Los Cuatro Acuerdos (Ensayo)

Los seres humanos somos luz que percibe luz. Al ser de esta manera el humo que nos rodea impide que podamos ver la verdad o la verdadera identidad de las personas y de nuestro propio reflejo. El libro me hizo reflexionar acerca de mi percepción de las demás personas, que no debo juzgar con la primer impresión, si no tratar de ver más allá del humo que rodea nuestros sentidos.

Estamos en un constante sueño, incluso al estar despierto soñamos dentro del marco lineal de realidad en el que estamos, al soñar el marco es más variable y tiende a cambiar constantemente. La suma de los sueños individuales constituye el sueño de una familia y el de esta el de un barrio y así sucesivamente. En base a esto me di cuenta de cómo el juicio y las creencias de nuestro entorno influye directamente en nuestro comportamiento y en nuestra percepción de lo bueno y lo malo, y aunque para nosotros no lo sea, sentimos remordimiento porque le hemos faltado el respeto al Libro de la ley que gobierna nuestra mente puesto que este no es cuestionable y basamos todos nuestros juicios en él. Esta ley dirige nuestro sueño y nuestro juez interior se rige en base a esta ley. Por lo tanto, esto nos hace ser dependientes de lo que hemos aprendido de nuestro entorno y muchas veces no podemos ser felices porque esos juicios no lo permiten y nos produce miedo y al mismo tiempo un veneno emocional, el 95% de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente son mentiras y sufrimos porque creemos en todas esas mentiras.

Los cuatro acuerdos

Dr. Miguel Ruiz

El Dr. Miguel Ruiz es un descendiente de un linaje Tolteca “Los Guerreros del Águila” cuya sabiduría ha perdurado a pesar de la conquista europea gracias a que se mantuvo en secreto y se compartió por generaciones hasta llegar al autor de la obra quien comparte toda esta sabiduría para ayudarnos a librarnos de esas creencias heredadas que nos limitan y subsistirlas por otras que corresponden a nuestra realidad interior y nos conducen a la libertad.

El primer acuerdo que trata el autor es “Se impecable con tus palabras”.Ser impecable con las palabras implica no utilizarlas en contra de uno mismo, es utilizar nuestra energía en la dirección de la verdad y del amor por uno mismo, sabiendo que el otro también soy yo. Al ser impecables con nuestras palabras podremos ser libres, felices y trascender el nivel de existencia del Infierno. Podremos vivir en el Cielo en medio de miles de personas que viven en el Infierno porque seremos inmunes a ese Infierno.

El segundo acuerdo del que nos habla el autor es “No te tomes nada personalmente”. La importancia personal, esto es, tomarse todo personalmente, es la expresión máxima del egoísmo pues implica la creencia de que todo gira a nuestro alrededor. Tomarnos personalmente algo que otros nos dice implica tomarnos su veneno, su magia negra y de esa manera nos convertimos en presa de esa opinión. Si evitamos tomarnos personalmente las opiniones ajenas nos hacemos inmunes a ese veneno.

El tercer acuerdo se titula “No hagas suposiciones”. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo, nos lo tomamos personalmente y creemos que esas suposiciones son ciertas. A partir de nuestras suposiciones empezamos a hacer comentarios a otros, a chismorrear. De esa manera nos mandamos veneno de unos a otros. Para evitar las suposiciones debemos preguntar, estar seguros de que las cosas nos quedan claras. La buena y clara comunicación hacen que las relaciones mejoren.

El último acuerdo que el autor explica en el libro es “Haz siempre tu

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