Los estudiantes deben tener un propósito

* (POSTIC, Marcel).

Yo como docente, tengo la obligación de darles a mis alumnos los diferentes medios para que sean capaces de manejar su propia vida frente al grupo, que tengan toda la oportunidad y la confianza de negociar conmigo todos aquellos contratos que rigen el proceso de enseñar- aprender que nos rigen a los dos. Tengo la obligación de darles la oportunidad de ser, de comunicar, de elegir, de actuar, de confrontarse entre ellos y con el mismo. Aunque dentro del aula yo tengo todo el poder tengo qe tomar conciencia de todos estos puntos para crear una dinámica de la acción educativa.

“Nunca debo negarme a mis funciones.

Decidí ser maestro y ahora me aguanto o me aguanto”.

Debo de proponer un entorno donde se coopere para buscar y poner los medios necesarios para alcanzar todos los objetivos, el principal el potencializar el aprendizaje de mis alumnos. Además para logar esto, debe existir un excelente dialogo entre yo como docente y mis alumnos. Esto lo lograre primeramente concentrándome en ellos, debo dejarlos ser, debo postrarme frente a ellos con toda la confianza del mundo, enseñarles el camino, dejarlos elegir aunque yo sepa que se encuentra sumergidos en un error y después se lo debo de hacer saber. Tengo que confrontar mis opiniones, descubrir la verdad de mis juicios.

Es mi obligación inculcar en el alumno las ganas de perseguir un objetivo, algo que les dé un status social. Debo saber motivarlos para propiciar en ellos el aprendizaje. Nunca debo limitarme a sancionar las cosas malas de mis alumnos, tengo que tener mente abierta y ser consiente que ellos apenas empiezan su andar en el camino que yo ya recorrí.

Aunque yo tengo el poder dentro del aula de disponer de los alumnos y del grupo para llevarlos dentro de un entorno de interacción, de hacerlos actuar en el sentido de mis preferencias y mis intereses, nunca debo abusar de el por qué la negociación que existe entre yo y mis alumnos fracasaría totalmente, ellos no tendrían la intención de participar, la voluntad y el rendimiento que se requiere.

Los alumnos buscan en su maestro un ser experto, que conozca su oficio, que sepa animar al grupo, que lo haga progresar; alguien que los comprenda, que los ame y que los entusiasme. Y aunque a veces, a pesar de su corta edad, el alumno sabe algunas cosas que yo no sé, debo ser otra vez de mente abierta, por que la confrontación de aportaciones (lo que yo sé y lo que ellos saben), ofrece al alumno principalmente la posibilidad de ejercer su juicio crítico y confrontar el saber de su profesor y de esa forma su poder.

El saber es el punto de encuentro del enseñante (docente) y los alumnos en la búsqueda del sentido que se le tiene que dar al conocimiento y a la acción. Influido por el dialogo, que sirve para nutrir las necesidades del alumno, y que tiene como objeto el conocimiento

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