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La Muerte ¿esta De Moda?


Enviado por   •  1 de Mayo de 2014  •  5.120 Palabras (21 Páginas)  •  161 Visitas

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La muerte ¿está de moda?

Uno de los hechos notables del siglo XX ha sido el predominio de la imagen de la mujer delgada, lo que ha modificado la concepción de la belleza femenina. A la vez, la bulimia y la anorexia nerviosa son afecciones cuya frecuencia se ha multiplicado en los últimos veinte años y ambas son fenómenos complejos que se relacionan con determinado momento histórico y con sistemas socioculturales específicos.

La bulimia y la anorexia nerviosa invitan a reflexionar sobre un tema central para la antropología social, el de la relación entre el individuo y la cultura que lo ha conformado y que a su vez él constituye.

En este trabajo se abordan áreas conceptuales de indagación en teoría social, como son el estigma social, los símbolos de prestigio relacionados con la salud y la enfermedad.

Enfermedad y cultura

La antropología social es una disciplina que siempre se ha preocupado por entender los fenómenos sociales en sus contextos, abordando el significado de “el otro” en la conformación del sí mismo y del sí mismo para el otro. La bulimia y la anorexia hacen evidente hoy en día el papel de las convenciones culturales que llegan a afectar hasta la percepción del propio cuerpo.

La cultura conforma representaciones colectivas que como tales son compartidas por los integrantes de la sociedad.

A las enfermedades las entendemos, en el sentido otorgado por Brian Turner, en tanto productos sociales, como desviaciones indeseables con respecto a las normas aceptadas de salud y de conducta apropiadas. “Las afecciones pertenecen a la naturaleza; las enfermedades a la cultura” (1989:251).

Se parte del supuesto básico de que bulimia y anorexia son enfermedades que tienen que ver con el espacio, con la ubicación del “yo corpóreo” en el espacio social. Son enfermedades de “representación” que confieren expresión a las “limitaciones estructurales de las mujeres” (op. cit.: 114).

La bulimia y la anorexia se pueden definir a grandes rasgos como enfermedades adictivas. Quienes las padecen son personas adictas a pensar en las dietas, en la comida, y en cómo hacer para no asimilar lo que ingieren. Son “dos caras de la misma moneda”, dos modos de expresar un mismo problema subyacente de falta de comunicación, como el de otras adicciones (término que etimológicamente significa lo no dicho). En la anorexia lo expresan por medio de la restricción máxima de su alimentación y en ejercer un control extremo sobre sus ingestas, lo que adquiere un sentido progresivo. La bulimia por el contrario se caracteriza por períodos de descontrol y sobreingesta, como también períodos de abstinencia. En ambas enfermedades utilizan métodos compensatorios para gastar las calorías que ingirieron y se sienten culpables cuando comen. Desde el punto de vista psicológico existen más cosas en común que diferencias entre ambos trastornos, y generalmente coexisten en las mismas pacientes ambos tipos de síntomas.

El tratamiento del cuerpo

Partiendo del supuesto de que los diferentes sistemas socioculturales determinan el tratamiento que sus miembros otorgan a su cuerpo, se pretende ver el nexo entre la manifestación de bulimia y anorexia y los sistemas que las contienen.

Tradicionalmente, en todas las culturas el cuerpo ha sido un sistema clasificatorio en sí mismo; ha sido un medio por el cual se emiten mensajes sociales. Conforme a la antropóloga Mary Douglas, “las funciones del cuerpo se ignoran o se relegan más, cuanto mayor es la presión que ejerce el sistema” (1978:14).

Es posible citar numerosos ejemplos etnográficos de alteración de patrones biológicos en función de normativas y requerimientos socioculturales, lo cual deja en evidencia el hecho de que el cuerpo está impregnado de significación simbólica. Pensemos por ejemplo en la deformación de los pies entre las mujeres chinas, en el artificial alargamiento del cuello de las mujeres karen de Burma o el ensanchamiento de los labios en la cultura ugandesa, o los casos de tatuajes o cicatrices a que son sometidos los hombres nuer, por citar solo algunos casos.

Desde este modo de mirar las cosas, no resulta del todo incomprensible el hecho de que en función de normativas estéticas se “dañe” al cuerpo desde el punto de vista biológico. Enfermedades como la bulimia y la anorexia son ejemplos de subordinación de las necesidades biológicas en favor de necesidades de tipo cultural. Lo que se considera “normal” no es un criterio estadístico, sino que es fundamentalmente una definición de carácter cultural. Las sociedades, de acuerdo con la perspectiva foucaultiana, ejercen su poder sobre y por medio de los cuerpos.

El modo en que el individuo de un grupo social trata a su cuerpo expresa claramente su deseo de estar en el mundo de determinada manera y no de otra. A través de los cuerpos los individuos “hablan” de sí mismos y de su posición en los grupos mediante un lenguaje no verbal.

En la cultura de medios masivos de comunicación se ha hecho posible la difusión de modelos corporales, modelos estéticos valorados socialmente, y por lo tanto prestigiosos, que se difunden a contingentes poblacionales inimaginables para otras épocas históricas. Los medios venden productos valiéndose de ese tipo de imágenes, pero a su vez se venden y se promocionan como exitosas las mismas imágenes; hoy en día, la imagen es un valor de cambio.

En los últimos diez años ha proliferado en los medios masivos la difusión e imposición de la imagen de belleza femenina occidental como la de una mujer hiperdelgada. Lo que también concuerda con la “explosión” de este tipo de enfermedades. Muchas pacientes manifiestan haber sentido mucha presión desde el “afuera”, en el sentido de que debían presentar cierta imagen física (delgada) para ser aceptadas.

Además, los sistemas socioculturales en los cuales surgen la bulimia y la anorexia nerviosa, se caracterizan por emitir mensajes contradictorios. Por un lado se estimula el consumo compulsivo de todo tipo de productos y, por el otro, se aconseja la moderación y lo “light” como formas saludables de vida. Esto se suma al hecho de que son sociedades en las que los arreglos corporales son cruciales a la hora de indicar salud, estilos de vida y situación social.

Son sociedades en las que el yo y su representación dependen del estilo y de la moda más que de símbolos fijos de clase o de rango jerárquico como sucede en otro tipo de sociedades. El éxito depende de las habilidades personales para manipular él “yo” por medio de características interpersonales adecuadas, y el triunfo

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