ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

JUAN PERES


Enviado por   •  2 de Marzo de 2014  •  387 Palabras (2 Páginas)  •  331 Visitas

Página 1 de 2

Desde el interés de la racionalidad práctica y crítica, caracterizada por la búsqueda de

entendimiento, la participación y la emancipación de los sujetos, en la educación no puede darse la

evaluación sin el sujeto evaluado, dando por supuesta la presencia del sujeto evaluador. El que hacer conjunto,

orientado por principios morales, distingue igualmente lo que representa el enfoque práctico, desde el que

hablo, de otro que sea racionalista, identificado con la racionalidad técnica o instrumental. En el primero el

profesor está llamado a desempeñar autónoma y responsablemente la profesión docente, participando en la

esfera en la que se toman decisiones sobre el curriculum y lo que representa en su implementación. En el

segundo, el profesor viene a ser un aplicador de técnicas y recursos en cuya elaboración él no participa

directamente, pero al que se le aseguran altos niveles de eficiencia y de eficacia raramente demostrable en el

empleo de técnicas de programación y de evaluación.

En el ámbito educativo debe entenderse la evaluación como actividad crítica de aprendizaje, porque se asume

que la evaluación es aprendizaje en el sentido que por ella adquirimos conocimiento (ALVAREZ MÉNDEZ,

1993ª). El profesor aprende para conocer y para mejorar la práctica docente en su complejidad, y para

colaborar en el aprendizaje del alumno conociendo las dificultades que tiene que superar, el modo de

resolverlas y las estrategias que pone en funcionamiento. El alumno aprende de ya partir de la propia

evaluación y de la corrección, de la información contrastada que le ofrece el profesor, que será siempre crítica y

argumentada, pero nunca descalificadora ni penalizadora.

Necesitamos aprender de y con la evaluación. La evaluación actúa entonces al servicio del conocimiento y del

aprendizaje, y al servicio de los intereses formativos a los que esencialmente debe servir. Aprendemos de la

evaluación cuando la convertimos en actividad de conocimiento, y en acto de aprendizaje el momento de la

corrección. Sólo cuando aseguramos el aprendizaje podremos asegurar la evaluación, la buena evaluación que

forma, convertida ella misma en medio de aprendizaje y en expresión de saberes. Sólo entonces podremos

hablar con propiedad de evaluación formativa.

Consciente de que el fracaso escolar está ahí el profesor que actúa cabal y razonablemente en favor de quien

aprende, trabaja con el ánimo de superarlo. En este sentido, no lo acepta como algo inevitable debido a causas

que obedecieran únicamente y de un modo determinante a las capacidades naturales de los sujetos, cuestión

de dones innatos, sin tener en cuenta factores socioculturales, ec

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (3 Kb)
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com