La pregunta sobre el origen de la мнемонического el contenido de las rabietas
Enviado por vaxiarve • 26 de Diciembre de 2012 • Trabajo • 1.409 Palabras (6 Páginas) • 425 Visitas
3) El recuerdo que forma el contenido del ataque histérico es un recuerdo inconsciente o,
expresado con mayor propiedad, pertenece al estado segundo de consciencia que toda
histeria presenta en forma más o menos altamente organizada. Por tanto, dicho recuerdo
falta totalmente en la memoria del paciente cuando éste se halla en su estado normal, o
bien sólo aparece de manera sumaria. Si logramos atraer tal recuerdo totalmente a la
consciencia normal, cesa su capacidad de producir ataques. En el curso del ataque mismo
el paciente se encuentra total o parcialmente sumido en el estado segundo de consciencia.
En el primer caso, todo el ataque queda cubierto por la amnesia durante la vida normal; en
el segundo caso, el paciente se percata del cambio de su estado y de sus manifestaciones
motrices, pero el proceso psíquico operado durante el ataque le queda oculto. Con todo,
éste siempre puede ser evocado por la hipnosis.
4) El problema del origen del contenido mnemónico de un ataque histérico coincide con el
de las condiciones que determinan si una vivencia particular (una representación, una
intención, etc.) ha de ser incorporada a la segunda consciencia, en lugar de ingresar a la
consciencia normal. De estas condiciones determinantes hemos hallado dos con certeza en
los casos de histeria. Si el histérico quiere olvidar intencionalmente una vivencia o si trata
de repudiar, inhibir y suprimir violentamente una intención, una representación, estos
actos psíquicos ingresan consiguientemente en el estado segundo de consciencia, desde
éste producen sus efectos permanentes y el recuerdo de los mismos retornan como ataque
histérico. (Histeria de las monjas, de las mujeres abstinentes, de los niños bien educados,
de las personas con inclinación al arte, al teatro, etc.) Ingresan asimismo al estado segundo
de consciencia todas aquellas impresiones que han sido recibidas en el curso de estados
psíquicos extraordinarios (conmociones afectivas, estados de éxtasis, autohipnosis). Cabe
agregar que estas dos condiciones determinantes a menudo se combinan entre sí por
vínculos internos y qué, además de ellas, pueden existir aún otras.
5) El sistema nervioso tiene la tendencia de mantener constante, en sus condiciones
funcionales, algo que cabe denominar «suma de excitación». Procura mantener esta
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precondición de la salud, resolviendo asociativamente todo incremento sensorial de la
excitación o descargándolo por medio de una reacción motriz apropiada. Si partimos de
este teorema -qué, por otro lado, es de mucho más amplio alcance- se comprueba que las
experiencias psíquicas que forman el contenido de los ataques histéricos poseen una
característica en común. Todas ellas son, en efecto, impresiones que han quedado privadas
de una descarga adecuada, ya sea porque los pacientes rehusaron resolverlos por miedo a
conflictos psíquicos dolorosos, ya sea porque (como en el caso de las impresiones sexuales)
se lo impidieron el pudor o las circunstancias sociales o, finalmente, porque sufrieron esas
impresiones en el curso de estados en los cuales el sistema nervioso era incapaz de
enfrentar su resolución. Alcanzase por este camino, además, una definición del trauma
psíquico que ha de ser provechosa para la teoría de la histeria: toda impresión que el
sistema nervioso tiene dificultad en resolver por medio del pensamiento asociativo o de la
reacción motriz se convierte en un trauma psíquico.
NOTA «111». 1892 [1941]
En lo que antecede hubimos de aceptar, como un hecho de observación que los recuerdos
subyacentes a los fenómenos histéricos no se encuentran en la memoria accesible al
paciente, mientras que pueden ser evocados con alucinatoria vivacidad en el estado de
hipnosis. También hemos señalado que una serie de tales recuerdos se refieren a sucesos
ocurridos en condiciones particulares, como la cataplexia provocada por sustos, estados
crepusculares, la autohipnosis y otros semejantes, cuyos contenidos se sustraen a la
vinculación asociativa con la consciencia normal. Por tanto, hasta ahora nos fue imposible
considerar las condiciones patógenas de los fenómenos histéricos sin apoyarnos en cierta
hipótesis, tendiente a caracterizar la disposición histérica, una hipótesis según la cual la
histeria implica una propensión a la disociación temporaria del contenido de la
consciencia y a la separación de complejos ideacionales particulares, que no se hallan
asociativamente conectados. Así, buscamos la esencia de la disposición histérica en la
circunstancia de que tales estados surgen en ella espontáneamente (por causas internas), o
bien son fácilmente provocados por influencias exteriores, siendo complementariamente
variable la participación relativa de cada factor.
A dichos estados los hemos calificado de hipnoideos y señalamos como su característica
esencial que sus contenidos se hallan más o menos aislados del restante contenido de la
consciencia,
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