LOS PATITOS FEOS La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida.
Enviado por Patricia Tomas • 4 de Diciembre de 2016 • Resumen • 2.498 Palabras (10 Páginas) • 702 Visitas
LOS PATITOS FEOS
La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida.
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ÍNDICE
- Resumen………………………………………………………………………………………………………pg.3
- Relación del libro con la asignatura………………………………………………………………pg.4
- Cuento “Sueño tras la alacena”…………………………………………………………………….pg.5
RESUMEN
En primer lugar, Boris Cyrulnik ha dividido este libro en dos partes “la oruga” y “la mariposa” y explica cómo el niño avanza poco a poco hasta conseguir superar los traumas del pasado y establecer nuevos lazos sociales que le permitan alcanzar la resiliencia. Para ello utiliza el concepto de metamorfosis.
Los patitos feos es un libro esperanzador ya que pretende reflejar que ninguna herida o trauma del pasado es irreversible. Boris Cyrulnik considera que los niños que hayan sufrido determinados traumas en su infancia pueden alcanzar la resiliencia por medio del cariño y la comprensión que reciban de otras personas. Estos niños no tienen por qué convertirse en adultos con problemas o maltratadores, en el caso de que hayan sido maltratados por sus padres en su niñez, sino que pueden conseguir estabilizar su vida, superar esa herida de su pasado y llevar una vida normal como la de cualquier persona.
Para expresar el concepto de resiliencia, Boris Cyrulnik lo ha mostrado a través de numerosos ejemplos en los que narra la historia de niños que presentaron diferentes traumas en su pasado y cómo éstos han ido creciendo y, en muchos casos, superando esos traumas. Sin embargo hay algún ejemplo como el del caso de Stephan en el que, a pesar de haber superado su pasado y haber conseguido llevar una vida satisfactoria con su mujer y su trabajo, una elección entre aceptar su ascenso que le obligaba a ir a París o hacer feliz a su mujer, a la cual le habían propuesto otro en Anvers, hizo que se sumiera otra vez en una depresión, ya que era incapaz de elegir entre sus necesidades de compensación social y las de seguridad afectiva. Le volvieron aquellos sueños de su infancia y la negación que le había protegido durante cincuenta años no le permitió afrontar el problema ni liquidarlo. Esto se debe a que aunque una persona haya podido enmascarar un trauma, nunca olvida lo que ocurrió y un determinado acontecimiento en su vida puede hacer que esa persona se hunda aunque antes era resiliente.
El autor también insiste en lo importante que es el ambiente que rodea al niño (ausencia o no del padre o de la madre, situación económica, religión…) ya que son factores que pueden ayudar al niño a que siga adelante con su vida e intente olvidar ciertos traumas.
RELACIÓN DEL LIBRO CON LA ASIGNATURA
Primeramente podemos ver que existe una relación con el modelo ecológico de Bronfenbrenner, es un aspecto que está presente en todo el libro pues habla sobre todo del entorno que rodea a los niños y las experiencias que han vivido.
En el microsistema familiar vemos cómo hay niños que han perdido a una de sus figuras paternas poco después de nacer y ello les ha creado un trauma que les ha acompañado a lo largo de su vida. No existían vínculos de relación entre los familiares y los profesores de las escuelas, por lo tanto, los niños no tenían un buen mesosistema, ya que los entornos en los que se desenvolvía no establecían relaciones para poder ponerse de acuerdo y potenciar su desarrollo. En algunos casos vemos que la vida de estos niños estaba rodeada de guerras y estaban sometidos a muchos factores de riesgo. Sin embargo estos niños solían encontrar una figura de apego que actuase como factor de protección y así conseguían, en algunos casos, alcanzar la resiliencia.
También vemos una clara relación con los vínculos de apego (seguro, evitativo y ambivalente) ya que dedica un subcapítulo únicamente para explicar los tipos de apego que existen en los niños. Es un tema muy importante que tendrá repercusiones en el desarrollo posterior del niño y su apego con los demás.
Por último, el tema de la resiliencia, que es el tema principal sobre el que trata todo el libro, también lo hemos comentado en clase en alguna ocasión.
Sueño tras la alacena
Érase una vez un niño llamado Lucas que vivía en una casa muy antigua en un pequeño pueblo.
Era un lugar recóndito y apartado de las grandes ciudades, tenía un ambiente muy hogareño sobre todo en la época cercana a navidad.
Lucas era un pequeño y educado chico de 6 años y medio, como a él le gustaba decir a la gente. Era muy trabajador, aunque un poco cabezota en cierto sentido, cuando se le metía una idea o un sueño en la cabeza, mucho esfuerzo hacía falta para sacárselo de su camino.
Nuestro pequeño amigo, residía con sus padres, Edna y Wilson, los cuales discutían muchísimo, ya fuera por cuestiones de dinero, política, o cualquier otro cotilleo que corriese por el pueblo. Además fruto de esas riñas incesantes, surgía el problema de que eran muy malos con el pobre Lucas, que más que como a un hijo, lo tenían como a un pequeño sirviente.
La parte dulce de la casa era la habitación de su pequeña hermanita, Lucía, la cual aún dormía en cuna y recibía diariamente raciones de leche en biberón.
Ese cuarto es donde Lucas solía esconderse cuando sus padres discutían. Abría la puerta despacio, entraba, y acto seguido la volvía a cerrar con cautela para no despertar a su hermanita. A continuación se acercaba sigilosamente a la cuna y con suavidad y cariño le tapaba los oídos a la pequeña para que no escuchase los agresivos gritos de sus padres, y le cantaba alguna dulce nana que había oído a los ancianos del pueblo.
El día a día era muy duro para el joven chaval, que estaba todo el día cargado de recados. Desde poner la mesa a recorrer varios kilómetros en busca de algún capricho que a su padre o madre se le había cruzado por la mente.
Es más aunque Lucas hubiera subido al cielo y hubiese traído la Luna consigo, no recibiría un gesto, ni una palabra de agradecimiento por parte de sus padres.
Nuestro joven amigo era un niño alegre a pesar de todo, con sus momentos de flaqueza y sus momentos de valentía y fortaleza. Pero no podía soportar los azotes de sus padres, ya que en cualquier momento, a cualquier orden más o menos desobedecida, recibía castigo. Por ello fantaseaba con que algún día, un ángel bajase del cielo para llevarse a Lucas y a Lucía a un lugar celestial, en el que no habría discusiones ni más azotes, un lugar en el que ser felices.
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