Inteligencia Emocional – Sombra y Proyección

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YO NO SOY LO QUE ME SUCEDIÓ,                                               YO SOY LO QUE ELEGÍ SER

ENSAYO                                                                                       Inteligencia Emocional – Sombra y Proyección

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¿Cuántas veces nos preguntamos qué hacemos en este preciso momento? ¿Qué cosas nos hacen reír? ¿Cuáles nos generan angustia? ¿Qué nos motiva y cuál es el estímulo? ¿Podemos rescatar cosas buenas de un momento desagradable? ¿Cuánto me permito sufrir?

Hace un año y medio el mundo se vió obligado a apartarse considerablemente de lo que resultaba una vida “normal” para muchos. La enfermedad por COVID19, llegó para demostrarnos que nada está estipulado ni resuelto ya que ha generado transformaciones sociales en la vida cotidiana de todos.

Expandida por gran parte del mundo, la pandemia del Coronavirus cada vez suma más cifras de casos contagiados, afectando también a nuestro país. Se ha instalado a modo arquetipo distintas maneras de enfrentar este virus como asi también se instaló en el inconsciente colectivo de la sociedad. Marcas de barbijos, sanitizantes que todo lo pueden, alfombras, máscaras….en fin, un sinnúmero de elementos que cada uno conoce y se nos han incorporado a modo de padre nuestro.

Sus consecuencias han extrapolado el ámbito sanitario, provocando transformaciones en las relaciones interpersonales, comunicación, afectos, vida cotidiana y el actuar político y social; esta pandemia en muchos casos permitió, en palabras de Jung, que la sombra de cada uno aparezca ante tal contexto. Miedos, incertidumbre, frustraciones han sido manifestadas en el contexto de encierro. Siguiendo a este autor quien manifiesta que “las crisis son magníficas oportunidades para familirializarnos con la sombra” sigue siendo una oportunidad para conocernos y de esa manera sanar. La mente humana aprende de la experiencia y se transforma, y el pensamiento y las ideas se van sedimentando porque el ser humano en realidad no es siempre el mismo porque no deja de transformarse a lo largo de toda la vida. Poder aplicar de manera inteligente nuestras emociones, va a permitir que trabajen a favor de nuestra personalidad guiando las actitudes de nuestra vida.

El coronavirus y el distanciamiento social es algo que nos afectó y afecta a todos de distinta manera, por eso empatizar con el otro, ya sean nuestros compañeros de trabajo, amigos o familiares nos permitirá conectarnos mejor. Entender que cada persona maneja sus emociones de manera distinta ya que el ser humano, es un sistema productor y producido de su entorno, de ese mundo externo en el que se produce el interjuego dialéctico y a partir de esas crisis, como plantea Jung, vienen las oportunidades. Para que sea posible primero debemos modificarnos. todos y cada uno de nosotros tenemos aspectos que ignoramos y que, sin saberlo, marcan nuestras elecciones, actitudes y contenido mental. Aunque obviamente el mayor impedimento para liberarnos de pensamientos, emociones y actitudes menos sanas son nuestros aspectos inconscientes negativos, en este plano desconocido también hay recursos y elementos positivos que, cuando salen a la luz, nos pueden ayudar en nuestro camino hacia el bienestar. Hasta que no nos damos cuenta de cómo nuestro inconsciente dirige nuestras vidas, a esta programación invisible la llamamos, en la mayoría de los casos, destino. “Hasta que no te hagas consciente de lo que llevas en tu inconsciente, éste último dirigirá tu vida y tú le llamarás destino”^[1]

El ser humano es un organismo, por definición es un organismo en situación. La necesidad emergente del proceso vital de intercambio de materia con el medio, promueve la búsqueda del equilibrio, del bienestar, de la superación. De esta manera las distintas conductas que cada uno manifestó y manifiesta en este contexto inédito y particular, será asertiva o no dependiendo del camino que ha tomado en una variedad de situaciones. “Todo depende de cómo vemos las cosas y no de la forma en que son en sí mismas”^[2].

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