Investigaciones De Felicidad
Enviado por camilacl • 10 de Noviembre de 2013 • 6.164 Palabras (25 Páginas) • 386 Visitas
INVESTIGACIONES SOBRE PSICOLOGÍA DE LA FELICIDAD
Reynaldo Alarcón
Universidad Ricardo Palma, Profesor Emérito
de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos (Lima)
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Introducción
En la literatura psicológica son muy frecuentes los trabajos orientados a estudiar
comportamientos negativos que conllevan malestar psicológico de las personas. La atención que
han recibido, por ejemplo, la depresión, el estrés, la frustración, la angustia, la ansiedad, la
desesperanza, el pánico, la violencia, la cólera, la agresión , los transtornos adictivos y psicóticos,
entre otros, probablemente se deba a que constituyen problemas del comportamiento que requieren
urgente intervención psicológica o psiquiátrica. No han tenido la misma suerte la dilucidación de
fenómenos como la alegría, el entusiasmo, el optimismo, el amor, la simpatía, la solidaridad, la
amistad, la risa y la felicidad que reflejan estados positivos del comportamiento. Algunos de estos
hechos han constituido temas de la reflexión filosófica, y sólo recientemente están atrayendo la
atención de la investigación psicológica. Tal es el caso de la felicidad, que siempre ha tenido para
hombres y mujeres singular valor entre las metas de sus vidas. La anhelan, la buscan, se esfuerzan
por alcanzarla y a menudo la idealizan al punto que la perciben lejana y esquiva.
En el mundo helénico surgió el Edemonismo, doctrina que sostuvo que el fin último del hombre
es la felicidad (eudaimonía), que es su propio bien y su bien supremo ; constituye su máxima
aspiración, pero si quiere conseguirla debe buscarla. Sostuvo que el hombre busca la felicidad y
evita el sufrimiento, entendiendo que el placer y el dolor determinan, en cierta manera, la orientación
de nuestra vida. Epicuro difundió esta tesis en su Jardín, que así se denominó su escuela filosófica;
enseñaba que el hombre busca la vida dichosa y placentera , huye de todo lo que le causa dolor,
pena y preocupación. El placer que buscaba el epicureísmo no era el placer sensual , como le
atribuyen sus opositores, porque tiende a perturbar la tranquilidad del espíritu; eran, más bien,
placeres de orden espiritual como el placer intelectual y el afectivo. Hablaba de la ausencia de
sufrimientos para el cuerpo y de la ausencia de inquietudes para el alma a fin alcanzar una vida
feliz. Buscaba el dominio de los estados de desosiego, de ansiedad, de temor y de dolor, porque
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conducen al placer sereno y duradero, material y espiritual que es la felicidad según Epicuro (véase,
Lucrecio, 1969; Verneaux, 1970).
Platón en su diálogo el Filebo o del Placer, plantea la pregunta: ¿En qué consiste la felicidad?
Filebo respondió: en el placer; en tanto que Sócrates sostuvo que en la sabiduría. Pero el placer por
sí solo no basta para la vida feliz, porque la intensidad de placer puede provocar dolor, entonces el
placer no es soberano bien. De otro lado, la sabiduría reducida a la inteligencia, a la ciencia y al
conocimiento, tampoco por si sola hace la felicidad, puesto que ningún hombre se consideraría
dichoso sin placeres de alguna clase. Los dialogantes terminan por reconocer que la vida dichosa es
una mezcla de placer y sabiduría. La discusión remite a responder ¿cuál de los dos será el elemento
preponderante? Filebo sostuvo la superioridad del placer ; Sócrates se inclinó por la sabiduría.
Platón opina que debe encontrarse en la combinación de ambos (Platón, 1962).
No obstante que la felicidad ha sido un tema antiguo tratado por la filosofía, solamente en
décadas recientes ha sido tomado por la investigación psicológica. “La Base Mundial de Datos sobre
Felicidad” ( World Database of Happiness), con sede en Holanda, ha reportado que a partir de la
década 1961-1970 los estudios sobre felicidad empiezan a tomar vigor, se publicaron en ese período
200 trabajos, entre 1971-1980 aparecen 811, y entre 1981-1990 se publicaron 1336 investigaciones.
Actualmente se publica un extenso número de artículos relacionados con la felicidad o bienestar
subjetivo, habiéndose fundado el año 2000, una revista especializada, el Journal of Happiness
Studies. Las investigaciones están orientadas a analizar las relaciones entre felicidad y variables
psicológicas, sean emocionales, de personalidad y cognitivas ; sociales y económicas; demográficas,
como género, edad, estado conyugal; comparaciones etnológicas; investigaciones transculturales,
consecuencias de la infelicidad sobre la salud mental y la vida de relación, y otros tantos problemas
que resulta largo enumerar.
Estas investigaciones han dado origen a un movimiento orientado a estudiar conductas
positivas, al punto que algunos psicólogos notables, como Seligman y Csikszentmihalyi (2000) han
propuesto una nueva disciplina o línea de investigación, que denominan Psicología Positiva. El
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campo de esta psicología, según sus autores, es evaluar experiencias subjetivas, como estar bien,
contentamiento, satisfacción, optimismo, felicidad , prudencia, capacidad para amar, coraje,
sensibilidad estética, perseverancia, originalidad, espiritualidad, altruismo, comportamiento ético y
otras conductas conexas . El programa de investigación es amplio, y según creen sus autores la
Psicología Positiva será la psicología del nuevo siglo. Hasta la fecha, lo que más se ha estudiado en
esta dirección es la felicidad.
Pero, ¿qué es la felicidad? Independientemente de ofrecer criterios inmediatos para definirla,
entre los filósofos de la antigüedad clásica y modernos hay acuerdo general en cuanto a que la
felicidad es un bien supremo, un fin en sí mismo, o la suprema aspiración humana. Aristóteles en
su Etica a Nicómaco afirmaba que el hombre feliz es el que vive y obra bien, porque la felicidad es
una especie de vida dichosa y de conducta recta. Su idea central reposa en que la felicidad consiste
en la posesión de la sabiduría. En otro párrafo sostiene: “Qué impide declarar feliz a quien obra
conforme a la virtud perfecta, y que está provisto, además, suficientemente de bienes exteriores, y
todo esto no durante un tiempo cualquiera, sino durante una vida completa”. Aristóteles era un
hombre realista, por ello sostiene que para ser feliz debe disponerse de bienes exteriores que
permitan dedicarse a la vida contemplativa
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