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Linchamientos


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2014  •  3.913 Palabras (16 Páginas)  •  612 Visitas

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Introducción

Linchamientos en el 2014, casi podría pensarse como un hecho perimido y recortado del tiempo pasado. Un hecho primitivo, de masas, que en el marco de la desazón y los cambios culturales, el miedo, la desorientación social, el discurso político, el cansancio popular y la inseguridad, acompañada por incidentes de corrupción repetitivos, parecen ser algunas de las premisas que acompañan este sorpresivo comportamiento social.

Actitudes, actos de agresión pública de hombres contra hombres, causados ya no sólo por el deseo de tener lo de otro, sino por la acción de un hombre que en la vía pública decide tomar por la fuerza lo que es de otros y es castigado por otros hombres, grupos, masas. Hecho que, como comportamiento social, puede relacionarse con el concepto que en el S. XVII - XVIII, el filósofo Thomas Hobbes (1588-1679), IUs Naturalista o Filósofo del Derecho Natural, contractualista, usa en la metáfora del contrato social para legitimar el surgimiento del Estado Moderno, como un acuerdo de voluntades. Un Pacto de Unión. Ese Estado es lo que él denomina Leviatán. De ese modo, Hobbes concibe al Estado como la suma de hombres, la suma de individuos. El Leviatán es un producto del Pacto que realizan los hombres para no llegar al estado de guerra de unos contra otros. Hobbes concibe un Estado con la función de ejercer “violencia física” sobre aquel que violente el Pacto. Este Pacto que domina todo, no es un acto social, sino que es un Pacto de unión, no surge con fines sociales. El Estado surge con fines individuales para que los hombres no choquen entre sí ¿Es el Estado el que debe velar por la seguridad de los hombres?

¿Es el linchamiento generado por un espacio vacío que dejaría el Estado Nacional? Casi como consideraba Hobbes, el hombre llega a este Pacto por renuncia al propio derecho de defensa. O sea, ¿yo hombre, cedo mi derecho de defensa a otro para que me defienda? En el caso de Hobbes se lo cedían a un rey que limitaba al individuo sin ejercer la violencia física, que sí era ejercida el Leviatán. Hobbes afirmó que el poder político estaba por encima de todo y la finalidad del mismo era la protección de los derechos, de la propiedad privada y de la multitud. Premisas que invitan a considerar. ¿Cuál es el rol del Estado actual?

Ya en 1930, Sigmund Freud plantea en el Malestar en la Cultura, que la insatisfacción del hombre por la cultura se debe a que ésta controla sus impulsos eróticos y agresivos, especialmente estos últimos, ya que el hombre tiene una agresividad innata que puede desintegrar la sociedad. La cultura controlará esta agresividad, internalizándola bajo la forma de Superyó y dirigiéndola contra el Yo, el que entonces puede tornarse masoquista o autodestructivo.

Considerando la mirada Freudiana, los hombres que linchan, reorientan sus fines instintivos de forma tal de poder eludir las frustraciones del mundo exterior, entendida como ser robado, violentado en su ser?

Tres son las fuentes del sufrimiento humano: el poder de la naturaleza, la caducidad de nuestro cuerpo, y nuestra insuficiencia para regular nuestras relaciones sociales. Las dos primeras son inevitables, pero no entendemos la tercera: no entendemos por qué la sociedad no nos procura satisfacción o bienestar, lo cual genera una hostilidad hacia lo cultural y hoy hacia un otro, igual. ¿Será, la mirada del linchado?

Si consideramos a la Cultura como la suma de producciones que nos diferencian de los animales, ésta sirve a dos fines, por un lado proteger al hombre de la naturaleza y por otro, regular sus mutuas relaciones sociales. Para esto último, el hombre, debió pasar del poderío de una sola voluntad tirana al poder de todos, al poder de la comunidad, es decir, que todos debieron sacrificar algo de sus instintos: la cultura los restringió.

Si se analiza el hecho de “linchar”, a la mirada de Freud, se trataría de la imposibilidad tal como la comprendió el hombre primitivo, que para sobrevivir debía organizarse con otros seres humanos. En Totem y Tabú ya se había visto cómo de la familia primitiva se pasó a la alianza fraternal, donde las restricciones mutuas (tabú) permitieron la instauración del nuevo orden social, más poderoso que el individuo aislado. En la necesidad de organizarse para sobrevivir, surge un conflicto entre el amor y la cultura: ¿el amor se opone a los intereses de la cultura, y ésta lo amenaza con restricciones?

En Más allá del principio del placer habían quedado postulados dos instintos: de vida (Eros), y de agresión o muerte (Thanatos). Ambos no se encuentran aislados y pueden complementarse, como por ejemplo cuando la agresión dirigida hacia afuera salva al sujeto de la autoagresión, o sea preserva su vida.

La libido es la energía del Eros, pero más que ésta, es la tendencia agresiva el mayor obstáculo que se opone a la cultura. Las agresiones mutuas entre los seres humanos hacen peligrar la misma sociedad, y ésta no se mantiene unida solamente por necesidades de supervivencia.

Son los linchamientos, actos por los que la sociedad canaliza la agresividad dirigiéndola contra el propio sujeto y generando en él un Superyó, una conciencia moral, que a su vez se convierte en fuente del sentimiento de culpabilidad y necesidad de castigo. El acto de linchar está vacío del sentimiento de culpabilidad, del miedo a la autoridad, del miedo al Superyó.

¿Es el olvido del remordimiento por haber matado al protopadre de la horda primitiva? ¿Es la pérdida de la conciencia moral? ¿Es la necesidad de castigo? ¿Es una vuelta del masoquismo sobre el Yo bajo la influencia del Superyó sádico?

Freud concluye que la génesis de los sentimientos de culpabilidad están en las tendencias agresivas. Al impedir la satisfacción erótica, volvemos la agresión hacia esa persona que prohíbe, y esta agresión es canalizada hacia el Superyó, de donde emanan los sentimientos de culpabilidad. ¿Se perdió, en un sector de la sociedad el Superyó cultural que establece rígidos ideales?

El destino de la especie humana depende de hasta qué punto la cultura podrá hacer frente a la agresividad humana. Y hoy en el 2014, el regreso de lo primitivo, habita, atraviesa, se instala en la sociedad y es el Estado el responsable de ordenarlo. ¿Es la necesidad de recuperar la ley y el Nombre del Padre, el camino para el respeto por el otro, aunque ese otro se aleje de mí en su comportamiento social?

Antecedentes

A pesar de que los linchamientos son más frecuentes actualmente en Latinoamérica, se iniciaron en Norteamérica con ese nombre. No obstante, los orígenes podrían remontarse mucho más atrás en la historia del hombre.

En la Edad Media: Desde la Edad Media, en nombre de Dios, se perseguía a herejes y a mujeres acusadas de brujas, las cuales

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