LO PSICOSOCIAL DE LA ADOLESCENCIA URBANA

LO PSICOSOCIAL DE LA ADOLESCENCIA URBANA

UNA COMBINACIÓN DE AMBAS TEORÍAS

Un tercer enfoque que conjuga las dos posturas por una parte la de la psicología evolucionista y por la otra la de la sociología es la postura de Remus, (1999-a, 1969-b, 1975), que se presentará en las líneas siguientes comenzando por subrayar que: “El sentido de la identidad del yo, es la experiencia de uno mismo como teniendo continuidad en el tiempo familiar y social, en donde fluyen y confluyen las vivencias de lo intrapersonal y lo interpersonal”, palabras del Dr. J. Remus en su artículo El perfil psicosocial del adolescente urbano (1975. p.1).

Para este autor, el sentido de la identidad del yo está entretejido con el devenir de los sucesos históricos.

“La identidad de nuestro yo, que necesaria y felizmente somos unidades psicosociales, avanzadas de la especie y células de nuestra subespecie o grupo cultural, clase e ideología, parte del todo que no aprendemos nunca globalmente, pero al que intentamos llegar. Pero para que alcancemos esa ideal identidad del yo, requerimos un alto nivel de la autonomía del mismo. Esta autonomía nos mantiene a una distancia óptima de la acumulación traumática de impulsos imposibles de descargar o de sublimar. Cuando nuestros umbrales de descarga están a punto de ruptura, empleamos mecanismos defensivos y operaciones yoicas de emergencia que pueden tener consecuencias sociales. También nos permite el análisis crítico de la realidad en forma automática, nos permite el muestreo y la elección de las alternativas posibles aumentando así la predictibilidad de nuestra conducta. Para alcanzar el nivel óptimo de autonomía en el yo, que lo integre a su medio social mediante el sentimiento de identidad, es indispensable que se mantengan, las dos fuentes de la autonomía yoica, que es el corazón del concepto de salud mental” Remus (1975, pag 2).

Las conexiones adecuadas del yo con los impulsos instintivos y con la realidad, son las dos garantías de su autonomía. A ella se le puede entender como el adecuado fluir, transformación y descarga de los impulsos instintivos y la adecuada conexión con la realidad.

ANÁLISIS PSICOANALÍTICO DE LA REALIDAD DEL ADOLESCENTE

Al realizar un análisis psicoanalítico de la realidad del adolescente, Lerner (2007) señala que “el contexto social en nuestro país ha cambiado. La sociedad funciona como un elemento traumático, en tanto no permite la navegación o la concreción de planes, y por ende un proyecto identificatorio” (pag 7).

Se puede agregar que todo adolescente de cualquier parte y de cualquier época pasa por la llamada crisis de identidad, en donde el proceso de reedición y sedimentación de la infancia se desarrollan no solo a nivel de lo personal sino también en lo intra e interpersonal familiar, para generar la nueva dimensión de lo personal y lo social.

Para Remus (1975), esta crisis de la adolescencia entonces posee tres componentes el intra personal, el inter familiar y uno más que denomina supra personal o social. Pero también identifica que el adolescente tiene varios momentos en el proceso.

Afirma que la biológica sexual, puede ser afectada por graves cambios. Que la maduración psicológica se ha ido retrasando por todas las complejidades que nos impone la vida moderna. La maduración cultural, que según el estrato socioeconómico y los diversos incentivos que impone la clase social puede ser muy variable, y, por último, la maduración económica social, cuando el joven tiene cierta autosuficiencia económica o no puede tomar roles políticos sociales y culturales de importancia.

Esto se encuentra actualmente de forma más acentuada en la cultura urbana, se puede afirmar que es en ella donde la disparidad cobra perfiles traumáticos. Las crisis sociales, devaluación, violencia, desocupación, sensación de desmembramiento social, imposibilidad de imaginarse un futuro, de armar un proyecto. Se van transformando en eso llamado traumático.

En un trabajo de Remus (1969-a) titulado Notas psicoanalíticas sobre la protesta juvenil, manifiesta que “existe una multideterminación de los fenómenos sociales desde los planos de la psicología individual, de la acción social personal, los fenómenos grupales, las influencias económicas, los determinantes históricos, etc.” (pag, 2). Este trabajo lo escribió a raíz de un análisis sobre el movimiento estudiantil suscitado en el mundo y especialmente en México con el movimiento del 1968, en donde la protesta juvenil era evidente.

El adolescente actual se encuentra presionado por la necesidad de buscar satisfactores para los diversos sectores de su personalidad que van madurando pero que, entran en grave contradicción con los que se retrasan. Tan sólo como un ejemplo, cuando el adolescente ya puede tener relaciones sexuales por su maduración biológica, los patrones culturales y los valores estáticos de una sociedad, junto con su dependencia económica, lo fuerzan a pseudosublimaciones, en donde se hacen cruciales la fascinación inmediata por las cosas, y los bienes de consumo mediante la competencia irrestricta. Los adultos de las generaciones pasadas fueron los autores de la información necesaria brindada a los adolescentes para el cambio social, acerca de los factores inconscientes de la conducta humana y de la necesidad de la lucha de clases para el progreso de los grupos marginados y de los pueblos esclavizados. Por supuesto que esta información no fue dada en forma organizada, ni propositivamente, ni en su mayoría de buena gana, sino que fue dada en forma de ideales inconscientes o como posturas antagonizantes. Como padres, maestros, gobernantes o líderes naturales, se les comunicaron de diversas maneras la importancia de los intereses económicos base de la lucha de clases. Con la conducta disociada que enmascaraba intereses contradictorios y los sermones educativos, les fue comunicado con el “haz lo que te digo, pero no lo que me ves hacer”, la conflictiva inconsciente. Se alimentó así, quizás con el inconsciente deseo de trascendencia, las crisis de protesta juvenil que los unificó y los incitó a buscar nuevas alternativas de solución, para intervenir así en el mundo que les pertenece cada vez más. Como se puede observar ya en estas afirmaciones Remus planteaba una problemática que se encuentra en el centro de la discusión actual de los psicoanalistas que ponderan la intersubjetividad.

Otro factor importante que se suma para la conflictiva del adolescente actual, sobre todo del adolescente urbano, es el tremendo aumento natural del desarrollo para el pensamiento abstracto, que le lleva a una intensa capacidad de crítica de su ambiente. Cuando se exagera la teorización y se hace obsesiva, se generaliza interminablemente y se proponen soluciones totales

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