Kohler Y Los Chimpances

Wolfgang Köhler, llevó a cabo un experimento en Santa Cruz de Tenerife, donde encerró a un chimpancé en una jaula en cuya parte superior estaban colgadas unas bananas. Asimismo, en la jaula también había una caja y un palo. Pasado bastante tiempo saltando para coger las bananas sin éxito, el homínido terminó por coger la caja, subirse encima, y golpear estas con el palo. Podemos deducir que antes de conseguir llevar a cabo esto, el chimpancé hizo cantidad de operaciones hasta que finalmente consiguió su objetivo y solucionó el problema que se le planteó. Todas y cada una de las operaciones que realizo le hicieron llegar a la solución.

Sin embargo, Pavlov creía que existen muchas conductas para coger el plátano. Había dos formas de entender lo que le ocurría al mono, desde la perspectiva de Köhler o desde la de Pavlov.

La conclusión de Kohler es que en determinado momento el animal pudo reorganizar su espacio perceptivo y así enlazó en una relación significativa dos objetos que hasta el momento percibía por separado (la banana y el bastón). Esa noción de 'organización del espacio perceptivo' conforme a una necesidad que impulsa dicha organización o reorganización (en este caso el deseo de comer la banana), ha sido extrapolada a la psicología humana y goza todavía hoy de aceptación y legitimidad científica.

Demostró que los simios aprenden a partir de las totalidades y no de las partes, que muestran saltos abruptos en su desempeño, y que en general exhiben lo que la mayoría de nosotros llamaría una capacidad de razonamiento. Increpó a los conductistas su manera harto mecánica de concebir el aprendizaje humano.

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