Fortalecer Nuestra Habilidad Para Conversar

Fortalecer nuestras habilidades para conversar, es lo que nos motiva a iniciar este proceso investigativo entre docentes, que mediadas por espacios de diálogo y de reflexión, buscamos comprender por qué los niños y las niñas en sus evaluaciones del desarrollo presentaban en las áreas del lenguaje y la cognición, niveles de alcance no acordes a la edad cronológica en la que fueron tamizados.

Mediante un proceso de seis encuentros nos encausamos a re-descubrir y re-escribir nuestras funciones, en espacios de vivencia humanizantes, donde el acto de educar se vive como acto creativo de una realidad cambiante, histórica, dinámica y dialéctica. Espacios en los cuales, descubrimos que conversar es más que un acto cognitivo, que cuando se conversa se despliega una complejidad de eventos que activan a las personas en su integralidad.

Los hallazgos más relevantes de los encuentros fueron confirmar que los espacios informales como compartir un café, un almuerzo o simplemente un encuentro entre docentes, posibilitan la conversación con mayor confianza, al “horizontalizar” las relaciones en el sentido de familiaridad.

Las palabras en el conversar tienen el poder de marcarnos para bien o para mal. Comprendimos que existe una necesidad en las personas de ser escuchadas, de expresarse y de sentirse comprendidas, así lo pidan verbalmente o no. Hay una necesidad de abrir espacios para el dialogo necesarios en la vida y relaciones interpersonales. Aprehendimos que los niños y niñas son personas con sentimientos que necesitan ser tomados en cuenta, porque forman parte de algo… el hogar, del grupo… necesitan nuestra atención, comprensión y confianza, porque la historia de nuestra niñez marca significativamente nuestra etapa adulta. Nuestras emociones, tanto las de los otros, cambian como resultado de nuestras palabras; y nuestras palabras cambian como resultado del cambio en nuestras emociones las emociones nos determinan más que el conocimiento. Qué conversar, combina conocimiento, sensación y vivencia.

Así pues, conversar transforma algo más que el momento presente o el acto de encuentro, trasciende a todos los momentos y actos de la vida, gestado en una estrategia de acompañamiento y “supervisión” docente, como espacio de reflexión y construcción, transformando nuestra presencia en las aulas, en encuentros amorosos, placenteros, dinámicos y con objetivos claros. Reconocemos que en el acto de educar, participa nuestro cuerpo, la emoción, el pensamiento, la historia personal y la cultura.

En este proceso, conversar se define como una habilidad fundamental donde la reflexión y el análisis se convierten en las estrategias que evidencian la transformación personal de las participantes y esto se extiende hasta el trabajo cotidiano, transformando la percepción acerca de la necesidad de dialogar con las niñas y los niños trascendiendo hacia los padres

...