Futuro Positivo

En la dirección, apuntada por algunos, de que la psicología jungiana bien puede ser la “psicología del siglo XXI”, se mueven algunos psiquiatras y, en concreto, el que es considerado como el padre de la psicología transpersonal, el psiquiatra de origen checo -residente desde hace años en Estados Unidos- Stanislav Grof.

Grof se había dado a conocer en 1985 con su obra Psicología transpersonal; un libro en el que compendiaba sus conocimientos más osados y sus experiencias terapéuticas de muchos años, primero como jefe de investigación psiquiátrica, luego como profesor y, en la actualidad, dirigiendo sus propios talleres de formación transpersonal. De Grof se han editado ya en España otros significativos libros, como La mente holotrópica (1994), El libro de los muertos (1995), El juego cósmico (1999), y La tormentosa búsqueda del ser.

Se publica La psicología del futuro, que podríamos considerar como un completo y muy preciso compendio de las teorías y prácticas psicoanalíticas de este autor; obra en la que el término consciencia juega un papel determinante en la materia tratada. En varias ocasiones nos hemos ocupado de los libros de Grof, pero a la vista de éste debemos recordar cuáles son algunos de los grandes campos de su interés. Así, los “estados no ordinarios de consciencia”, el afecto que siente y la nueva lectura que hace de determinadas prácticas cercanas al pensamiento oriental (aquí, sobre todas, su gran hallazgo de los beneficios de la “respiración holotrópica”), el papel que en la sanación juegan las que él reconoce como “emergencias espirituales”, la experiencia de la muerte desde una perspectiva psico- lógica, filosófica y espiritual, y su preocupación por la consciencia y la psique humanas, concebidas ambas como parte de una totalidad cósmica. Son temas que, de manera pormenorizada, se desglosan en los capítulos de este libro y a la luz de sus últimos hallazgos, fruto del contacto con miles de pacientes a lo largo de su trayectoria como gran teórico.

Llamativos fueron los hallazgos de lo que Grof reconoce como “matrices perinatales básicas”, es decir, de qué manera la salud o la enfermedad humanas están condicionadas por el parto, para el que establece cuatro categorías. Otras veces Grof completa o expande ideas que ya intuíamos en Jung. Así, su afán de autoconocimiento y de salud están en la órbita del proceso de “individuación” o del “sí-mismo” jungianos. Pero siempre bajo una luz nueva y con extremado sentido práctico. La pérdida de espiritualidad y de valores en nuestros días es otra se sus preocupaciones. él hace de la idea de Unidad, de las emociones positivas y de la musicoterapia, del rescate de lo sagrado y de la convivencia con una naturaleza en armonía, fuentes de gran utilidad para sus terapias. Este libro es un excepcional resumen de todo ello

...