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La Visión Psicoanalista De Freud Y De Groddeck


Enviado por   •  27 de Agosto de 2013  •  2.310 Palabras (10 Páginas)  •  533 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA

TUTORIAS DE PSICOLOGÍA SOCIAL TEORICA III

La visión psicoanalista de Freud y de Groddeck

Primero que nada cabe hacer referencia en las similitudes que tuvieron Freud y Groddeck, los dos comenzaron su carrera en la medicina, los dos tuvieron guías que los influenciaron en la construcción de sus teorías, Freud por su parte estuvo influenciado por Charcot, Brever, Janet, Liebault y Berheim y en lo que respecta a Groddeck tuvo a Schweninger y por supuesto a Freud. Los dos tenían gran admiración hacia sus padres y lo que en verdad liga a estos dos grandes personajes es su visión del psicoanálisis y de los conceptos que en esta rama se manejaron aunque los dos con su peculiar perspectiva sobre ellos.

El primer acercamiento fue por cartas después de que Groddeck había hecho una publicación criticando a priori el trabajo de Freud. Después de intercambiar algunas cartas y Grodeck haber pedido disculpas a Freud por la publicación Groddeck y Freud se conocieron en el Congreso de La Haya. La participación de Groddeck en el congreso fue muy controversial para los demás analistas debido a su poca organización en el discurso y su poca sustentabilidad científica en sus acepciones, desde ese momento el se proclamo un psicoanalista profano, aunque por su parte Freud lo apoyaba por encima de las criticas del gremio. La tesis central de su plática era que los problemas emocionales se expresan con frecuencia en la enfermadad organica y pueden ser tratados mediante el psicoanálisis. Por ejemplo, en los problemas visuales, decía, el ojo es el Yo, mientras que el Ello reprime la visión de lo desagradable.

En 1923, Freud publicaría El yo y el ello y Groddeck El libro del Ello. Aunque tuvieron varias platicas por carta sobre estos conceptos hasta antes de la publicación no habían conseguido ponerse de acuerdo sobre la significación del Ello para Freud el Ello era equiparable al inconsciente, pero en dicho trabajo recompuso la anatomía de su aparato psíquico: no bastaba hacer coincidir el inconsciente con lo reprimido y oponerlo a un yo en consonancia con lo consciente y lo preconsciente; más bien, pensaba Freud ahora, había que establecer la actividad inconsciente del yo y especificar el topos de lo reprimido y lo inconsciente.primordial.

El ello de Freud y el Ello de Groddeck no tenían en común más que el nombre y ni siquiera en cada lengua: el ello freudiano se tradujo al inglés como id, mientras el Ello de Groddeck derivó en un it aún más impersonal, e influenciado por algunas concepciones de Nietzsche. Para Freud, el ello era el reservorio fundamental de la energía psíquica, un caos total (antes de Lacan al menos) en el que confluyen pulsiones de vida y de muerte. Freud solía definirlo de un modo negativo, en contrapunto a las características del yo. El Ello en Groddeck, en cambio, era ante todo una fuerza de afirmación. A su modo de ver, todo lo que hay de conformador anímica y biológicamente en el hombre es regido por la organización del Ello.

“Hay en el ser humano fuerzas que no son comprendidas adecuadamente por el término inconsciente tal como se ha empleado hasta ahora. Propongo designar esas fuerzas, todavía indefinidas, con la palabra Es (Ello). Cree que todas las manifestaciones de la vida en el hombre: su forma exterior, su estructura, las alteraciones y el funcionamiento de sus órganos, sus acciones y sus pensamientos, sus enfermedades psíquicas y físicas… son simplemente fenómenos distintos en los que se manifiesta el Es”, este fue el resumen de la plática que dio Groddeck en el Congreso Psicoanalítico Internacional celebrado en Berlín.

Aunque en las cartas discutían sobre la referencia del Ello y del inconsciente, Groddeck defendía que el Ello era necesario para comprender su obra, y que el inconsciente no era suficientemente amplio, Freud repetía lo contrario y que Groddeck trataba de entrometer ideas filosóficas que no podía comprobar en su teoría. Posteriormente Freud no tuvo más remedio que aceptar la significación del Ello de Groddeck: “Groddeck tiene indudablemente las cuatro quintas partes de la razón al relacionar el sufrimiento orgánico con el Ello y quizás inclusive en la obra quinta parte esté en lo justo”.

“Inconsciente” en un comienzo Freud contempla en un aspecto un término meramente descriptivo que, por consiguiente, incluye a lo latente por el momento. La concepción dinámica del proceso represivo fuerza a dar a lo inconsciente un sentido sistemático, de suerte que lo equipara a lo reprimido. Lo latente, inconsciente solo de manera temporaria recibe el nombre de “preconsciente” y se sitúa, desde el punto de vista sistemático, en las proximidades de lo consciente.

Se demuestra que no es factible hacer coincidir lo reprimido con lo inconsciente, y el yo con lo preconsciente y lo consciente. Se elucidan los dos hechos que prueban que también dentro del yo hay un inconsciente que desde el punto de vista dinámico se comporta como lo inconsciente reprimido: la resistencia en el análisis, que parte del yo, y el sentimiento inconsciente de culpa.

El yo y el ello ofrece una descripción de la psique y su operación que a primera vista es nueva y aun revolucionaria pero como tan a menudo sucede con Freud, es posible rastrear el origen de estas ideas y síntesis aparentemente novedosas en trabajos suyos anteriores. La circunstancia histórica de que en sus orígenes el psicoanálisis estuvo vinculado al estudio de la histeria lo llevo a formular la hipótesis de la represión (o, en términos más generales, la defensa) como función psíquica, y esto a su vez condujo a una hipótesis tópica: un esquema de la psique dividida en dos partes, una de las cuales era la reprimida y la otra la represora. Íntimamente ligada a estas hipótesis estaba la cualidad de la “conciencia”; y no era difícil equiparar la parte reprimida de la psique con lo “inconsciente” y la represora con lo “consciente”.

La expresión “das Es” (“el ello”) fue tomada de las cartas de Georg Groddeck. Freud la adopto dándole un significado diferente que el de Groddeck, pero si ampliando su concepto descriptivo, Groddeck lo vio como un regalo hacia su maestro, muchos autores creen que Freud corrigió y mejoro el concepto, pero la verdad fue que Freud tomo su el concepto de Groddeck y lo adecuo a su teoría. Este concepto vino a aclarar y en parte a reemplazar los mal definidos usos de las expresiones anteriores “el inconsciente”, “el Icc” y “el inconsciente sistemático”.

Las cosas son bastante menos nítidas en lo que respecta a “das Ich” (“el yo”). Este vocablo era bien conocido antes

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