La gestión del miedo

El miedo es un estado de ánimo el cual manifestamos todos los seres humanos en ciertos momentos de nuestra vida, ya que tenemos cierta percepción de que algo nos ocurrirá causándonos daño tanto en lo físico, mental, en nuestra forma de interactuar con los demás e inclusive como se menciono en la lectura en lo espiritual.

El miedo es una respuesta natural ante el peligro; una sensación desagradable que atraviesa el cuerpo, la mente y el alma. Se puede deber a algo que pasó, que está sucediendo o que podría pasar. Es difícil de controlar ya que este nos puede paralizar en el momento de actuar o inclusive provocarnos un estado de ansiedad, o como yo los llamo TIC’S nerviosos. También podemos llegar a presentar una sensación de malestar físico, ya sea el querer devolver lo poco o nada que tengamos en nuestro estomago o, comenzamos a sentir una sensación de frio sobre nuestro cuerpo.

Este sentimiento, nos provoca que nuestra mente este pendiente de todo lo que nos rodea, inclusive si estuviéramos en un estado subconsciente, nuestro cerebro percibe todo para poder afrontarnos a lo que suceda, creando un estado de parálisis o darnos a la huida para evitar cualquier daño que nos pueda provocar todo esto.

Esto no solo se basa en objetos que podamos ver, también nos puede dar miedo ciertos sonidos, como los rayos, algo que golpea un objeto o simplemente todo aquel ruido que esta fuera de nuestra cotidianidad.

El miedo que tenemos es bueno ya que así evitamos hacer cosas que ponen en riesgo nuestra salud, puesto que nuestro mayor miedo en la vida es la muerte; así que con esto evitamos realizar todas esas cosas extravagantes para no hacernos daño ya que la muerte nos presenta lo desconocido otro de nuestros mayores miedos puesto que, el no conocer lo que sucederá nos aterra en cierta medida.

Como sociedad creo que la mayoría tenemos como miedo el fracaso de no poder desarrollarnos de manera exitosa ya sea en el ámbito laboral, personal o social. Más que nada creo que lo que nos da miedo es el dirán de nosotros los demás.

Debemos controlar nuestros miedos para no convertirlos en fobias, para evitar que cada vez que estemos frente a ese momento u objeto que nos aterra no quedemos en un estado de shock que nos llegue afectar nuestra función neurológica.

Las formas con las cuales yo identifico que comienzo a sentir miedo son: mis manos empiezan a moverse descontroladamente además, estas comienzan a sudar. Mi corazón se acelera de una manera sobre normal. Mis ojos se abren en búsqueda de cualquier objeto que me dañe. Por último mis piernas se tienden a mover mucho por la incertidumbre que tengo.

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