La grafología

grafologia

La grafología es la ciencia que estudia la personalidad de un individuo a través de su escritura. Sus defensores afirman que posee una base científica mientras que sus detractores la consideran pura fantasía. Sin embargo, es utilizada en juicios legales. Aquí explicamos sus rasgos más relevantes.

En concreto, el grafólogo toma un texto manuscrito de unas quince o veinte líneas que el sujeto haya realizado de modo espontáneo en un papel en blanco y sobre una superficie dura. Además, el escrito debe estar firmado puesto que, mientras éste nos brinda información de los rasgos sociales de su personalidad, la firma habla del yo íntimo de la persona.

La grafología tiene una base científica. La escritura es un proceso dinámico que requiere una estrecha conexión entre el cerebro y la mano. En concreto, los neurólogos señalan la relación existente entre los centros nerviosos superiores –cortical y subcortical- y nuestra mano.

Comenzando por la manera de firmar, quién lo hace con letra legible, muestra seguridad en sí mismo. En cambio, los que firman con letra ilegible expresan misterio, es decir, que desean mantener su personalidad íntima en un plano reservado.

Por otra parte, quién posee una escritura angulosa expresa poseer un carácter combativo y luchador, mientras que quiénes la presentan recta muestran disciplina, constancia e integridad moral.

Si nuestra escritura es muy grande, mostramos deseo de llamar la atención. Sin embargo, si es pequeña, indica que poseemos una fuerte vida interior y nos gusta pasar inadvertidos, además de un carácter observador y detallista.

Por otra parte, cuando escribimos con fuerza, señalamos tener firmeza de carácter y fuerte personalidad. En cambio, si es floja, indicamos falta de energía para afrontar los problemas y contratiempos.

También la velocidad con que escribimos muestra rasgos de nuestra personalidad. Así, quién escribe con rapidez muestra tener las ideas claras y agilidad mental, además de capacidad de reacción rápida ante los estímulos externos.

Igualmente, la dirección de las líneas es indicativa de nuestra forma de ser. Quién escribe siempre con línea ascendente posee una actitud vitalista ante la vida mientras que el que lo hace con ellas descendentes muestra pesimismo y falta de fuerza para afrontar los problemas. Por su parte, quién lo hace con líneas rectas es persona realista.

En fin, éstos son solamente algunos ejemplos, pues la grafología es una ciencia amplia. Pero, por supuesto, no es exacta (incluso son muchos los que la consideran pura fantasía). En cualquier caso, tan sólo constituye una aproximación a nuestra forma de ser que tiene un valor orientativo.

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