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MOTIVACIÓN, MOTIVO, IMPULSO Y CONDUCTA


Enviado por   •  8 de Agosto de 2017  •  Informe  •  2.877 Palabras (12 Páginas)  •  414 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Instituto Universitario de Tecnología “Antonio José de Sucre”

Barinas estado- Barinas

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Alumnos:

Alvarado, Raybeth. C.I: 26.821.002

Fajardo, Yuosmar. C.I: 27.165.581

Montaña, Crismar. C.I: 27.358.335

Vargas, David. C.I: 32.336.544

Junio, 2017.

INTRODUCCIÓN

      Los procesos psicológicos constituyen elementos fundamentales en el estudio de la psicología. Son los procesos que permiten a la persona tomar conciencia de sí misma y de su entorno, se encuentran en el origen de cualquier manifestación conductual y hacen posible el ajuste del comportamiento a las condiciones y demandas ambientales. Los procesos mentales o cognitivos son muy complejos e interactivos. No existen puntos específicos en los que se pueda decir que uno concluye y otro inicia. Sin embargo, con fines didácticos es posible agruparlos en 4 áreas diferentes en base al proceso que realizan sobre la información que las personas reciben del medio ambiente. Los procesos relacionados a la captura de información (sensación, percepción y atención) reciben la información del medio y la ponen a disposición de los otros procesos. Los procesos relacionados a la reacción (emoción y motivación) toman la información y llevan a las personas a tomar acciones.


MOTIVACIÓN, MOTIVO, IMPULSO Y CONDUCTA

     Motivación: motivación son los estímulos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. Este término está relacionado con el de voluntad y el del interés. Las distintas escuelas de psicología tienen diversas teorías sobre cómo se origina la motivación y su efecto en la conducta observable. Motivación, en pocas palabras, es la Voluntad para hacer un esfuerzo, por alcanzar las metas de la organización, condicionado por la capacidad del esfuerzo para satisfacer alguna necesidad personal.

     "Es el impulso que inicia, guía y mantiene el comportamiento, hasta alcanzar la meta u objetivo deseado".

     Motivo: Implica un hecho psicológico que nos mueve a obrar, capacidad que poseemos todos los seres animales, para satisfacer nuestras necesidades físicas, y en el caso de las personas, también las intelectuales. En algunas oportunidades, los motivos, llevan al individuo a abstenerse de obrar, como por ejemplo, motivado por el miedo, alguien no viaja en avión. Este impulso a obrar o a no hacerlo, explica el por qué se han producido las conductas o abstenciones, y constituyen la intención del acto, el aspecto interno que se materializa en el obrar (o en el omitir en su caso). Cuando alguien no encuentra motivos para actuar se dice que se halla desmotivado.

     Existen motivos primarios, elementales o básicos tendientes a la conservación de la vida y la salud. Así por ejemplo, el animal caza para conseguir el alimento, o el hombre construye su casa para resguardarse de las inclemencias del tiempo. En el hombre hay otros motivos superiores, dados por su intelectualidad y por su carácter de individuo social que lo impulsa a superarse moral e intelectualmente para ocupar un rol dentro de la estructura social. Así el niño va a la escuela para aprender, y luego conseguir trabajo o acceder a estudios superiores. Hay motivos reales y otros aparentes, disimulados en el obrar, que muchas veces hay que descubrir.

     Impulso: Un impulso es la tendencia que mayormente los seres humanos experimentamos aunque sea una vez en la vida y que implica el actuar movido por alguna emoción sin que haya mediado una deliberación previa de la razón. Esta tendencia a "actuar sin pensar" está movilizada por el aspirar a algún tipo de contacto con otra persona que puede ser físico o bien emocional. En tanto, a aquellas personas que suelen observar en su conducta una reiterada tendencia a actuar valiéndose únicamente por los impulsos, se las denomina impulsivas.

     Se conoce también como impulso al deseo o emoción que lleva a realizar algo de manera intempestiva y sin reflexión: “No sabía lo que hacía; fue sólo un impulso”, “Perdón, me deje llevar por el impulso”, “Tomé su mano y la besé: fue un impulso pero valió la pena”, “A veces hay que escuchar al corazón y actuar por impulso: es la única forma de ser feliz”.

     Conducta: está relacionada a la modalidad que tiene una persona para comportarse en diversos ámbitos de su vida. Esto quiere decir que el término puede emplearse como sinónimo de comportamiento, ya que se refiere a las acciones que desarrolla un sujeto frente a los estímulos que recibe y a los vínculos que establece con su entorno. Por ejemplo: “El Tribunal de Disciplina anunció que castigará la conducta del jugador”, “La maestra me sancionó por mi mala conducta”, “Es un juez de conducta intachable”.

     En primer lugar se habla de lo que se da en llamar conducta agresiva que es la que tienen aquellas personas que se caracterizan por tratar de satisfacer sus necesidades, que disfrutan del sentimiento de poder, que les gusta tener la razón, que tienen la capacidad de humillar a los demás y que suelen ser enérgicas.

     El segundo tipo de conducta establecida es el pasivo. En este caso concreto, quienes se caracterizan por tenerla son personas tímidas, que ocultan sus sentimientos, que tienen sensación de inseguridad y de inferioridad, que no saben aceptar cumplidos, que no cuentan con mucha energía para hacer nada y que los demás se aprovechan de ellos con mucha facilidad.

     La conducta asertiva es el tercer tipo citado. Las personas que la poseen tienen entre sus principales señas de identidad el que siempre cumplen sus promesas, que reconocen tanto sus defectos como sus virtudes, se sienten bien consigo mismos y hacen sentir también bien a los demás, respetan al resto y siempre acaban consiguiendo sus metas.

ANALIZAR EL CONCEPTO DE AUTOESTIMA Y SU IMPORTANCIA EN EL DESARROLLO INTEGRAL DEL INDIVIDUO

     Definición: Es un sentimiento valorativo de nuestro conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que forman la personalidad. Dicho sentimiento puede cambiar con el tiempo: a partir de los cinco o seis años de edad, un niño comienza a formar el concepto sobre cómo es visto por el resto de la gente. Siendo menos técnicos y más humanos;  es el concepto que tenemos de nuestra valía y se va formando en función de todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos vamos incorporando a lo largo de nuestra vida. Todas las impresiones, evaluaciones y experiencias que vamos experimentando se van acumulando y van conformando un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, un incómodo sentimiento negativo por no ser lo que nos gustaría ser.

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