Los Niños De La Calle

¿De quién es el problema?

Niños de la calle

Los niños de la calle. Me parece que no hay persona que no haya tenido la oportunidad de ver a un pequeñito en la calle, ya sea pidiendo limosna, vendiendo chucherías, de traga fuego, malabarista o simplemente acompañando a un adulto. A estos niños los podemos encontrar, en las esquinas de las calles, debajo de los puentes, en las glorietas, afuera de las tiendas y poco a poco en más lugares, es asombroso como con el paso de los días ellos van en aumento, un aumento sorprendente. Estos niños son el resultado de la acción humana, de la situación social, económica, política y cultural de nuestra sociedad. De una reciente inmigración rural-urbana que vive en pobreza extrema que vive en pobreza extrema y subsistiendo dentro de la economía informal. Estos menores sobreviven en las calles en condiciones riesgosas, realizan actividades económicamente marginales y con frecuencia consumen algún tipo de droga, principalmente inhalables que perjudican su salud física y mental. Pero estos niños ¿qué parte de la sociedad son? ¿Porque no tienen las mismas oportunidades? ¿Quiénes serán en un futuro? Creo que estas preguntas son claves para la solución de muchos problemas actuales de la sociedad, que para nada relacionan con el problema mencionado, se ve la problemática pero no se piensa que una de las mejores opciones de combatirlos son adentrándonos en las vidas y reconociendo porque se llego a tal grado, con esto me refiero a todos esos individuos que la gente llama paracitos, personas tiradas en las esquinas, a los ladrones, prostitutas y asesinos.

Pero ¿cuánto tiempo vamos a esperar a que alguien resuelva este problema?, ¿cuando alguien va a notar la importancia de los niños en la sociedad?, y sobre todo ¿Quién lo va a hacer? ¿A quién le corresponde?

El presente trabajo es una aproximación de las condiciones de vida de los niños callejeros, y a la visión que tienen ellos mismos de su realidad así como las personas de sus alrededores, tomando en cuenta las opiniones de la sociedad referentes a este fenómeno que ya había mencionado va en creciente día con día.

No enfocamos principalmente a los motivos por los cuales el menor sale o esta fuera de su casa y las dificultades que tienen estos niños por estudiar ya que su situación de extrema pobreza lo impide. Además el trabajo también es una barrera ya que el dinero que aportan muchas veces es indispensable.

La función de este trabajo es concientizar a la sociedad de que este fenómeno es real y que no solo repercute a los directamente afectados que en este caso serian los niños que se encuentran en esta situación si no también a la sociedad en general. Buscar y generar una alternativa buscar un mejor presente para estos niños y así una calidad de vida a las futuras generaciones que engendraran los actuales niños.

En México hay grupos sociales marginados que se caracterizan por vivir en condiciones deplorables, sin respeto a los derechos humanos y faltos de defensa y protección. Entre estos grupos se encuentran los “niños callejeros” que al no contar con los satisfactores mínimos necesarios para sobrevivir, se ven obligados a ocuparse constantemente en procurarse lo mínimo necesario. La búsqueda de satisfactores se origina antes de que ellos comiencen a trabajar y a “vivir” en la calle, debido a las condiciones de marginación en las que viven miles de familias en nuestro país; el desempleo y el poco o nulo acceso a la educación y a otros servicios básicos, son algunas de las carencias que dificultan la integración de millones de personas en nuestra sociedad (Fideicomiso para los programas a favor de los niños de la calle, 1992). Según datos del Centro Mexicano para los Derechos de la Infancia (CEMEDIN), en 1992 había aproximadamente doce millones de menores entre los 6 y los 7 años de edad que vivían en la pobreza y en la pobreza extrema, de los cuales la mayoría, seguramente, no estaban dentro del sistema educativo o no lo estarían en los próximos años; menores con diversos grados de desintegración familiar, obligados a insertarse en el mundo del trabajo formal e informal. De acuerdo con el censo de la ciudad de México que hizo la Comisión para el Estudio de los Niños Callejeros (COESNICA) en 1992, se registraron 11 mil 172 niños y niñas que trabajaban o vivían en la calle. De este total, 9.2% vivía completamente en la calle, y 90.8% sólo desarrollaba allí su actividad económica. Las principales actividades económicas a las que se dedicaban eran las siguientes: vender productos en las avenidas o en los puestos, trabajar como payasitos en los cruceros, pedir dinero, limpiar parabrisas, vender periódicos o billetes de lotería, bolear zapatos, acarrear agua y trabajar como repartidores. Para 1995, el número aumentó en 20%, registrándose 13373 niños y niñas viviendo o trabajando en las calles de la ciudad de México. De éstos, 71.85% sólo trabajaba en la calle o en espacios cerrados,

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