Inteligencia Emocional, Motivacio Y Planificacion Estrategica

Desde pequeños al comenzar los primeros pasos de una educación en sus distintos niveles (inicial-preescolar, básica secundaria y universidad) los padres entran con una perspectiva muy alta, muchos utilizando frases como: “estudias para que seas alguien en la vida” a los hijos.

Una frase errónea o mal redactada que se a trascendido de generación en generación, porque al momento de analizarla el ser humano ya es “alguien en la vida” con o sin estudio. Por consiguiente, si se podría decir: “Estudia para que seas alguien con éxito y mas oportunidades en la vida”, aunque en su defecto, el éxito no depende solo de cuanto se estudie y se esfuerce la persona, si no que vas mas alla del aprendizaje, es el poder que lleva cada uno dentro de si mismo y la utilización de una inteligencia integral donde se aplique ademas del el aprendizaje que se obtenga, también se le incorpore un conjunto de habilidades entre las que destaquen:el autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse asi mismo, estas habilidades según los psicólogos se pueden aprender, moldear y desarrollar, especialmente en los años de la infancia en los que el cerebro está en perpetua adaptación.

Ciertamente aunque la educación es importante y de eso no hay duda, pero ¿que sucede cuando en la misma se enfatiza mas el coeficiente, un numero, una estadística un resultado?, dejando atrás el “saber aprender a ser genios y comenzar a ser humanos”. En realidad “todos somos genios pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar arboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”(Albert Einstein)

Las habilidades emocionales no sólo hacen ser más humanos, sino que en muchas ocasiones constituyen una condición de base para el despliegue de otras habilidades que suelen asociarse al intelecto, como la toma de decisiones racionales.

La intención esta en comenzar a ver con otra perspectiva al concepto “inteligencia” que tal como sucede en las matemáticas o la lectura la vida emocional constituye un ámbito que se puede dominar con mayor o menor pericia. Siendo un conjunto de disposiciones que permite, entre otras cosas, tomar las riendas de impulsos emocionales, tratar de comprender en lo profundo los sentimientos de los demás,manejar amablemente las relaciones sociales, haciendo de este concepto uno mas amplio y definido donde abarque la mente (las habilidades que aprendemos en la educación) ,porque de hecho el intelecto no puede funcionar adecuadamente sin el curso de la inteligencia emocional en muchísimas ocasiones, estas dos mentes mantienen una adecuada coordinación, haciendo que los sentimientos condicionen y enriquezcan los pensamientos y lo mismo a la inversa

Lo triste de todo esto es que no solo depende del individuo si no de la sociedad que aun sigue arraigando estos nefasto término, sin embargo aun se sigue percibiendo en el sistema educativo, el uso de este método cuantitativo del intelecto donde muchas veces califican a los estudiantes con baja calificación como “vago o bruto” y a los de buena calificación “como aplicado o inteligente” dos calificadores distintos pero en busca de un mismo objetivo, ser exitosos en la vida. El dilema esta en que verdaderamente ¿estas diferencias garantizaran o no el éxito anhelado?...

Pues,No precisamente porque el hecho de que un estudiante “estrella” se destaque en sus calificaciones,no quiere decir que en su entorno brille con el mismo efecto, ni que el estudiante que tiene dificultad para lograr buenas calificaciones sea pésimo en su entorno y en sus relaciones interpersonales.

Muchas personas se han preguntado lo siguiente:

Me he graduado hace dos años con excelentes calificaciones y aun no encuentro empleo, ¿Como es posible que “fulanito” que se graduó con promedio mas bajo ha encontrado rápido trabajo?.

He tenido suerte en encontrar empleo, pese a mis habilidades. pero no tengo amigos, ni pareja, mi vida personal es un desastre, ¿sera que “el éxito que todos anhelan no es de todo un éxito?

(Diversos estudios de largo plazo han ido observando las vidas de los chicos que puntuaban más alto en las pruebas intelectivas o han comparado sus niveles de satisfacción frente a ciertos indicadores (la felicidad, el prestigio o el éxito laboral) con respecto a los promedios. Todos ellos han puesto de relieve que el coeficiente intelectual apenas si representa un 20% de los factores determinantes del éxito.

El 80% restante depende de otro tipo de variables, tales como la clase social, la suerte y, en gran medida, la inteligencia emocional. Así, la capacidad de motivarse a sí mismo, de perseverar en un empeño a pesar de las frustraciones, de controlar los impulsos, diferir las gratificaciones, regular los propios estados de ánimo, controlar la angustia y empatizar y confiar en los demás parecen ser factores mucho más determinantes para la consecución de una vida plena).

Sin embargo, la carga emocional de un estímulo o de no poder lograr lo deseado despierta en ocasiones pasiones, activando en la persona un sistema de reacción de emergencia capaz de secuestrar a la mente racional llevando a comportamientos desproporcionados indeseables y coléricos, capaces de secuestrar el raciocinio poniendo en riesgo la propia estabilidad y aumentando la posibilidad de contraer consecuencias nefastas.

Si en consecuencia, se es esclavos de la propia naturaleza y en ese sentido es muy escaso el control que se puede ejercer ante los estímulos innatos y sobre determinadas respuestas emocionales, por otra parte sí que puede ejercer algún control sobre la permanencia e intensidad de esos estados emocionales,mantenerse en ese equilibrio o por lo menos saber manejar las circunstancias es un primer paso para poder embarcarse en una verdadera inteligencia como señala Aristotéles: “de enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto”.

La capacidad de pensar, de planificar, concentrarse, solventar problemas, tomar decisiones y muchas otras actividades cognitivas indispensables en la vida pueden verse entorpecidas o favorecidas por nuestras emociones. Así pues, el equipaje emocional de una persona, junto a su habilidad para controlar y manejar esas

...