MENTE DE EXPERTO Y MENTE DE PRINCIPIANTE
Enviado por angel1005 • 11 de Febrero de 2012 • 809 Palabras (4 Páginas) • 1.461 Visitas
MENTE DE EXPERTO Y MENTE DE PRINCIPIANTE
Liderazgo
Cuando nacimos e iniciamos el camino de la vida, nuestra actitud ante la misma era de principiante. Nos abismábamos con el sol, las estrellas, el mar, la naturaleza, las palabras, la sabiduría de papa y mama, y las maquinas que iban apareciendo a nuestra vista. Constantemente tratábamos de conocer el mundo por nosotros mismos; queríamos entender cualquier objeto que caía en nuestras manos, Y una vez lo entendíamos a nuestra manera, es decir con mente de principiante, en no pocas ocasiones desarrollábamos nuestra inventiva y aparecían juguetes imitando los conocidos o elaborábamos nuestras propias creaciones dándole otras funciones diferentes. Un pedazo de palo hizo de carro o de pistola y nos prestó sus servicios como tal durante un buen rato de juego, y una muñeca encarno muchos seres de carne y hueso para recibir la proyección de nuestros sentimientos y pensamientos. Nuestra creatividad estaba libre y dispuesta a incursionar en la vida que se nos presentaba sin ningún temor.
Sin embargo, poco a poco, prácticamente sin darnos cuenta, nuestra mente se fue cerrando y empezamos a abandonar esa actitud, no obstante lo cómoda que es. Empezamos a adquirir una “Mente de Experto”, que definía, limitaba y prohibía, y la actuación del niño que orquestado por sus propios sonidos recorría grandes distancias conduciendo su vehículo hipotético, empezó a merecernos risas, y hasta un poco de compasión con quien de esa manera era víctima de un autoengaño.
Cuando alguien inicia una nueva actividad (Empleo, estudio, deporte, programa de formación…) o enfrenta un cambio de vida (noviazgo, matrimonio, nueva vivienda, traslado…) sino mantiene la actitud de principiante, pronto llegara a sentir que cae en la monotonía y que ello no le aporta nada nuevo. Fácilmente tendera a suspender lo que inicio con tanto entusiasmo y múltiples expectativas para cambiarlo por una sensación de inestabilidad y fracaso.
Si un no cristiano, lee el padre nuestro por primera vez y lo hace con mente de principiante, podrá percibir la inmensidad del mensaje y llenarse de un gozo especial. Si luego lo repite diariamente sin la misma actitud, le irá perdiendo el sentido. Terminara por volverse “Experto” en el Padre nuestro y ya nada le dirá la oración.
Cuantas veces escuchamos a un expositor con mente de principiante y luego, cuando recibimos copia escrita de su disertación, nos negamos a leerlo por considerarnos “Expertos” en su pensamiento. De esa manera nos privamos posiblemente de conocer nuevas facetas que fácilmente pudieron escaparse a la primera experiencia.
Todos estamos familiarizados con la frase de Sócrates: “Solo sé que Nada se”. La primera vez la escuchamos con mente de principiantes y no solo nos impresiono sino que captamos el mensaje.
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