La Importancia De La Infancia A Través De La Historia
Enviado por vickthoor • 14 de Enero de 2013 • 2.220 Palabras (9 Páginas) • 646 Visitas
La importancia de la infancia a través de la historia.
La historia del niño se inicia cuando nace, para desarrollarse como ser humano. Al nacer sólo tiene un conjunto de posibilidades que se desarrollan en direcciones diferentes. Cada humano construye su propia inteligencia basándose en la representación del mundo y gente que lo rodea. Hoy en día existen infinidad de organizaciones, además de expertos en la infancia que defienden al niño, hacen valer sus derechos y se encargan también de ayudarlos a tener una mejor vida, especialmente a los que más lo necesitan.
Por los instintos animales de los humanos es que se ha aprendido a criar de una forma adecuada a los niños. Aunque esto no siempre fue así, en la antigüedad los niños no eran reconocidos como tales y su importancia se fue dando a través de los años. Partiremos desde cero hasta llegar a los estudios de la infancia, apoyándome en los libros de Delval, Ariès, Baquero y DeMause.
Comenzaré con lo que leí del libro “La infancia” de Ariès. En él nos da a conocer, que en la antigua edad romana, la mamá colocaba a su hijo en el suelo, esperando a que el papá lo reconociera como suyo, si así lo fuera, él lo cogería y levantaría en sus brazos. A esta práctica se le conocía como “Elevare” y consistía precisamente en eso: elevar al niño del suelo dándole el reconocimiento que ya mencioné, haciéndose de las responsabilidades que esto llevara. Es por esto que se dice que el niño nacía dos veces; una al salir del vientre materno y la otra cuando el papá lo elevara y se encargara de él. Pero si esto no sucedía, el niño se quedaría allí, hasta morir.
Lo mismo ocurría con los hijos de esclavos que eran puestos en el suelo, y, correspondía al amo elevarlo y adoptarlo o dejarlo ahí hasta morir. Aquí yo me pregunté, ¿Qué no podrían los mismos esclavos criar a sus propios hijos? ¿Por qué lo dejaban a la disposición del amo? Bueno investigando un poco me di cuenta de la respuesta (verdaderamente obvia), y es que los esclavos no tenían libertad de nada (¿por eso serían esclavos?), y al carecer de toda libertad, no podían casarse, ni tener hijos literalmente pertenecían a sus amos. Ahora bien, las veces que podían tener hijos, mejor los dejaban a la disposición de sus amos. Aunque en realidad los amos preferían más a los hijos de los esclavos que a los de ellos mismos, esto se debía a que era menor la responsabilidad que cuidar a un hijo propio.
Para los siglos II y III cambia un poco la situación. Los cónyuges ahora sí reconocen a los hijos, el sello de la familia se ponía en las tumbas de los descendientes, el matrimonio se torna más importante y los hijos sanguíneos toman mayor importancia ante los adoptivos.
A partir del siglo VI los adultos les toman más importancia a los niños (si así lo podemos llamar), ya que sólo los usaban para beneficio personal. A los niños varones los usaban para que pudieran llevar el apellido a las siguientes generaciones, y la “raza” perdurara. A las niñas sólo las utilizaban para casarlas, y así mantener las relaciones afectivas entre familias.
Es así como se comienza a dar una valorización a la infancia. El infanticidio ahora era penado y estaba protegido por regímenes (La iglesia y el estado) además que estaba prohibido abandonar a un recién nacido como se hacia en la antigua Roma.
Para el siglo XII, se comienzan a hacer representaciones de niños en pinturas, pero a éstos los dibujaban como adultos pequeños, es decir el dibujo era totalmente de un adulto, sólo que con dimensiones mucho más pequeñas y de igual forma tenían ropa de adulto. También se comienzan hacer representaciones graficas de Jesús niño, o lo que comúnmente conocemos como el “niño Dios”, quien sí era representado como un bebé normal en brazos de su madre.
Del siglo XII hasta el XIV, niños y adultos compartían cualquier clase de actividades: lúdicas, educacionales y productivas. Los niños no se diferenciaban en nada de un adulto.
En la edad media, el niño era considerado como un objeto de diversión y no se diferenciaba de un animal. Podían verlo morir en la calle, y éstos no hacían nada para ayudarlo. Aquellos niños estaban inmersos como en una especie de anonimato y sólo eran reconocidos cuando servían a la sociedad y nada más.
Algunas creencias religiosas consideraban a la infancia como una etapa peligrosa, ya que se había nacido con el pecado original, y solo mediante las buenas obras se podría librar de él. La orden religiosa “la Congregación del Oratorio”, afirmaba en el XVII que: la infancia era el estado mas vil del hombre después de la muerte, y por eso había que sacar al hombre lo mas pronto posible de este estado (Delval, J. el estudio del desarrollo humano, 2008). Con lo dicho aquí, me entró una gran duda y es que Ariès en su libro La Infancia, nos afirma (como también ya lo había mencionado anteriormente), que para el siglo VI la Iglesia (que era una autoridad), como tal, defendía la infancia y hasta penalizaba el infanticidio. Pero ahora Delval nos dice que en el siglo XVII las creencias religiosas lo veían como una etapa peligrosa. Después del punto sí nos especifica que es la orden religiosa “la Congregación del Oratorio”. Pero mis dudas son ¿sólo ésta es la única que en lugar de evolucionar tuvo un retroceso en relación a la infancia? o simplemente ¿era su creencia como religión autónoma? Yo más bien pienso que es la primera, y es que al ser una nueva religión, crearon sus propias creencias.
Ahora, hablando de la educación y formación en los niños, ésta era diferente según las clases sociales. En la clase social alta, los niños nunca podían estar con sus papas y se la pasaban con nanas y criados. Además su formación se basaba en enviarlos con preceptores los cuales los preparaban en su oficio. En la clase social baja, su educación era directa de los papas o de hermanos mayores, que en la mayoría de las veces se encargaban de la misma. Su oficio se aprendía de igual forma, teniendo un contacto directo con el del papá, acompañándolo desde pequeño y aprendiendo poco a poco el mismo oficio, hasta que fuera grande y se pudiera instalar por sí mismo.
En estos tiempos apenas existían las escuelas y se reservaban a unos cuantos. En ellas no estaban por edades, si no por nivel de conocimiento, y podían estar niños de 5 años, hasta jóvenes de 18 años.
En el mismo siglo XVII la actitud hacia los niños es muy cambiada. Diversos autores se preocupan sobre la educación en los niños, pero sin señalar que ésta debe ser diferente a la de los adultos. Jan Amos Comenius defendió la idea de que la escuela debe variar en función de la edad y establecía 4 tipos de escuelas, según los
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