La Quimica Del Amor
Enviado por pocahontas07 • 23 de Agosto de 2011 • 2.384 Palabras (10 Páginas) • 3.497 Visitas
La química del amor
Frente a la pregunta. ¿qué pasa cuando nos enamoramos?
Surgen varias respuestas, una de las réplicas que se trataran de analizar en este documento, es el cerebro y sus métodos de advertencia frente a este acontecimiento.
Empecemos; a quien no le ha pasado que cuando se enamora, o dice haber encontrado a la persona de su vida, aquella que ha estado esperando ya hace bastante tiempo, no lo hace sentir aquel cosquilleo en el abdomen, la sudoración de las manos o las respuestas inadecuadas a sus preguntas, todo por el temor y la ansiedad que nos genera esta persona.
Todo ser humano siente atracción hacia otra persona, ya sea del mismo género o del sexo opuesto. Al sentir este tipo de atracción segregamos sustancias, que nos hacen sentir un poco más livianos en algunos aspectos de la vida cotidiana.
Una respuesta a este problema, es porque se dispara una de las señales de alarma o respuesta. Nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas).
-Cuando el cerebro segrega una cantidad considerable de químicos este responde mediante la secreción de dopamina.-
Entonces podríamos decir que el verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la feniletilamina, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas. Por eso parece que levitáramos, y no nos percatamos de los grandes conflictos que trae consigo la persona que amamos, o quisiéramos amar.
Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxitocina; no debemos olvidar además que estas sustancias químicas funcionan como mensajeros químicos del deseo sexual, y comienza el trabajo de los neurotransmisores, que dan lugar a los arrebatos sentimentales, (en suma: se está enamorado.) Estos compuestos combinados, hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor, y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.
Asimismo, dados estos eventos en quienes se han enamorado, o quienes nos hemos enamorado, las anfetaminas naturales inician el proceso de re alzamiento de virtudes, y cualidades humanas, (generosidad, compasión y apertura hacia los demás entre otras) dejando de lado cualquier sinsabor que tengamos. Por decirlo metafóricamente, provocan que salga el sol y se junte con la luna.
La presencia o recuerdo de estas personas, nos ayuda a recuperarnos en momentos de lucha y sufrimiento. El caudal de opioides y oxitocina liberado por el amor pacífico, también contribuye a reducir en gran medida nuestros sentimientos negativos, en especial, la soledad, el aislamiento, la negatividad y la enfadad.
La química del enamoramiento está determinada por cientos de estímulos que percibimos a través de los sentidos, mediante los cuales seleccionamos parte de la información que llega a nuestro cerebro, este deriva un filtro perceptivo entre todas las personas que nos encontramos a diario. En nuestro cerebro se encuentran sustancias químicas que nos hacen reaccionar frente a ciertos patrones comporta mentales: la dopamina, la oxitocina, la testosterona, la feniletilamina los estrógenos y la norepinefrina.
El affair de la feniletilamina con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, que sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de feniletilamina y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando estamos enamorados. Sospecharon de su existencia mientras realizaban un estudio con pacientes aquejados "de mal de amor", una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa. Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia. Según su hipótesis él, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y No hay duda: el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción. Si en la cirrosis es el hígado, los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo. En ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Aquí se asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento. A través de nervios microscópicos, los impulsos se transmiten a todos los capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas del cuerpo. El suave músculo intestinal, las glándulas lacrimales, la vejiga y los genitales, el organismo entero está sometido al bombardeo que parte de este arco vibrante de nudos y cuerdas. Las órdenes se suceden a velocidades de vértigo.
Todas las "alteraciones" que se sufren cuando uno se siente enamorado tienen una explicación muy conceptual y científica: la fenitelitamina. A este neurotransmisor, localizado en la región del cerebro llamada hipotálamo, se le conoce popularmente como "la molécula del amor". Ese estado de felicidad y euforia que manifiesta el enamorado está provocado por la mencionada molécula. Un estado que incluso ocasiona que las personas no se detengan a analizar con detenimiento si la persona a la que se esta dirigiendo nuestra atención es la adecuada, lo cual trae como consecuencia que en el momento en que estas sustancias se encuentran en sus niveles mas altos de producción, no permiten que veamos los defectos del otro, nuestro cerebro envía señales automáticas que hacen que comience el trabajo de secreción de las sustancias químicas para comenzar un proceso de atracción y posteriormente, enamoramiento. Circunstancia provocada, según los científicos, por presentar elevados índices de fenitelitamina.
Pero esta molécula no es la única responsable. También juegan su papel la dopamina y la serotonina. La primera actúa en la fase de atracción inicial por alguien, avisando al cerebro de la cercanía de esa persona deseada y centrando su atención en ella. Al mismo tiempo, la serotonina afecta al estado de ánimo, que varía mucho durante
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