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Los Duelos Del Adolescencia: Entre La Infancia Y La Adultez.


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2012  •  2.807 Palabras (12 Páginas)  •  871 Visitas

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Ser adolescente hoy es transitar por un mundo en el que los valores cambian a mucha velocidad. Vivir esta etapa exige, además, aceptar otros cambios, entre ellos, el rol, el cuerpo y la identidad infantil, así como la relación con los padres. Estos profundos cambios inquietan y obligan a desprendimientos importantes y a la búsqueda de una identidad y de un lugar en el mundo.

La construcción de la identidad adolescente se caracteriza por profundos cambios biológicos, emocionales y afectivos, que provocan grandes transformaciones a nivel social. Es una etapa en la que los adolescentes buscan modelos de identificación, alguien a quien parecerse, a quien imitar ( por ejemplo algún artista que consideran como una especie de ídolo),para llegar a tener una identidad.

En esta etapa, a mitad de camino entre la infancia y la adultez, va cambiando la relación con los padres, al mismo tiempo que la relación con su grupo de pares ( su vestimenta, sus conductas y su lenguaje propio), adquiere una enorme importancia.

Los amigos son una parte fundamental en la vida del adolescente; sus pares representan una referencia importante en la construcción de su identidad; con ellos pueden hablar de lo que les pasa, compartir sus angustias, enfrentar lo nuevo y lo desconocido ( cambios físicos y emocionales). En su relación con ellos, los ve como sus iguales, comparten problemas muy similares, intereses y valores. Es la etapa de los noviazgos y las grandes amistades.

En este proceso se pasa de la convivencia familiar ( marcada por un fuerte vínculo de dependencia con los padres), a la convivencia con los amigos; de un mundo más pequeño y confiable a otro desconocido y peligroso. Este proceso es también entendido como una etapa de abandono de la protección familiar; la búsqueda de la independencia, entonces, para convivir con mayor confianza, hay que establecer nuevos acuerdos ( normas o reglas) que ayuden a reducir las diferencias. y en esa construcción de nuevos espacios para que la vida en común sea posible son necesarias tres actitudes: la tolerancia, la solidaridad y el respeto.

Es una etapa en la que las ideas se vuelven extrañas y los modelos paternos se vuelven insuficientes. La relación con los padres a cambiado definitivamente, muchos adolescentes piensan que están llenos de defectos y, por supuesto, no los entienden.

Aberasturi, los tres duelos del adolescente

Aberasturi plantea tres duelos fundamentales que el adolescente debe realizar:

* El duelo por el cuerpo infantil perdido es el primero que enuncia Arminda Aberasturi, este duelo tiene que ver con la imposición que viene desde lo biológico para el sujeto. Esta imposición hace sentir al individuo incapaz de tramitar con su nuevo cuerpo; esta nueva realidad que tiene que ser formalizada lo hace experimentar un sentimiento de impotencia. La contradicción que se da en él, teniendo una mente aun infantil y un cuerpo cercano al de un adulto hacen, hace que pueda experimentar un ”verdadero fenómeno de despersonalización”.

Esta despersonalización se da en los primeros momentos del cambio corporal adolescente y puede ser tramitada desde la sustitución de objetos reales por símbolos verbales, es decir, el sujeto debe abandonar objetos reales como la medre de la infancia y lo que este representa, y a su vez reemplazarlos con el conjunto de símbolos que adquiere en la adolescencia, su ideología, aficiones, gustos y formas sociales con las que se compromete totalmente le ayudan a pasar por esta perdida y elaborar su correspondiente duelo.

El niño ya se encontraba familiarizado con su cuerpo, con los alcances y limitaciones de este, con el cómo actuar, y lo poco o nada le importaba la apariencia física que poseía no solo en este cuerpo sino con la ropa que usaba y accesorios que utilizaba con esta, ahora para el adolescente toda esta situación cambia, la ropa y los accesorios que utiliza lo identifican con determinado estilo, igualmente con estos intenta proyectar parte de su personalidad y lo distinguen como parte de un grupo en especifico; de esta manera el adolescente termina por aceptar su nuevo cuerpo como vehículo de expresión de su identidad, sin embargo, cabe anotar, que la inconformidad con respecto a este siempre estará presente.

Esta incomodidad se puede explicar por dos vías; la primera de estas es que el transcurso de adaptarse a este nuevo cuerpo no es rápido, ni se da de un momento a otro, es un proceso que se da paulatinamente y que tiene como final el cuerpo adulto, el cual es aceptado como tal cuando la persona finaliza su adolescencia y comienza su adultez. La segunda característica que origina esta incomodidad vendrá de la sociedad y sus estándares de “belleza” determinados, la imagen que proyectan los medios de comunicación y en general la sociedad, es una imagen en la mayoría de los casos, de cuerpos perfectos e inalcanzables para gran parte de los sujetos, de esta manera la presión social hace que el sujeto este en constante inconformidad con su cuerpo y en búsqueda de un estado casi inalcanzable.

Solo cuando el sujeto ha podido aceptar su cuerpo tal y como es, con sus posibilidades y limitaciones es que podrá entrar a modificarlo según lo considere necesario, pero teniendo en cuenta sus propios parámetros y no los impuestos desde afuera. “Solo llega esta conformidad mediante un largo proceso de duelo, a través del cual no solo renuncia a su cuerpo de niño sino que abandona la fantasía omnipotente de bisexualidad, base de la actividad masturbadora. Entonces si puede aceptar que para concebir a un hijo necesita la unión con el otro sexo, y por lo tanto debe renunciar el hombre a las fantasías de procreación dentro de su propio cuerpo y la mujer a la omnipotencia maternal. En una palabra, la única forma de aceptar el propio cuerpo” y es en esta forma en la cual el sujeto podrá acomodarse a su nuevo cuerpo, partiendo de las renuncias que realiza (como la renuncia a la fantasía de bisexualidad) y asumiendo su papel y posibilidad desde su cuerpo.

* El segundo duelo es el denominado por la identidad y el rol infantil, de esta manera el adolescente tendrá que vérselas con una realidad que le impone nuevas funciones y responsabilidades y a su vez que le concede menos indulgencia ante sus errores y reconocimiento a sus logros que en su etapa infantil.

De esta manera se encuentra ante una encrucijada, ya que no se le brinda ni permite la dependencia de la cual gozaba el niño, pero tampoco se le brinda la libertad que posee un adulto, de esta manera el camino que busca el adolescente es delegar sus responsabilidades, tanto al grupo social al que pertenece como a los padres que aun posee, recurre a esto “quedando su propia personalidad fuera de todo proceso de

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