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La concepción de lo inconsciente


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2014  •  Tutorial  •  1.495 Palabras (6 Páginas)  •  180 Visitas

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CAPÍTULO VIII - LA CONCEPCIÓN DE LO INCONSCIENTE -

GENERALIDADES TERAPÉUTICAS

Engáñase quien crea que lo inconsciente es algo inofensivo, que puedeconvertirse en objeto de juegos de sociedad o utilizarse para fáciles ensayosterapéuticos. Sin duda, lo inconsciente no siemp re, ni en todas las personas,es peligroso. Pero la neurosis es la señal de que en lo inconsciente existe undepósito lleno de energía, una especie de carga que puede explotar. En esecaso, hay que tener precaución. De momento, nadie sabe lo que dispara,cuando emp ieza a analizar los sueños. Pone en movimiento algo interior einvisible. Mu y probablemente es algo que más o menos tarde saldría a luzespontáneamente; pero también podría suceder que no saliera nunca. Encierto modo, es como perforar un pozo artesiano; se corre el peligro de tro-pezar con un volcán. No hay seguridades absolutas. Cuando existen síntomasneuróticos, se puede caminar con cautela. Pero los casos neuróticos no son losmás peligrosos, ni con mu cho. Porque, a veces, hay personas aparentementemu y normales, que no presentan síntomas neuróticos especiales —acaso sonlos mismos médicos y educadores—, que incluso presumen de normalidady son modelos de buena educación, y tienen, por añadidura, opinionessumamente normales y costumbres normales, pero cuya normalidad es una

compensación artificial de una psicosis latente. Estos casos, naturalmente, rara

vez se presentan al psiquiatra de profesión. Los mismos interesados nosospechan nada de su estado. O sus sospechas sólo encuentran una expresiónindirecta en el gran interés que les inspira la psicología y psiquiatría, atraídospor estas cosas, como la mariposa por la luz. Pero como la técnica analíticadescubre lo inconsciente, resulta que en estos casos destruye la comp ensaciónsaludable y lo inconsciente sale afuera en forma de fantasías ya incoercibles, yde consiguientes excitaciones que, en ocasiones, llevan a una enajenación y,acaso antes, al suicidio. Afortunadamente, estas psicosis latentes parecen serrelativamente raras. Si no ocurriera así, el método más satisfactorio, científicay terapéuticamente, sería harto peligroso para poder ser emp leado en la práctica.

El peligro de tropezar con tales casos, amenaza a todo médico que practica elanálisis de lo inconsciente, aun cuando disponga de una gran experiencia yhabilidad. Por torpeza, falsas concepciones, interpretaciones arbitrarias, etc.,puede también el médico echar a perder casos que no forzosamente hubierandebido resultar mal. Pero esto no sucede sólo con el análisis de loinconsciente, sino con toda intervención del médico, por cuanto puede haber

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error en ella. La afirmación de que el análisis vuelve locas a las personas, estan estúpida como la idea vulgar de que el médico del manicomio, por sutrato con los alienados, ha de volverse necesariamente loco.

Prescindiendo de los peligros del tratamiento, lo inconsciente puede llegar aser peligroso también por sí mismo. Una de las formas más generales de estepeligro es la provocación de accidentes desgraciados. Una cantidad dedesgracias mu cho mayor de lo que el público pueda sospechar estáprovocada psicológicamente. Emp ezando por pequeños accidentes, comotropezones, encontronazos, quemaduras en los dedos, etc., hasta llegar a losaccidentes automovilísticos y catástrofes alpinas, todo puede estar motivadopsicológicamente y a veces preparado con semanas y aun meses deanticipación. He investigado mu chos casos de está índole y he podido confrecuencia señalar sueños que, con varias semanas de anticipación, demos-traban la tendencia del sujeto a dañarse a sí mismo; naturalmente, expresadaen símbolos. Todas las desgracias que ocurren por la llamada inadvertencia,habrían de estudiarse con relación a semejantes determinaciones. Es sabidoque, cuando por cualquier razón, no estamos bien temp lados, nos suceden,no sólo accidentes tontos, más o menos grandes, sino incidencias peligrosasque, en un momento psicológicamente adecuado, pueden llegar a poner fin ala vida. La voz popular dice: "Fulano y Zutano mu rieron en el momentojusto", expresando con estas palabras un sentimiento acertado de la secretacausalidad psicológica que provocó el accidente. En la misma forma puedenproducirse o prolongarse enfermedades corporales. Un funcionamientoincorrecto de la psique puede perjudicar mucho al cuerpo; y viceversa, unpadecimiento corporal puede contagiar al alma; pues alma y cuerpo no soncosas separadas, sino una y la misma vida. Así, rara vez hay una enfermedadcorporal que no esté comp licada con el alma, aun cuando no haya sidodirectamente causada por motivos psicológicos. A mi juicio, debieran losmédicos reparar mucho más en estas correspondencias.

Pero sería injusto no realizar más que el lado desfavorable de lo inconsciente.En todos los casos ordinarios, lo inconsciente es desfavorable o peligroso,porque estamos en desacuerdo con él y, por lo tanto, en oposición connuestros instintos29.

Pero si conseguimos establecer aquella función, que he llamado función

29 * Los instintos son arquetipos.

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trascendente, entonces

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