La Psicología Cristiana

LA PSICOLOGIA CRISTIANA

El cristianismo, surgió en medio de una perturbada atmosfera con una gran esperanza puesta en la buena nueva. Esta nueva etapa con el cristianismo, trataba de explicar de una diferente manera los sistemas explicativos acerca del mundo ya aclarado.

Proponía una esperanza de vida nueva para entrar en el reino de Dios. Es en este momento en donde las explicaciones y la exigencia científica sede su lugar a la fe. Lo que aporto a la humanidad un sentido inédito de la vida moral.

El cristianismo reconoce la existencia de lo sobrenatural, existe un espíritu, mente, alma, corazón.

Y dentro de su posición se define a la naturaleza humana como imperfecta.

San Pablo declara que fue enviado por Cristo para anunciar el evangelio, para predicarlo.

Y explicaba que mientras los judíos pedían señales y los griegos buscaban sabiduría, él predicaba a Cristo crucificado. Hablaba que todos son hijos de Dios, por la fe en Cristo Jesús; todos los bautizados en Cristo se han revestido de él y ya no hay ni judíos ni griegos, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, y todos son uno en Cristo Jesús.

Predicaba que el mesías había llegado, hijo de Dios, y había sido crucificado para que en su carne, todo el pecado de los hombres sea redimido. Todo fue creado por él y para él y afirmaba que el existía con anterioridad a todo. También hablaba de que él mesías es la cabeza del cuerpo, de la iglesia. Pues Dios hizo residir en él toda la plenitud. Para Pablo, los hombres no tienen perdón por haberse alejado del mesías. Por lo que quien está en Cristo, es una nueva creación, pasó lo viejo y todo es nuevo.

Dentro de su predicación concebía la muerte como el salario del pecado, pero como don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor Nuestro.

Y el espíritu es la instancia más alta, la cual nos permite el acercamiento a Dios.

Por otra parte, en la psicología de los apologistas, una de las primeras obras fue la de Tertuliano, que concretamente hablaba del alma en función de lo que él comprende de la revelación cristiana.

Su tratado que cuenta con 58 capítulos es uno de los más notables de la literatura cristiana, donde Tertuliano discute todo: de los errores de los sentidos y de las facultades del alma, para lo que invoca a diversos médicos para apoyarse en su competencia, entre ellos Hipócrates y Diocles.

Para él era totalmente creíble que el hijo de Dios haya muerto, debido a que era un fruto impropio, al dar a entender que Dios peco al tener un hijo, por lo tanto no era creíble que después de haber sido enterrado haya resucitado, porque es imposible.

Tertuliano se apoyó en la autoridad de la biblia para afirmar que tuvo un comienzo. Sus ideas se reducen a la explicación de lo que es y no material.

Afirma que el alma desde la creación de Adán es transmitida por el semen, momento en el que se le atribuye un sexo. Y dentro de este proceso, los ángeles vigilan la formación del embrión en el seno materno.

En otro aspecto Tertuliano, compara el sueño con la muerte y el despertar a la resurrección.

Entendiéndose que durante el sueño, el alma disfruta de una libertad transitoria, la cual se volverá definitiva cuando abandone su cuerpo.

Pero habla también, de que las almas después de la muerte a excepción de las de los mártires, deben esperar en el infierno a la resurrección de los cuerpos.

Abarcando a otro de los filósofos de la época cristiana, hablamos de Clemente de Alejandría.

Para el que parecía esencial el problema de una conciliación entre las teorías filosóficas de los paganos y las ideas fundamentales de la nueva fe.

Clemente con espíritu totalmente contrario al de Tertuliano, consideraba el alma como una unidad con doble origen, es decir, en parte es racional o celestial y en parte terrenal o irracional.

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