realidad no siente la atracción gravitatoria).
Pero hay otro efecto a tener en cuenta: la diferencia de la fuerza en diferentes puntos de la nave. La fuerza
es mucho más intensa en la parte delantera de la nave que en la trasera (más cercana y más lejana del
agujero negro respectivamente). Y la diferencia es tan grande que se traduce en un esfuerzo de tracción
neto que, simplemente, estira la nave hasta romperla en trozos. Cada trozo sería igualmente estirado y roto
y el proceso se repite a todas las escalas hasta que, finalmente, tendríamos un rosario de partículas
(indivisibles y por tanto exentas de los estiramientos) cayendo ordenadamente al agujero negro. Pero hay
que destacar que este proceso es independiente del horizonte de sucesos. Comenzaría mucho antes de llegar
a él.
¿Cuál es la importancia del horizonte de sucesos entonces? Recordemos que es el límite que
separa el agujero negro del exterior. Una vez atravesado el horizonte de sucesos, la nave (si aún se le
puede llamar así), no puede comunicarse con el exterior; no puede enviar señales a un observador externo
porque estas señales no pueden atravesar de vuelta el horizonte. Lo que sí puede es recibir señales
procedentes del exterior. El horizonte de sucesos es una membrana que permite el paso de cualquier cosa
en un sentido, sin alterar su trayectoria o velocidad, pero no permite el paso de cosa alguna en sentido
opuesto.
De todas formas, al observador exterior no le importa mucho si la nave ya no puede enviarle
información una vez que ha atravesado el horizonte de sucesos. En realidad el observador exterior nunca
llega a ver que la nave alcance el horizonte de sucesos. La razón se puede explicar intuitivamente.
Imaginemos que la nave, durante su viaje, está enviando permanentemente una señal al observador lejano
en forma de ondas electromágneticas (es decir, luz). A medida que se acerca al agujero negro, al campo
gravitatorio es más y más intenso. A la luz, que siente la atracción graviatoria, le cuesta cada vez más
trabajo alejarse del agujero negro en dirección al observador; el agujero negro la frena (igual que una piedra
lanzada
...