La influencia de la ira en el aprendizaje
Enviado por Angelly1996 • 1 de Febrero de 2025 • Biografía • 511 Palabras (3 Páginas) • 7 Visitas
Hola, buenas tardes. Mi nombre es Angelly Pérez, estudiante de Licenciatura en Psicología. En esta oportunidad, estaré explicando la infografía relacionada con la ira, la cual fue asignada por la profesora Carmen Martínez.
Para empezar, la ira es una emoción primaria que surge como respuesta a situaciones de frustración, amenaza o injusticia. Esta emoción puede variar en intensidad, desde una irritación leve hasta una furia intensa, y tiene un impacto profundo en cómo actuamos y percibimos nuestro entorno.
En cuanto a la localización de la ira en el cerebro, varios componentes están involucrados. La amígdala juega un papel central en la activación de esta emoción, ya que responde rápidamente a las amenazas percibidas. Además, el hipotálamo también participa en el procesamiento de la ira al regular las respuestas fisiológicas relacionadas, como el aumento en la frecuencia cardíaca y la liberación de adrenalina. La corteza prefrontal ayuda a regular esta emoción, decidiendo cómo actuar en situaciones de enojo, mientras que la corteza cingulada anterior se encarga de procesar el conflicto entre nuestras emociones y nuestra toma de decisiones, ayudándonos a controlar impulsos y a evaluar la situación de forma más equilibrada.
La influencia de la ira en el aprendizaje es otro aspecto importante. La ira puede dificultar la asimilación de conocimientos y, en algunos casos, bloquear completamente el proceso de aprendizaje. También desvía la atención y paraliza la memoria activa, la cual es vital para aprender. Además, puede desorganizar nuestra manera de pensar y actuar, provocando una motivación negativa que nos lleva a evitar la tarea o incluso bloquea inconscientemente la información que estamos recibiendo.
Existen también modificaciones y tolerancia para manejar la ira. Algunas estrategias útiles incluyen aceptar las diferencias para reducir la frustración y hacer pausas antes de reaccionar. Practicar la respiración profunda calma la mente, y cambiar de perspectiva nos ayuda a ver los problemas desde otro ángulo. Finalmente, balancear la razón con la emoción es clave para controlar los impulsos y tomar decisiones más lógicas.
Por otro lado, existen trastornos comunes relacionados con la ira. Entre ellos encontramos el trastorno explosivo intermitente, el trastorno de estrés postraumático, la depresión mayor y ciertos trastornos de personalidad como el límite y el antisocial. Estos trastornos afectan la manera en que una persona maneja la ira, lo que puede llevar a comportamientos impulsivos y dañinos.
Para controlar la ira, existen diversos tratamientos. Las terapias, como la terapia cognitivo-conductual, ayudan a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos. También se emplean medicamentos, como antidepresivos, y técnicas de relajación y meditación, que son efectivas para reducir el estrés y manejar la ira de forma saludable.
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