LA LIBERTAD DE EXPRESION NO ESTÁ POR ENCIMA DEL DERECHO DE LAS PERSONAS A LA INFORMACION ADECUADA

El ser humano es el único, entre los seres de la creación que tiene la capacidad de comunicarse de distintas formas, y entre ellas, la comunicación verbal que de modo pleno le permite expresar con palabras sus sentimientos y pensamientos. No obstante es importante, que siempre se observen distintas normas de respeto y urbanidad para transmitir el mensaje correcto sin herir, por decirlo de alguna manera, la sensibilidad de quien escucha e interpreta el mensaje dado por el emisor.

En el caso que nos ocupa, al hacer el análisis de la noticia publicada en el Periódico “El Informativo”, donde se registra el despido de dos locutores por hacer uso inadecuado del lenguaje a través de una emisora radial; la situación descrita es aún más delicada ya que se está denunciando la utilización de un medio de comunicación masivo con el que seguramente se está afectando a una gran cantidad de oyentes que poco o nada querrán escuchar términos y palabras vulgares, que más que un maltrato al lenguaje es un maltrato a la persona humana.

Ciertamente hay libertad de expresión y todos los seres humanos tenemos libertad para manifestar nuestro sentir, bien sea a través de una comunicación no verbal o bien sea a través de la comunicación verbal que nos permite hablar, opinar, informar, comunicar… un mensaje pero estamos llamados a la prudencia para no herir susceptibilidades y dar escándalo con nuestras palabras y comentarios desagradables.

En nuestra opinión el despido de los dos locutores ha sido afortunado y correcto, pues aunque como ya se ha manifestado, hay libertad de expresión prima el derecho de las personas a su integridad y a no ser maltratada en ninguna forma; cosa que en este asunto demuestra un maltrato verbal a una audiencia en la que con seguridad hay todo tipo de personas entre ellas, niños, que pueden escuchar y seguir como ejemplo esos términos que en vez de formar están destruyendo a quien los dice y a quien los escucha.

Estamos totalmente de acuerdo con que los entes de control como las personerías y el ministerio de comunicaciones vigile, controle y sancione, cuando sea el caso la inobservancia de los distintos medios de comunicación, que saltándose las normas emiten programas radiales o televisivos inapropiados o con lenguajes vulgares afectando los pensamientos y creencias de las personas que los escuchan. Ciertamente, podrían dichos medios en su defensa, esgrimir u argumentar que por la libertad de expresión pueden ellos decir lo que quieran y presentar las imágenes que se les ocurra y que las personas simplemente se abstengan de ver u oir dicho programa; sin embargo, la situación no es tan sencilla ya que si dicho programa, audio o imagen se presenta de manera masiva y en cualquier horario del día no será fácil para nadie el control y por supuesto los más vulnerables que son los niños y los jóvenes estarán siempre expuestos a encontrarse con esa desafortunada

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