Jung y los Post-Jungianos
Enviado por 1985w • 23 de Diciembre de 2012 • Tesis • 1.678 Palabras (7 Páginas) • 536 Visitas
UNIVERSIDAD ADOLFO IBÁÑEZ
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
MAGISTER CLINICO EN PSICOLOGIA ANALITICA JUNGIANA
Jung y los Post-Jungianos
Relatoría
Seminario: Psicoterapia, Transferencia Contratransferencia
Docente: Ps. Mariana Arancibia
Alumnos: Ps. Jaime Curilaf
Ps. Nancy Paulsen
Ps. Barbara Wesp
Noviembre 2008
LA PSICOLOGIA DE LA TRANSFERENCIA (Jung OC XVI #483- # 539)
8.- La Purificación
El rocío que cae es un presagio del futuro nacimiento divino.
La purificación significa, quitar lo superfluo que está adherido a todos los meros productos naturales y en especial a los contenidos simbólicos de lo inconsciente que el alquimista proyecta en la materia.
Se expresa en una “Elaboración de la idea”. En el alquimista este presupuesto es su doctrina y la sapientia (inspirada por Dios y que adquiere mediante el estudio diligente de los libros).
La meta de la obra es hacer conscientes los contenidos inconscientes.Los alquimistas parecen haber percibido el peligro de que la realización se estanque en el ámbito de una función determinada de la conciencia. Todavía falta el corazón, el sentimiento que da a lo comprendido un valor vinculante. De ahí que los libros tengan que ser destruidos para que el pensamiento, no dañe al sentimiento, de lo contrario el alma no puede volver.
9.- El retorno del alma
El alma lo que une a los dos, baja volando desde el cielo para reanimar el cadáver. El Hermafroditus está unificado e incluso vivo, pero el conflicto de los opuestos no está pacificado definitivamente ni ha desaparecido. Está relegado a lo inconsciente.
El hecho de que la figura de la coronación ilustre este texto demuestra que la reanimación del cadáver purificado significa al mismo tiempo una glorificación de ese cadáver.
10.- El nuevo del nacimiento
El sí mismo, el hombre total y atemporal corresponde a la idea del hombre primigenio, completamente redondo y con dos sexos pues representa una integración recíproca de lo consciente y lo inconsciente.
Naturalmente estas imágenes son anticipaciones de una totalidad que en principio sólo se pueden alcanzar por aproximación. No siempre hay que comprenderlas como una predisposición subliminal a realizar conscientemente la totalidad. En el fondo siempre son alusión al sí mismo que contiene y ordena todos los opuestos. Pero de momento no son más que una alusión a un orden posible en la totalidad.
EPILOGO
La problemática de la transferencia es complicada y compleja. Surge la tendencia a simplificar que es peligrosa.
La experiencia muestra no sólo que los alquimistas no estaban seguros del orden que seguían los diversos estados, sino que también hay variabilidad y una pluralidad y arbitrariedad igualmente grande en la sucesión de los estados.
El Proceso analítico
Jung and the Post-Jungians. Cap.6
Respecto a ¿qué es el análisis jungiano?, Samuels plantea que en los últimos años la comunidad jungiana, sobre todo después de la muerte de Jung, ha cuestionado qué es el análisis jungiano, cómo debería ser conducido, así como también, si es que las técnicas son útiles o no.
En estos momentos, en la psicología analítica post-jungiana, se pueden identificar dos escuelas, por un lado, la Escuela de Desarrollo, siendo una de sus mayores representantes, Fordham, los cuales están concentrados en la interacción entre paciente y analista y en el uso clínico de la contratransferencia, pudiendo referirse a este método como Interacción Dialéctica (ID). Por otro lado, existe una segunda escuela conocida como la Escuela Clásica y Arquetípica, cuyo método es el clásico-simbólico-sintético (CSS), donde Hillman es uno de sus mayores representantes, siendo su enfoque bastante menos involucrado con la interacción y más enfocado en la psicología arquetípica cercano a lo que se entiende como el análisis jungiano clásico.
En relación a su estructura y procedimiento, existe una divergencia considerable en cómo debería ser estructurada la experiencia analítica.
Los aspectos polémicos de la estructura analítica pueden ser expresados en la etiqueta “sofá – silla”. Jung fue el primero en oponerse a la sugerencia de Freud de proporcionar un sofá al paciente donde detrás de este el analista se sentaría. Para Jung era primordial la igualdad y la mutualidad. En esta misma línea es que la Escuela Clásica y Arquetípica, que promueve la activa participación del analista, desestima el uso del sofá por considerar que enfatiza la pasividad del paciente, como si una operación fuese realizada en él, así mismo, el sofá propicia que el paciente hablé de una forma “artificial”, legando incluso a postular que éste ve sus experiencias como cortadas de la vida cotidiana. Muy por el contrario, la Escuela Interaccional Dialéctica argumenta a favor del sofá, ya que éste enfatiza el hecho de que el paciente es una persona en busca de tratamiento, y entiende que el análisis no es una ocasión social. Desde ese punto de vista la ID postula que el analista no debe fingir una igualdad absoluta con su paciente, es decir, si el sofá no es un factor natural, tampoco lo es el proceso de análisis en sí mismo.
Otro aspecto que presenta divergencias es la frecuencia de las sesiones. La cuestión es, si el
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