La piel que habito. la capacidad que puede tener el ser humano

LA PIEL QUE HÁBITO

     Esta historia se trata de la capacidad que puede tener el ser humano para soportar situaciones adversas y su resistencia efectiva que le permite enfrentar las situaciones imaginables sin que se rompa su voluntad, soportando experiencias traumáticas, manteniéndose con la integridad psicológica suficiente como para continuar manejando las riendas de su propia vida.

El doctor Robert Legard es un excelente médico cirujano, que se interesa en extremo por la creación de una nueva piel resistente a varias condiciones ambientales, con la que hubiese podido salvar a su esposa de las quemaduras que sufrió en un grave accidente en el que presento quemaduras en todo su cuerpo, y posterior a esto ella se suicidara, Robert no encuentra otra manera de recubrir el inmenso vacío que lo que dejó su esposa luego de su partida.

Con el suicidio de Gal, Norma, su hija queda traumatizada e impactada, ya que ella presencio el hecho donde su madre se suicidó, por lo cual es sometida tratamiento psiquiátrico. Después de un periodo de tiempo trascurrido en una fiesta, a la que fueron invitados. Su padre quien fuese el médico cirujano, encuentra a su hija inconsciente luego de que aparentemente fuera violada por Vicente quien horas antes había conocido; al despertar, Norma, muy asustada y confundida reconoce a su padre como el presunto violador. Tras lo ocurrido Norma es internada en un hospital psiquiátrico posterior mente perdiendo su vida.

Robert, lleva a cabo su venganza y secuestra al joven que había abusado de su hija, allí mismo decide hacer experimentos de todo tipo con él, empezando por una cirugía de reasignación de sexo, que además de no ser considerado ético  por la sociedad de médicos, es en contra de la voluntad del chico y sucesivamente otra serie de procedimientos para convertir a Vicente en un prototipo para así llenar el vacío que su esposa dejo, al mismo tiempo usándola para experimentar con terapia celular y así crear la piel perfecta. El castigo, evidentemente, resulta ser más psicológico que físico, pues el hecho de mutilar partes de tu cuerpo que definen tu sexo resulta agobiante.

Marilia, es decir la madre, apoya todos los pensamientos y actitudes de su hijo ella se convierte en su cómplice más fiel, lo ayuda para encargarse del cuidado de Vera. En el tiempo en cautiverio Vera llega a aceptar su situación y a formar una relación de complicidad con su captor aparentemente se enamora del Doctor. Robert, quien le corresponde y la protege de Zeca (hijo de Marilia y medio hermano de Robert), luego de que descubriera a Zeca abusando sexualmente de Vera, esto hizo que el acabase con la vida de su hermano.

Después de tiempo de ser manejado psicológicamente, de introspección, meditación, ser violada por Zeca y después protegida por Robert, Vera llega a aceptar su situación y a formar una relación de complicidad con su captor, en una toma vemos que le ayuda a evitar a la policía , esto se podría ver como un caso de síndrome de Estocolmo.

Luego de lo sucedido, Robert decide convivir normalmente con Vera, pero esta sin olvidado todo lo que pasa, comete la acción de asesinar a Robert y a Marilia, quizá fue la única respuesta para protegerse, vengarse y acabar con el dolor del castigo y sometimiento que tuvo que pasar. Vicente/Vera regresa con su madre y se encuentra con su compañera lesbiana que anteriormente fuera de su atracción pero sin posibilidades algunas por su convicción emocional, es decir por su atracción a su mismo sexo, y ya con su nueva apariencia de chica, será posible que ella preste su atención y pueda corresponder a ella.

Podemos observar en esta historia claramente varios patrones de comportamientos anormales, y como se van desencadenando uno tras otro con cada episodio que es como su detonante para actual de diferentes maneras, es una serie de trastornos y mecanismos de defensa no adaptativos a situaciones extremas. En el mismo sentido es una película de terror psicológico, dónde no sólo se esmeran por una buena trama y suspenso sino de las actitudes y personalidades de los que allí actúan, dónde sus miradas no son siempre el reflejo de sus almas.

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