IDENTIDAD Y RELACIONES SOCIALES EN LA ADOLESCENCIA

LAS CULTURAS JUVENILES EN MÉXICO

A lo largo de la historia de la humanidad ha surgido un fenómeno interesante: el agrupamiento de los seres humanos con otros con los que se comparten algunas características o intereses.

Primeramente para poder hablar de las culturas juveniles tenemos que hablar de sus integrantes que en su mayoría son adolescentes y por eso es importante definir lo que es adolescencia, que es un adolescente y sus características.

La adolescencia comúnmente se asocia con dolor, sufrimiento, también se define como una etapa de cambios tanto fisiológicos como emocionales y se dice que es la etapa más difícil por la que pasamos todos los seres humanos.

Se le preguntó a una adolescente de 14 años lo que significaba pubertad y adolescencia para ella, a lo que respondió:

“¿pubertad? ¿Qué es eso? (sonríe) es algo de la adolescencia ¿no? Si es como la adolescencia es cuando te cambia todo el cuerpo”

“La adolescencia en donde te cambia todo todo y tus padres no te comprenden y te empiezas a fijar en los muchachos y te arreglas para verte bonita y quieres salir a fiestas y no sé qué más decir”

Como podemos observar comúnmente se tiende a confundir la adolescencia con la pubertad, siendo que son dos conceptos y etapas diferentes aunque seguidas una de otra.

Primeramente el ser humano pasa por que es la pubertad que de acuerdo con el Dr. José Martínez Costa la pubertad es:

“Llamamos pubertad al conjunto de cambios físicos que a lo largo de la segunda década de la vida transforman el cuerpo infantil en cuerpo adulto con capacidad para la reproducción.”

Martínez, José.

Es decir, es la etapa donde el cuerpo infantil va transformándose, empieza en el caso de las niñas aparece la menarca y en los niños aparece lo que son los sueños húmedos.

En cuanto a la adolescencia según Hollingshead desde el punto sociológico es:

“Periodo de la vida de una persona durante el cual, la sociedad deja de considerarla como un niño, pero no le concede ni el status, ni los roles, ni las funciones del adulto.”

La adolescencia según este autor es cuando al niño deja de considerársele como tal y asume otras tareas, sin embargo estas tareas no son las que los adultos tienen.

En la etapa de la adolescencia surge un cambio y una necesidad por una aceptación así mismo, por definir una personalidad y crear una identidad de acuerdo a sus creencias, su manera de vivir, entre otras cosas.

De acuerdo con Erikson quien señala que la identidad es:

“Diferenciación personal-inconfundible; es definición o, mejor, autodefinición de la persona ante otras personas, ante la sociedad, la realidad y los valores…”

Los adolescentes empiezan a formar su identidad, empiezan a formarse verdades sobre su entorno, empieza a formarse ideologías y empieza a adquirir características que lo definan del resto de los demás seres humanos que lo rodeen.

Por otro lado, también surge otra necesidad, la cual es la personalidad. Por personalidad entendemos como la forma de ser de cada individuo, por ejemplo, valores, comportamientos, forma de pensar, de actuar, carácter, etc.

Los adolescentes cuando llegan a esta etapa no tienen ni la personalidad ni mucho menos una identidad verdadera por lo que empiezan a imitar identidades de otras personas como artistas, vecinos, amigos o algún adulto al que admiren.

Al encontrarse ante tal situación surge una tendencia muy común en esta etapa y es el unirse a grupos que comparten ciertas características con ellos; ideologías, maneras de pensar, música, moda, peinados etc., a este tipo de grupos se les denomina grupos de pares.

Esto se pudo percibir cuando se fue a observar en secundaria y bachillerato, sin embargo en donde se observó más marcado este fenómeno fue en bachillerato porque al entrar a la institución en lo que es el patio y canchas se observaban distintos grupos en los cuales sus integrantes compartían ciertas características, como la forma de hablar, algunos accesorios y la música.

Ante tal suceso, los adultos no solo los critican por su forma de ser sino también por su integridad social y personal provocándoles que se vuelvan conflictivos entre otros malos aspectos observados en la vida cotidiana.

Estos grupos constituyen parte fundamental para el desarrollo de la identidad de cada individuo y a esto Erikson lo llama como “la necesidad de cierta difusión del yo adolescente”. Los jóvenes tienen una gran necesidad por pertenecer a un grupo de estos y compartir, gustos, experiencias de vida entre otras cosas dependiendo de qué grupo de pares se integren los adolescentes.

El estudio de la adolescencia y de los grupos pares se ha incrementado en los últimos años sin embargo en décadas atrás no era tan importante ya que se le daba más importancia a otras investigaciones.

Hasta en la época del 68 con el movimiento estudiantil, en México despertó un poco el interés por investigar a los jóvenes y solo se estudiaba a jóvenes con ciertas características tales como la clase media, estudiantes y de grupos que conformaron los movimientos políticos.

No fue hasta la década de los 80 cuando despertó el interés total por investigar a nuestros jóvenes debido al surgimiento de ciertas culturas urbanas como los “los chavos banda” o por los “cholos” y las investigaciones iban enfocadas hacia la delincuencia, el crimen, entre otros.

Según Pérez (2000), “lo común es tomar en cuenta a los jóvenes cuando son considerados problema, y a veces más desde el sentido común que desde información certera sobre lo que piensan y sienten en realidad.”

Y se está de acuerdo porque no fue hasta cuando los jóvenes se levantaron a protestar contra las ideologías que existían a finales de la época de los 60 principios de los 70 cuando se desvió la vista hacia los adolescentes y jóvenes y el interés por estudiarlos, saber su manera de expresarse.

Tal como lo expresa García (1985) de acuerdo con una investigación que realizó con seis chicos pertenecientes a estas bandas:

“Las bandas juveniles están formadas por adolescentes resentidos que unen su rencor al apetito natural transgresor de su edad; que necesitan vengarse de una sociedad que los ha menospreciado y orillado a vivir una violencia cotidiana que se manifiesta en variadas formas.”

Es decir, que los jóvenes que integraban estas bandas eran jóvenes marginales, de una sociedad carente de valores y de oportunidades para ellos en cuanto a estudiar o trabajar y que estaban enojados y odiaban a la sociedad por señalarlos como la escoria de la sociedad mexicana y que una forma de hacer saber su odio era el de delinquir.

Sin

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