Juego.

l juego está considerado como la actividad que más puede influir positivamente en el niño ya que produce cambios cualitativos en el mismo. La actividad lúdica es de carácter semiótico ya que el infante asume un papel concreto, unas obligaciones y unos derechos respecto a los demás participantes en el juego.

En los juegos los niños reflejan su realidad y por eso mismo cuanto más amplia sea esta, más amplios serán los argumentos del juego y su duración. El contenido suele ser una reproducción de acciones que realizan los adultos que ven a su alrededor y los conflictos suelen ser motivados por la posesión del objeto que realiza la acción principal del juego. De todas formas, los niños de preescolar suelen enfocar el juego más a las relaciones humanas que a la reproducción.

Los juegos además enseñan al niño a comprender ciertas funciones sociales y las reglas por las que se rigen las relaciones entre los adultos además de su respeto por las mismas.

Pueden establecerse dos tipos de relaciones, reales o lúdicas. Las relaciones reales surgen cuando se realiza una cosa en común y el juego requiere del niño iniciativa y coordinación. Cuando son muy pequeños el niño se centra más en sí mismo y no juega en conjunto. A medida que el niño se hace mayor la curiosidad por el juego del compañero hace que termine queriendo participar. Cuanta más colaboración más completo es el juego pero si no consiguen un acuerdo se deshará la actividad.

La importancia del juego para el desarrollo reside en que la actividad lúdica desarrolla capacidades psíquicas e individuales, desarrolla la atención activa, la memoria activa, la concentración, el desarrollo del lenguaje, la imaginación, la personalidad y la capacidad de estudio y de aprender divirtiéndose.

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