Generalmente cuando somos niños tenemos una mente libre, un corazón limpio e inocente y una ilimitada imaginación que nos permite jugar y divertirnos con algo de insignificante valor que los adultos comúnmente no son capaces de comprender ni entender

Generalmente cuando somos niños tenemos una mente libre, un corazón limpio e inocente y una ilimitada imaginación que nos permite jugar y divertirnos con algo de insignificante valor que los adultos comúnmente no son capaces de comprender ni entender y precisamente por ser niños tenemos un ilimitado deseo de conocimiento, derivado de esto, nos surgen una y mil dudas y preguntas sobre el porqué de las cosas que nos rodean o suceden.

Este libro nos narra la historia de un aviador que le fue cuartada su libertad de ser un gran pintor creando un personaje frustrado en sus talentos.

Un piloto se encuentra en el desierto del Sahara, después de que se había averiado el motor de su avión, con agua suficiente para 8 días, aislado del poblado más cercano. A la mañana siguiente aparece un principito pidiéndole que le dibujara un cordero, el aviador accedió a hacerlo y a este no le parecían los corderos que le dibujaba, el piloto ya cansado decidió dibujar una caja y le dijo “esta es la caja, el cordero que quieres está adentro”, el principito asombrado respondió “¡Así es como yo lo quería!”, entonces un buen líder debe tener la habilidad de observar múltiples posibilidades en donde ya existe un concepto preestablecido, éste da la oportunidad e incita a su equipo a que lo tenga también.

El principito vive en un pequeño planeta, el asteroide B612 descubierto por un astrónomo turco al cual nadie le dio importancia por su manera de vestir, hasta que un dictador turco impuso el vestido a la europea, así éste pudo ganar credibilidad; la imagen que uno proyecta tiene que ser a la circunstancia para poder influir. En su planeta había tres volcanes que apenas alcanzaban sus rodillas, dos de ellos activos y uno extinguido y una rosa con 4 espinas para defenderse de las adversidades que pudiera haber. Pasaba sus días cuidando de su planeta preocupado por las semillas de los arboles baobabs, que si en un principio eran pequeños con el paso del tiempo podían ser muy difíciles de arrancar, incluso imposible, este podía llegar a ser un trabajo muy fastidioso pero muy fácil, si este sencillo trabajo no se hacía permitiría que estos arboles estallaran su planeta, esto es muy importante al estar al mando; cualquier trabajo por más insignificante que sea debe ser atendido como si fuese el más importante.

Un día el principito puso en orden su planeta y aprovecho la migración de unos pájaros silvestres para abandonarlo y explorar nuevos mundos; es así como visita siete planetas, cada uno de ellos habitados por un personaje, el primero un rey razonable este decía “si yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía”, esto aplicado a la vida común nos indica que no podemos pedir más de alguien de lo que sus capacidades le permiten. En el segundo había un vanidoso a estas personas lo único que les importa

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