Gilberth Ryle

Este libro es uno de los mas confusos e interesantes que he leído, al empezar a leerlo tenía una idea pero como pasaban los párrafos cambiaba de parecer, lo más interesante y confuso fue lo de las características de la doctrina oficial, doctrina derivada principalmente de las teorías de Descartes y en la que se sostiene que todo ser humano tiene un cuerpo y una mente, pero Ryle nos hizo ver que los principios centrales de esta doctrina son incorrectos y se contradicen y nos describe que la doctrina oficial afirma que toda persona vive una historia pública y una historia privada. La primera, formada por lo que sucede en su cuerpo, cuyos eventos, incluyendo el propio cuerpo, corresponden al mundo físico es decir, son externos, y que es pública puesto que el cuerpo humano está en el espacio cumpliendo las leyes mecánicas que rigen a todos los cuerpos espaciales y sus procesos y estados pueden ser controlados por observadores externos, la segunda, formada por lo que sucede en su mente, esto es, las operaciones de la mente y su desarrollo y cuyos eventos pertenecen al mundo mental, es decir, son internos, y que es privada, dado que la mente no se encuentra en el espacio ni sus funciones están regidas por leyes mecánicas, es decir, sólo yo puedo tener conocimiento directo de los estados y procesos de mi propia mente, y que hay dos tipos diferentes de existencia: un tipo de existencia física y un tipo de existencia mental. Lo que tiene existencia física está compuesto de materia o es el resultado de ella y tiene como característica estar en el espacio y en el tiempo. Sin embargo Ryle sostiene que existe una antítesis entre lo interno y lo externo, pues si bien “interno” y “externo” sirven para explicar metafóricamente, la separación en dos vidas y dos mundos, no sirven para explicar cómo es que la mente y el cuerpo de una persona se influyen mutuamente. Argumenta por ejemplo que aún si lo que la mente desea es ejecutado por las piernas, los brazos y la lengua, o lo que afecta el oído y el ojo tiene relación con lo que la mente percibe, o si los gestos y sonrisas traicionan nuestros pensamientos, o si los castigos corporales consiguen el perfeccionamiento moral, las conexiones efectivas entre los episodios de la historia privada y los de la historia pública no son claras porque, por definición, no pertenecen a ninguna de las dos series y no pueden ser observadas ni por vía introspectiva ni en experimentos de laboratorio lo que representa una notoria dificultad teórica que los fisiólogos pasan a los psicólogos y viceversa. Lo que tiene existencia mental posee conciencia (consciousness) o bien es una función de ella y tiene como característica estar en el tiempo pero no en el espacio. En lo absurdo de la doctrina indica Ryle en esta parte que se referirá a la doctrina oficial con deliberado sentido despectivo como “el dogma del Fantasma en la máquina”, el cual espera poder probar como enteramente falso.Según

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