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La Sexualidad Infantil RESUMEN


Enviado por   •  28 de Junio de 2014  •  1.918 Palabras (8 Páginas)  •  569 Visitas

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La sexualidad infantil (CAP2) FREUD…

La pulsión sexual existe ya en la infancia, y no despierta en la pubertad como se creía. El estudio de la pulsión sexual en la infancia revela las características esenciales, su desarrollo y sus fuentes.

La AMNESIA INFANTIL (desde los primeros años hasta los 6 u 8 años) es la represión o apartamiento de la consciencia de las impresiones infantiles. Convierte a la infancia en un tiempo anterior, “prehistórico”, ocultando los comienzos de la vida sexual.

1. El período de latencia sexual de la infancia y sus rupturas.

El PERÍODO DE LATENCIA (desde los seis años hasta la pubertad) es el período en el cuál las mociones sexuales están latentes, no manifiestas.

Estas mociones serían inaplicables y perversas debido a que las funciones de la reproducción están diferidas y la búsqueda de satisfacción de zonas erógenas en este proceso de desarrollo solo causaría displacer.

En el período de latencia se desarrollan las INHIBICIONES SEXUALES, fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección, en forma de diques (asco, vergüenza, ideales estéticos, moral). Este desarrollo de inhibiciones es de condicionamiento orgánico, hereditario, puede producirse sin la presencia de la educación.

En el período de latencia surge una FORMACIÓN REACTIVA, que construye inhibiciones sexuales, originando un proceso de SUBLIMACIÓN. En este proceso la energía del impulso sexual inhibido es desviada de la meta sexual hacia metas más aceptadas por la cultura, construyéndose la cultura personal y la normalidad posteriores del individuo.

En este período pueden surgir RUPTURAS, exteriorizaciones sexuales sustraídas de la sublimación.

2. Las exteriorizaciones de la sexualidad infantil

El AUTOEROTISMO es una práctica sexual en donde la pulsión no está dirigida a otra persona, sino que se satisface en el cuerpo propio.

El CHUPETEO (mamar con fruición o succionar con placer sexual) es una exteriorización sexual. Consiste en un contacto de succión con la boca y los labios, de movimiento rítmico, que no tiene por fin la nutrición sino la ganancia de placer. Los objetos del chupeteo pueden ser cualquier parte del cuerpo. Esta acción cautiva enteramente la atención, puede producir reacciones de orgasmo, adormecimiento y frotamiento de zonas sensibles del cuerpo.

En el niño chupeteador los labios se comportan como una zona erógena que se satisface con el cálido aflujo de leche. Esta actividad sexual se asoció en un principio a una de las funciones de conservación de la vida, la alimentación.

No todos los niños chupetean, solo los que tienen un alto valor erógeno en los labios.

Si persiste la zona erógena en los labios, ya de adulto el individuo gustará de besos perversos, el beber o el fumar. Pero si actúa la represión sentirá asco por la comida y producirá vómitos, afectándose así la pulsión de nutrición.

La exteriorización sexual infantil posee tres características esenciales: se origina con una de las funciones vitales (la alimentación), aún no posee un objeto sexual (es autoerótica) y su meta sexual es la ganancia de placer (dominada por una zona erógena).

3. La meta sexual de la sexualidad infantil

Los CARACTERES DE LAS ZONAS ERÓGENAS definen a estas zonas como un sector de la piel o de una mucosa en la cual su estimulación, por parte de un estímulo de determinada cualidad, causa una sensación placentera. Existen zonas predestinadas a ser erógenas, aunque cualquier zona puede cumplir la función.

En la Histeria, la represión afecta a las zonas genitales por lo que la estimulación sexual queda relegada a las zonas erógenas.

La META SEXUAL INFANTIL consiste en la ganancia de placer a través de la zona erógena.

Una sensación displacentera de tensión y una sensación de estímulo o picazón condicionada en la zona erógena, se sustituyen por un estímulo externo que la cancela provocando una sensación de satisfacción.

4. Las exteriorizaciones sexuales masturbatorias

La ACTIVACIÓN DE LA ZONA ANAL como zona erógena produce en el niño la retención de las heces para aprovechar su expulsión placentera o para emplearla en la relación con las personas, tratando las heces como una parte de su propio cuerpo, un primer regalo que expresa su obediencia hacia el mundo externo.

La ACTIVACIÓN DE LA ZONA GENITAL (glande, clítoris) como zona erógena es el comienzo de la posterior vida sexual “normal”. Las estimulaciones accidentales de esta zona originan tempranamente sensaciones placenteras creando la necesidad de repetición.

La masturbación infantil pasa por tres fases o períodos: la masturbación en la lactancia, la masturbación a los 4 años o menos y la masturbación en la pubertad.

La SEGUNDA FASE DE LA MASTURBACIÓN INFANTIL (a los 4 años o menos) es cubierta por la amnesia infantil. Las impresiones de esta segunda fase determinarán la normalidad del individuo luego de la pubertad, y la sintomatología de la neurosis adquirida.

Este RETORNO DE LA MASTURBACIÓN DE LA LACTANCIA tiene causas internas y ocasiones externas (seducciones que tratan al niño como objeto sexual y le enseña la satisfacción de la zona genital).

El niño posee una DISPOSICIÓN PERVERSA POLIMORFA (una aptitud de conducta sexual anormal variada). Bajo la influencia de la seducción, el niño puede convertirse en un “perverso polimorfo”, realizando todo tipo de transgresiones, debido a que aún no se han desarrollado completamente las inhibiciones sexuales.

Aunque la pulsión sexual infantil no posee un objeto sexual (es autoerótica) posee componentes designados como PULSIONES PARCIALES que desde el comienzo están dirigidas a otras personas como objetos sexuales, por ej. las pulsiones de ver y de exhibir y la pulsión de la crueldad.

Las pulsiones parciales aspiran a conseguir placer cada una por su cuenta, enteramente desconectadas entre sí. En la sexualidad adulta éstas se organizan, bajo el predominio de una única zona erógena, para el logro de una meta en un objeto ajeno.

Independizadas de las zonas erógenas más tarde se relacionan con la zona genital.

Estas pulsiones parciales resultan en el niño en una sexualidad perversa, siente placer al exhibir

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