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Las 33 Estrategias De La Guerra


Enviado por   •  28 de Octubre de 2012  •  657 Palabras (3 Páginas)  •  703 Visitas

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Las 33 estrategias de la guerra

Nos educan y preparan para la paz, y no se nos prepara en absoluto para lo que enfrentamos en el mundo real: la guerra.

En la política, los negocios e incluso las artes encaramos adversarios que harán casi cualquier cosa para tener ventaja.

En la superficie todo parece bastante pacífico, pero justo bajo ella cada quien ve únicamente por sí mismo.

Ser más racionales y estratégicos en lo tocante al conflicto, canalizando nuestros impulsos agresivos en vez de negarlos o reprimirlos.

Si hay una idea que perseguir, debería ser el del gerrer@ estratégic@, el hombre o la mujer que maneja situaciones y personas difíciles con maniobras hábiles e inteligentes.

L@s guerrer@s estratégic@s piensan anticipadamente sus metas de largo plazo, deciden qué batallas eludir y cuáles son inevitables, saben como controlar y canalizar sus emociones.

Cuando se ven obligad@s a pelear, lo hacen en forma indirecta y con maniobras sutiles, de modo que sus manipulaciones son difíciles de rastrear.

La palabra “estrategia” procede de la antigua palabra griega strategos, que significa literalmente “el jefe del ejército”.

El arte de la guerra a ojos de Sun-tzu es el ideal de vencer sin derramar sangre. Explotando las debilidades psicológicas del adversario, manipulándolo para que adopte posiciones precarias, induciendo sentimientos de frustración y confusión.

Un estratega puede lograr que la otra parte se desplome mentalmente antes de rendirse físicamente.

El ideal estratégico en la guerra –ser sumamente racional y guardar el equilibrio emocional, pugnar por vencer con un mínimo de derramamiento de sangre y pérdida de recursos- tiene una aplicación y relevancia infinitas en nuestras batallas diarias.

Guerra y estrategia poseen una lógica inexorable: si quieres o deseas algo, tienes que estar dispuesto y en condiciones de luchar por ello.

La falta de interés de una mujer en la estrategia y la guerra no es biológica sino social, y quizá también política.

El exceso de confianza, particularmente como resultado del éxito, te obligará a ir demasiado lejos.

El brillo de la guerra es que ninguna medida de elocuencia o palabrería puede disculpar un fracaso en el campo de batalla.

Pugna por aplicar esta implacable norma en tu vida diaria, juzgando a la gente por los resultados de sus actos.

La culpa de tus fracasos la tienen tus malas estrategias, no las trampas del contrincante.

Eres responsable de lo bueno y malo en tu vida.

La verdadera estrategia es psicológica; cuestión de inteligencia, no de fuerza material.

Dice Sun-tzu, “nuestra invencibilidad depende de nosotros”.

Usando la sabiduría de Atenea, tu meta es volver la violencia y agresión de esos sujetos contra ellos mismos,

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