La Adultez

La Adultez

La principal tarea del desarrollo de la transición de la adolescencia a la adultez, es reducir las confusiones generadas en la adolescencia. En otras palabras, la adultez comienza cuando los adolescentes alcanzan una pauta satisfactoria de su identidad y se tornan capaces de establecer relaciones interpersonales auténticamente maduras.

Tras adquirir claridad sobre su sentido de identidad, la gran dificultad para el adulto joven consiste en que éste debe exponerse ahora a situaciones que amenazan su autoestima o confianza en sí mismo. Lo que debe hacer es relegarlo para avanzar hacia la sensación de intimidad y seguridad en sí mismo.

Es alta la probabilidad de que la elección de pareja o de una carrera, o ambas cosas, sean contrarias no sólo a las expectativas de la familia, sino también a las del grupo de pares.

Es común que la elección de pareja y de una carrera constituyan los problemas cruciales de la mayoría de los adultos jóvenes. Por ello cabe considerar estos problemas como los dos acontecimientos críticos de la transición a la adultez, porque los conflictos finales de la personalidad adulta dependerán de cómo se resuelvan estas elecciones.

Elección Vocacional

Escoger una carrera o profesión y prepararse para la misma, constituye una de las principales tareas de desarrollo durante la adolescencia.

La elección de una vocación y la posterior participación en un trabajo pueden ayudar a cristalizar y reforzar el concepto de sí mismo que tiene el adolescente: la identidad vocacional desempeña un gran papel en el sentido de identidad del individuo. El trabajar proporciona un sentimiento de estar vinculado al sistema más amplio de la sociedad, de tener algo que hacer, de tener un propósito en la vida.

Sin embargo, nuestra sociedad en la actualidad, hace poco por proporcionar a los adolescentes experiencias que lo ayuden a realizar la transición al mundo del trabajo. A medida que los adolescentes van dejando atrás la niñez y se van acercando al momento en que tienen que sostenerse por sí mismos, suelen dedicar una mayor parte de su tiempo a reflexionar sobre sus metas vocacionales. A su vez, se van haciendo cada vez más realistas acerca de dichas metas.

La elección vocacional pasaría por 3 etapas:

a) Fantasía: Durante la niñez temprana y media se suelen seleccionar las ocupaciones que parecen requerir mucha actividad y ser emocionantes como las de policía, bombero, marino, astronauta, etc. Estas elecciones no tienen carácter práctico, sino que obedecen a emociones propias del mundo infantil.

b) Tentativa: Comienza a partir de la adolescencia. Al principio de esta etapa, predomina la influencia de los intereses de los adolescentes, sin embargo, a medida que maduran, comienzan a estimar su capacidad para ejecutar realmente los trabajos en los que están interesados (por ejemplo, ser músico, médico, etc.). Luego, los adolescentes integrarán sus intereses y capacidades en un sistema de valores, que ha ido surgiendo gradualmente.

c) Realista: A medida que los intereses vocacionales del joven se van haciendo cada vez más realistas, e influyen menos en ellos las ideas preconcebidas, los estereotipos y la emoción, se van volviendo también más estables.

De acuerdo a esto, es común encontrarse con tres tipos de situaciones entre los adultos jóvenes:

En algunos casos, los intereses infantiles desembocan, al parecer, directamente en una carrera. Es como si su elección vocacional fuese una extensión natural de sus intereses y aspiraciones juveniles.

Otros, parecen cambiar constantemente. Generalmente se trata de jóvenes que pueden cambiar de trabajo frecuentemente, o pasar por numerosos programas educativos diferentes, sin que aparezcan razones obvias. Estas personas, con frecuencia, están tratando de resolver problemas de personalidad profundamente arraigados en ellos.

Finalmente, existe un gran número de jóvenes indecisos que no experimentan en su desarrollo problemas serios, pero que además no tienen convicciones especiales con respecto a una carrera en particular. Para ellos, la transición a la adultez constituye con frecuencia un período de exploración y es fácil que su vocación final se vea determinada por acontecimientos problemáticos o por la presión de las circunstancias de la vida.

La orientación vocacional puede resultar beneficiosa como fuente de información o para la remisión al especialista en ciertos casos.

La elección de carrera puede entenderse como algo que influye virtualmente sobre todos los aspectos importantes del concepto de sí mismo, es decir, la conducta que un determinado rol ocupacional impone puede influir fácilmente sobre la personalidad e identidad: La conducta ocupacional otorga un status social y en ella se ven involucradas las relaciones interpersonales, así como los propios valores, elementos que interactúan para incluir sobre su sentido

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