HISTORIA DE LUCIANO (resumen)

HISTORIA DE LUCIANO (resumen)

 Él ya sabe que los textos son portadores de significado, esto es, que la escritura es un objeto sustituto. Ha descubierto que nuestro sistema de escritura (alfabético) privilegia la representación de los significantes. Dicho de otra manera: sabe que las palabras “panza” y “barriga” van a escribirse de manera muy diferente aunque el significado sea compartido, porque la sonoridad es muy distinta.

    Los elementos sonoros que se vinculan con las letras son las sílabas.

   Caso de Florencia. Ella considera que cada sílaba em,itida va a estar reprsentada por una letra. Pero no una letra cualquiera, sino alguna cuyo “sonidito” tenga algo que ver con la sílaba en cuestión. La estrategia que usa Florencia consiste en utilizar siempre la vocal correspondiente.

    Ella piensa que hace falta una cantidad mínima de tres letras para que un texto esté completo, para que ahí “diga” algo. No puede escribir “gato”, ya que de acuerdo a la hipótesis silábica debería llevar dos letras. Habria otra hipótesis que entraría en contradicción con la escritura silábica.

    Ella evita cuidadosamente repetir letras, es decir, piner dos letras iguales seguidas.

    Ferreiro: la hipótesis silábica y la de variedad.

    En el caso expuesto se trata de lo que Ferreiro ha llamado “variedad intrafigural”. La exigencia de variar las letras en el interior de la escritura de una palabra.

    A este problema se va a agregar después la demanda de “variedad interfigural”, que consiste en exigir escrituras diferentes para representar palabras distintas.

    Caso de Luciano. Él tenía un problema. Había una contradicción flagrante entre dos hipótesis igualmente fuertes: la escritura silábica con vocales y la hipótesis de variedad (en este caso interfigural)

   Nueva complicación: la similitud gráfica con la escritura de números.

    Él ya tenia una idea formada acerca del asunta: “gato” empieza con “a” y termina con “o”. También va con la ge de gato.

    Lamentablemente, cuando intenta interpretar su escritura guiado por la hipótesis silábica, esta solución de compromiso se desmorona. Nuestro amigo retoma su idea anterior con lo que vuelve a caer en el conflicto inicial. Confiesa su fracaso anulando el elemento perturbador, esto es, tachando una de las escrituras.

    Luciano. En el mes de abril escribe de manera silábica usando exclusivamente vocales.

Durante el mes de mayo comienza a utilizar algunas consonantes, sin tracender ñas fronteras de su sistema silábico.

    Toda información es siempre procesada por el sujeto que la recibe, es interpretada en función de sus conocimientos previos, es reestructurada, resignificada. “¿qué letra es esta?”

 Deste modo ha averiguado que esta letra (k) es “ca”, que ésta (q) es la “cu”, que ésta (t) es la “te”, etc. Los nombres de esas letras son asimilados de acuerdo con el esquema silábico que maneja Luciano y le resultan de gran utilidad para producir estas escrituras a comienzos del mes de junio.

 Veamos así que Luciano no manifiesta desagrado cuando escribe co dos letras las palabras bisílabas (la gipótesis siláboca ha ganado la batalla, temporariamente, a la hipótesis de cantidad) aunque no parece mu tranquilo cuando pone una sola letra para los monosílabos.

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